2023 OECD Digital Government Index

2401-505.

El gobierno digital es esencial para transformar los procesos y servicios gubernamentales de maneras que mejoren la capacidad de respuesta y confiabilidad del sector público. Durante la pandemia de COVID-19, también resultó crucial para permitir que los gobiernos continúen operando en tiempos de crisis y garanticen la provisión oportuna de servicios a ciudadanos y empresas. Sin embargo, se requieren bases sólidas para que la transformación digital sea sostenible a largo plazo. Estas incluyen acuerdos de gobernanza adaptables, una infraestructura pública digital confiable y resiliente, y un enfoque prospectivo para gobernar con tecnologías emergentes como la inteligencia artificial. Este documento presenta los principales hallazgos de la edición 2023 del Índice de Gobierno Digital de la OCDE (DGI), que evalúa los esfuerzos realizados por los gobiernos para establecer las bases necesarias para una transformación digital coherente y centrada en el ser humano en el sector público. El DGI evalúa los países en función del grado en que tienen las bases necesarias para aprovechar datos y tecnología y lograr una transformación digital del sector público integral y centrada en el ser humano. Estas bases están identificadas en las disposiciones de la Recomendación del Consejo de la OCDE sobre Estrategias de Gobierno Digital y las seis dimensiones del Marco de Política de Gobierno Digital de la OCDE. En términos de la dimensión «Digital por diseño», se miden los esfuerzos para institucionalizar el gobierno digital en la maquinaria gubernamental de maneras que permitan a las instituciones del sector público utilizar herramientas y datos digitales de manera coherente y estratégica para transformar procesos y servicios. Los resultados agregados para esta dimensión indican un rendimiento destacado, con un promedio de 0.684. Este resultado se atribuye a los esfuerzos sostenidos de los gobiernos para fortalecer las bases del gobierno digital, especialmente al diseñar y adoptar estrategias y establecer estructuras institucionales adecuadas para su implementación. Los resultados específicos muestran que todos los gobiernos (incluidos los países de acceso) han adoptado estrategias nacionales de gobierno digital bajo la dirección de una autoridad central/federal para el gobierno digital. Sin embargo, se necesita intensificar los esfuerzos para supervisar mejor la implementación de estas estrategias y lograr resultados previstos, así como proporcionar una mayor rendición de cuentas. A pesar de que el 80% de los países tienen sistemas de monitoreo para seguir las iniciativas incluidas en las estrategias, solo el 40% evalúa el impacto y los resultados de sus inversiones en gobierno digital. En términos de la gobernanza del gobierno digital, a pesar de que todos los países tienen una organización central/federal a cargo de dirigir el gobierno digital, los resultados son menos prometedores en cuanto a su mandato y responsabilidades. Los países de la OCDE muestran un nivel intermedio de madurez (67%) en lo que respecta al grado de autoridad y responsabilidad confiada a la institución líder central/federal, incluida su capacidad para tomar decisiones vinculantes sobre inversiones digitales e iniciativas prioritarias. La capacidad de los países para involucrar a diversos actores para informar decisiones de política sobre gobierno digital también resulta insuficiente. Mientras que los cuerpos de coordinación de apoyo están ampliamente disponibles (91%), solo el 33% de los gobiernos tienen un organismo formal de asesoría o consulta externa dedicado al gobierno digital que facilite la participación del sector privado, expertos tecnológicos o la sociedad civil. En ambos casos, el papel principal de estos organismos es compartir conocimientos sobre los últimos desarrollos en el área de política, en lugar de desempeñar un papel más sustantivo en la toma de decisiones.

La dimensión del sector público impulsado por datos mide los avances del gobierno en el desarrollo de las bases necesarias para facilitar el acceso y compartir datos en todo el sector público. Los aspectos medidos en esta dimensión incluyen la gobernanza, como la existencia de roles de liderazgo dedicados, acuerdos institucionales y una estrategia para los datos; los mecanismos de intercambio de datos, incluyendo estándares de datos, interoperabilidad e inventarios; así como disposiciones para la protección de datos, derechos de datos y ética de datos. El sector público impulsado por datos es la segunda dimensión con mejor desempeño, con un promedio de la OCDE de 0.633. Este buen rendimiento también se refleja en los resultados de los aspectos transversales, con países que obtienen buenos resultados en enfoques estratégicos, palancas de política e implementación. En cambio, los países obtienen puntajes más bajos al considerar los mecanismos de monitoreo para garantizar resultados coherentes en toda la administración. Los diez mejores países en esta dimensión son Corea, Estonia, Irlanda, Noruega, Dinamarca, Francia, Colombia, Australia, Lituania y Suecia. En todos estos países, la gestión y el uso de los datos gubernamentales son una prioridad estratégica, reflejada en esfuerzos exhaustivos para fortalecer la gobernanza de datos en el sector público y mejorar el acceso y compartición de datos. Aunque ha habido muchos avances positivos en esta área, la madurez de la gobernanza de datos aún es desigual en los países de la OCDE. El sector público impulsado por datos es una de las dimensiones con la mayor desviación estándar, reflejando una brecha significativa entre los países con mejor y peor desempeño. Más países podrían fortalecer el liderazgo en datos para aprovechar plenamente los datos como un activo estratégico en todo el gobierno, complementando los considerables esfuerzos realizados para establecer regímenes y autoridades de protección de datos. Solo el 59% de los países de la OCDE tienen una estrategia de datos o instrumento similar para el sector público, y el 67% de los países tienen un rol dedicado para orientar la agenda de datos del sector público. La falta de mecanismos de gobernanza para un sector público impulsado por datos puede reducir el impacto y la efectividad de la implementación (por ejemplo, en la interoperabilidad de datos). En cambio, el 94% de los países de la OCDE cuentan con una autoridad dedicada para supervisar la protección de datos. Los países prestan especial atención a la gestión de datos en el sector público y establecen mecanismos concretos para lograr este objetivo. Por ejemplo, el 67% de los países de la OCDE tienen un estándar técnico o recomendación que establece criterios mínimos para evaluar la calidad de los datos en todo el sector público. También se prioriza la disponibilidad de estándares o pautas para respaldar la gestión de metadatos (71%), inventarios de datos (70%), acceso y compartición de datos (73%), y, en menor medida, evaluación de calidad de datos (52%) y anonimización de datos (55%). El intercambio de datos en el sector público sigue siendo una prioridad para los países de la OCDE, pero se necesitan más acciones para que las instituciones del sector público aprovechen todo el potencial de los datos.

El informe es una evaluación integral que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD) realiza periódicamente para medir y comparar el rendimiento de los gobiernos en términos de digitalización y la entrega de servicios públicos a través de plataformas en línea. Este índice busca proporcionar una visión detallada de cómo los gobiernos utilizan la tecnología digital para mejorar la eficiencia, la transparencia y la participación ciudadana. El informe se centra en diversos aspectos, como la accesibilidad de los servicios gubernamentales en línea, la interoperabilidad de plataformas digitales, la participación ciudadana en línea, la seguridad cibernética y la capacidad de los gobiernos para utilizar datos de manera efectiva. La evaluación se basa en una serie de indicadores que reflejan la madurez y el alcance de las estrategias digitales de los gobiernos. El informe ofrece nuevas perspectivas sobre cómo los gobiernos están avanzando en su transformación digital, destacando las áreas de éxito y los desafíos pendientes. Es importante prestar atención a las recomendaciones y mejores prácticas que pueda proporcionar el informe, ya que estas pueden ser cruciales para que los gobiernos mejoren sus políticas digitales y fortalezcan la prestación de servicios a los ciudadanos. En resumen, el informe es una herramienta valiosa para evaluar y comparar los esfuerzos de los gobiernos en la adopción de tecnologías digitales para mejorar la eficiencia y la calidad de los servicios públicos.

Para leer más ingrese a:

 

https://www.oecd-ilibrary.org/governance/2023-oecd-digital-government-index_1a89ed5e-en

 

 

https://www.oecd-ilibrary.org/deliver/1a89ed5e-en.pdf?itemId=%2Fcontent%2Fpaper%2F1a89ed5e-en&mimeType=pdf

 

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