Los datos y análisis de este informe representan un hito importante en el cumplimiento del compromiso conjunto de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) de avanzar en la comprensión del potencial de los recursos energéticos renovables y su intrincada relación con la variabilidad y el cambio climáticos. Las energías renovables, impulsadas principalmente por las fuerzas dinámicas de la radiación solar, el viento y el agua, han pasado a un primer plano en la generación mundial de electricidad. Esta transición energética mundial es un poderoso catalizador para mitigar el cambio climático, salvaguardar nuestro planeta y garantizar un futuro próspero a las generaciones venideras. Las cifras hablan por sí solas. En 2022, el 83% de la nueva capacidad de generación de electricidad procedía de energías renovables. Una expansión tan robusta representa un avance considerable en la consecución de los objetivos del acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura global en superficie a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales y reducir sustancialmente las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con la energía para 2030. Para alcanzar el objetivo de 1,5 °C, la capacidad mundial de energía renovable debe triplicarse de aquí a 2030, mientras que las mejoras de la eficiencia energética deben duplicarse. Este informe destaca los vínculos inherentes entre las fuentes de energía renovables y las condiciones meteorológicas y climáticas. El nexo crítico entre la variabilidad climática y las energías renovables requiere una comprensión exhaustiva de cómo las variables meteorológicas afectan a la capacidad potencial de la energía eólica, solar e hidroeléctrica. El clima influye no sólo en la oferta de energía, sino también en la demanda, sobre todo en el contexto de la calefacción y la refrigeración. Esta publicación explora en detalle estas intrincadas conexiones, tanto a nivel mundial como regional, considerando los comportamientos anómalos de los indicadores energéticos (energía eólica terrestre, energía solar fotovoltaica (FV), energía hidroeléctrica y proxies de la demanda energética – llamados «grados-día de energía») que se produzcan en 2022, y comparándolos con el actual periodo de referencia climatológico estándar de 30 años (1991-2020). Los cambios en estos indicadores para 2022 en comparación con la media climatológica de 30 años ofrecen una valiosa visión del papel del clima en la oferta y la demanda de energías renovables. Más allá de las tendencias climáticas, el análisis subraya la importancia de considerar la variabilidad climática en los contextos de las operaciones, la gestión, la planificación y la inversión en energías renovables. Los mensajes clave de este informe representan una invitación a los responsables políticos, los científicos y las partes interesadas a abordar la sinergia entre la meteorología y las energías renovables. las bases para una evaluación rigurosa que permitirá a los responsables políticos, planificadores energéticos, gestores de recursos y operadores de redes comprender la magnitud y los patrones de las variaciones observadas en la oferta y la demanda de energías limpias.
Este esfuerzo también apoya la reorganización de los sistemas de energía en una estructura de «adquisición dual», que puede optimizar eficazmente la adquisición de recursos renovables variables de alto valor y el despliegue flexible de recursos. También está en consonancia con las actividades que se están llevando a cabo en el marco de la iniciativa «Alerta temprana para todos», codirigida por la OMM. Al ayudar a comprender los factores climáticos relevantes y sus patrones atmosféricos a gran escala asociados, las partes interesadas pueden anticipar mejor los impactos relacionados con el clima sobre la generación y la demanda de energía renovable. Las energías renovables (ER) dominan las nuevas adiciones de capacidad, impulsadas por la solar y la eólica. La capacidad total instalada de energía renovable en el mundo, y su cuota en la red eléctrica, no han dejado de aumentar en las dos últimas décadas. En la actualidad, alrededor del 30% de la generación mundial de electricidad es renovable, debido al rápido despliegue de la última década. Sólo en 2022, el 83% de la nueva capacidad era renovable, y la energía solar y eólica representaban la mayor parte de las adiciones. Este aumento es clave para lograr sistemas energéticos descarbonizados para 2050, con una disminución pronunciada y decisiva del consumo de combustibles fósiles. Se necesitan acciones más decisivas para acelerar aún más la transición de los sistemas energéticos con el fin de reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero del sector energético para 2030, en línea con las trayectorias de 1,5 °C. Para alcanzar el objetivo climático más ambicioso del Acuerdo de París, es necesario triplicar la capacidad mundial de las energías renovables y duplicar el ritmo de mejora de la eficiencia energética de aquí a 2030. La generación de energía a partir de fuentes renovables, como la solar, la eólica y la hidroeléctrica, que se abordan en este informe, se ve impulsada y afectada por factores climáticos. Estos recursos desempeñan un papel esencial en la transición energética mundial. Pero estos recursos de ER se ven impulsados en gran medida por factores climáticos, por lo que es fundamental comprender los efectos de la variabilidad climática y los cambios en las variables relevantes sobre la generación de ER. Por otro lado, el clima también influye en la demanda de energía, especialmente la relacionada con la calefacción y la refrigeración. El presente informe analiza el año 2022 en comparación con los datos climatológicos de 30 años para ofrecer una visión de los efectos de la variabilidad y el cambio climáticos sobre las tecnologías seleccionadas y la demanda energética.
El siguiente informe ofrece un análisis exhaustivo del potencial de las energías renovables a nivel mundial en el contexto del cambio climático y las demandas energéticas. Durante el año pasado, se observó un crecimiento significativo en la conciencia global sobre la urgencia de abordar el cambio climático, lo que ha impulsado un renovado enfoque en el desarrollo y la implementación de fuentes de energía renovable. El informe destaca los avances en tecnologías de energías limpias, subrayando el aumento de la capacidad de energía eólica y solar en todo el mundo. Se señala que varios países han realizado inversiones significativas en infraestructuras renovables, con el propósito de reducir las emisiones de carbono y diversificar su matriz energética. Asimismo, se resalta el papel crucial de políticas gubernamentales y acuerdos internacionales en la promoción de la transición hacia fuentes de energía más sostenibles. Además, el informe aborda la creciente demanda energética global y su intersección con la necesidad de adoptar energías renovables. Se subraya la importancia de estrategias integrales que fomenten la eficiencia energética junto con la expansión de la capacidad de generación de energía renovable para satisfacer las crecientes necesidades de energía a nivel mundial. En resumen, destaca la evolución positiva hacia el uso de energías renovables a nivel mundial, haciendo hincapié en la necesidad de seguir avanzando en políticas y tecnologías sostenibles para abordar eficazmente el cambio climático y garantizar un suministro de energía más limpio y sostenible para el futuro.
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