El Alumbrado Público (IP) es una infraestructura esencial para garantizar el bienestar y la calidad de vida de las personas que viven en zonas urbanas y rurales, brindando, entre otros beneficios, seguridad, visibilidad y embellecimiento de las áreas públicas. En Brasil, este servicio de gran alcance que beneficia a alrededor del 94% de la población es responsabilidad municipal. A pesar de su importancia, enfrenta importantes desafíos en términos de eficiencia energética y costos. Además, el consumo de energía eléctrica en alumbrado público representa una parte considerable del presupuesto de los municipios brasileños, dado que entre 3% y 5% de los gastos municipales están comprometidos por la compra de energía eléctrica para el alumbrado público. Esto sitúa la factura de iluminación como una de las principales partidas de gasto, sólo superada por las nóminas del personal.
Una solución prometedora para reducir costes y mejorar la eficiencia energética del alumbrado público es la adopción de lámparas LED. Estas lámparas pueden ahorrar entre 40% y 70% de la energía consumida por las lámparas convencionales, lo que podría suponer un ahorro de alrededor de 30% en la gestión del alumbrado público. Este ahorro no es sólo económico, sino también medioambiental. Sustituir las lámparas convencionales por LED podría suponer una importante reducción de las emisiones de CO2, contribuyendo a la lucha contra el cambio climático y a la sostenibilidad de las ciudades y las personas.
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