Al recorrer el país para conocer el trabajo y las necesidades de los territorios he encontrado una realidad constante: así como encontramos emprendedores digitales listos para cambiar al mundo, vemos también artesanos, campesinos, trabajadores domésticos y muchos microempresarios que aún desarrollan sus actividades como lo hacían hace 10 o 15 años, perdiendo oportunidades por no abrir sus puertas a la tecnología.
El presidente Gustavo Petro nos asignó la tarea de potenciar el desarrollo de habilidades digitales y la motivación para usar las TIC en quienes componen la economía popular, es decir, los colombianos que, siendo en su mayoría trabajadores informales, producen y comercializan bienes o servicios de cuenta propia u organizados en pequeñas comunidades.
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