La Presidencia india del G20 situó la cuestión del desarrollo sostenible en el centro de su programa. De hecho, el contexto es preocupante. Este año va camino de ser el más cálido de la historia, y los efectos del cambio climático son cada vez más visibles. Es evidente que el sector energético desempeña un papel crucial, puesto que es responsable de cerca de tres cuartas partes de los gases de efecto invernadero que emite la humanidad. Al mismo tiempo, la energía es fundamental para el desarrollo. El consumo de energía está desigualmente repartido por todo el mundo, y miles de millones de personas siguen sin tener acceso a formas modernas de energía. Esto tiene graves consecuencias para su bienestar y para el desarrollo económico de los países afectados. Al mismo tiempo, las recientes turbulencias del mercado mundial de la energía persisten, y la asequibilidad del consumo energético sigue siendo una preocupación clave para los responsables políticos, en particular en las economías en desarrollo. Los planteamientos tradicionales se han centrado en la oferta, y han tenido cierto éxito. Los recientes avances en el despliegue de energías renovables son muy alentadores, e India ha estado a la vanguardia de estas tendencias. Pero, como ha puesto de relieve la India en los últimos años, este planteamiento no basta. También es necesario que los consumidores participen en el cambio. Son sus decisiones a la hora de comprar electrodomésticos, o motos y coches, o casas y oficinas, las que determinan una parte enorme de la demanda mundial de energía. El sistema energético depende fundamentalmente de las decisiones de consumo y comportamiento de miles de millones de consumidores en todo el mundo. Por esta razón, los marcos políticos que impulsen elecciones y comportamientos de consumo más sostenibles pueden desempeñar un papel fundamental en las transiciones energéticas. El IPCC ha calculado que, para 2050, las medidas del lado de la demanda pueden reducir las emisiones mundiales de GEI en los sectores de uso final entre un 40% y un 70% en comparación con los escenarios de referencia. Este documento complementa el primero de la AIE sobre la iniciativa «Lifestyle for Environment» (LiFE), presentando un conjunto de opciones políticas que los países pueden tener en cuenta. Lanzada por la India, LiFE pretende promover en todo el mundo un consumo y un comportamiento más responsables con el medio ambiente. Las políticas, los incentivos, las infraestructuras y las normas que rodean a las personas determinan fundamentalmente su forma de consumir y comportarse. Por tanto, LiFE no puede alcanzar sus objetivos sin políticas de apoyo que respeten las preferencias individuales y los factores culturales. Este documento propone un menú de opciones políticas en torno a seis categorías: concienciación, accesibilidad a la información, estímulo del statu quo, incentivos financieros, normas obligatorias e inversiones públicas. Los fallos del mercado y los sesgos de comportamiento que obstaculizan las elecciones y comportamientos de consumo más sostenibles son múltiples, por lo que los marcos políticos para promover la LiFE deberán ser integrales.
Cada vez se es más consciente de la necesidad de activar las transiciones del lado de la demanda mediante políticas que se ajusten bien a los objetivos de la iniciativa LiFE. Este documento ofrece por primera vez un estudio de las políticas alineadas con LiFE en los países del G20 y concluye que la gama y profundidad de estas políticas ha crecido en los últimos años. Rastreamos alrededor de 120 políticas que se han implementado en el G20 y que se alinean ampliamente con la iniciativa LiFE. Hay mucho en lo que la aplicación de LiFE ya puede basarse. Este documento destaca algunas áreas en las que los gobiernos podrían ir más allá, en particular haciendo un mayor uso de las políticas de estímulo, como los incumplimientos medioambientales, políticas más fuertes para promover cambios modales en el transporte, y mayores inversiones en modos de transporte activo y público en las ciudades, que pueden tener grandes beneficios. La iniciativa Lifestyle for Environment (LiFE) tiene como objetivo promover en todo el mundo opciones de consumo y comportamientos más responsables con el medio ambiente. Este informe de seguimiento se propone proporcionar un conjunto de herramientas políticas concretas para avanzar en la aplicación de LiFE a nivel de países, jurisdicciones subnacionales y particulares, y a través de foros internacionales como el G20. El conjunto de herramientas políticas se basa en las experiencias y mejores prácticas de las políticas alineadas con LiFE que los miembros del G20 ya están aplicando. Casi todos los países miembros del G20 han establecido objetivos para alcanzar las emisiones netas cero a mediados de siglo o en torno a esa fecha en documentos políticos o compromisos verbales, y casi la mitad de sus miembros han aprobado por ley objetivos para alcanzar las emisiones netas cero a mediados de siglo o en torno a esa fecha. Cumplir estos compromisos requiere una profunda transformación de los sistemas energéticos que sustentan las economías de los miembros del G20, de una forma que sea rentable y socialmente aceptable. Esta vía requiere el despliegue inmediato y a gran escala de todas las tecnologías energéticas limpias disponibles, así como un cambio en la forma de utilizar la energía.
El informe es un documento estratégico que propone un conjunto de herramientas políticas para la implementación exitosa del enfoque LiFE (Lifestyle for Environment) en la sociedad. Este enfoque se centra en fomentar estilos de vida sostenibles que reduzcan el impacto ambiental y promuevan la conservación del medio ambiente. El informe aborda los fundamentos conceptuales detrás del enfoque LiFE, destacando su importancia en la actualidad debido a los desafíos ambientales que enfrenta el mundo, como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la escasez de recursos naturales. Además, describe cómo la adopción de estilos de vida más sostenibles por parte de los individuos puede contribuir significativamente a mitigar estos problemas. Una sección importante del informe se centra en el desarrollo de políticas específicas. Proporciona recomendaciones detalladas sobre cómo los gobiernos, las organizaciones no gubernamentales y otras entidades relevantes pueden implementar estrategias efectivas para fomentar el enfoque LiFE. Esto incluye sugerencias sobre legislación, incentivos fiscales, programas de educación pública, campañas de concienciación y colaboraciones con el sector privado. Asimismo, el informe destaca la necesidad de medidas coordinadas a nivel internacional para abordar los desafíos ambientales globales. Se subraya la importancia de la cooperación entre países, la armonización de políticas y la promoción de estándares comunes para lograr un impacto significativo a escala mundial. Además de las recomendaciones de políticas, el informe también proporciona ejemplos de casos de éxito donde se han implementado estrategias LiFE con resultados positivos, lo que sirve como inspiración y modelo a seguir para otras regiones o países interesados en adoptar este enfoque. El documento.
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https://www.iea.org/reports/a-policy-toolkit-for-implementing-life