En un mundo cada vez más consciente de los desafíos ambientales, el documento propone ilustrar el camino hacia la acción climática mediante el uso de la inteligencia artificial (IA). El documento tiene como objetivo proporcionar a los responsables políticos, empresas y líderes climáticos una comprensión clara de cómo la inteligencia artificial (IA) puede ayudar a abordar los desafíos ambientales. Destaca el potencial de la IA para reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero y fortalecer la adaptación y la resiliencia climática. Basado en entrevistas a expertos e investigaciones anteriores de organizaciones que trabajan en IA y temas climáticos, el informe subraya la urgencia de acelerar la acción climática, puesto que las políticas actuales probablemente resultarán en un calentamiento de más de 2.8 grados Celsius. La IA podría mitigar el 5-10% de las emisiones para 2030 si las aplicaciones existentes se escalan. Se destaca que la IA puede contribuir a la acción climática mediante la reducción de emisiones, la guía de adaptaciones a los impactos climáticos y la provisión de capacidades para apoyar la modelización climática, la investigación y la educación. Ejemplos existentes incluyen el uso de información curada por IA para estrategias climáticas, análisis predictivos para emitir advertencias de inundaciones y herramientas de optimización para medir y reducir la huella de carbono de las organizaciones. Sin embargo, el uso de energía de la IA y sus posibles impactos, como el consumo de agua y los desechos electrónicos, deben ser gestionados cuidadosamente. Los responsables políticos tienen un papel importante que desempeñar en maximizar los beneficios de la IA para la acción climática mientras se minimizan los riesgos. Las políticas críticas incluyen fomentar el intercambio de datos y el acceso a la tecnología, promover el despliegue de IA ambientalmente responsable y definir las prioridades del sector público y privado para acelerar las aplicaciones de IA del mundo real para el clima.
A lo largo del documento, se exploran diversas facetas en las que la IA puede contribuir significativamente a la mitigación y adaptación al cambio climático. Uno de los aspectos destacados es el papel de la IA en la agricultura sostenible, donde se evidencia cómo esta tecnología puede optimizar procesos agrícolas, desde la gestión del riego hasta la predicción de cosechas, promoviendo así prácticas más eficientes y respetuosas con el medio ambiente. Asimismo, se mencionan proyectos pioneros que emplean la IA para reducir las emisiones de aviones al minimizar las estelas de condensación, lo que podría tener un impacto significativo en la reducción de la huella de carbono de la industria de la aviación. Otro aspecto crucial abordado en el informe es el papel de la IA en la remoción de carbono, tanto a través de enfoques naturales, como la reforestación, como mediante tecnologías avanzadas de captura y almacenamiento de carbono. Ejemplos concretos, como el uso de sensores remotos y algoritmos de IA para monitorear la captura de carbono en ecosistemas, ilustran el potencial de esta tecnología para impulsar la acción climática a escala global. Además de su contribución a la mitigación, la IA también se destaca en el informe por su papel en la adaptación y resiliencia frente a los impactos del cambio climático. Proyectos que utilizan modelos de IA para predecir y gestionar riesgos climáticos, como inundaciones y sequías, demuestran cómo esta tecnología puede ayudar a anticipar y responder de manera más efectiva a eventos extremos. En última instancia, el informe subraya la importancia de abordar los desafíos éticos y medioambientales asociados con el uso de la IA, como su consumo energético y sus posibles impactos en la privacidad de los datos, y aboga por estrategias integrales que maximicen los beneficios de esta tecnología mientras se minimizan sus riesgos.
El documento, a su vez, aborda diversas problemáticas relacionadas con el impacto ambiental de la inteligencia artificial (IA) y los centros de datos, resaltando la importancia de considerar factores como la tecnología, la arquitectura y la ubicación para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) asociadas con la IA. Se destaca la necesidad de abordar el consumo de agua en los centros de datos para refrigeración, así como la gestión adecuada de los residuos electrónicos generados por esta tecnología. Además, se discuten los riesgos éticos y sociales asociados con la IA, como el sesgo injusto, la falta de transparencia y los posibles impactos ambientales negativos, enfatizando la importancia de la diversidad en el desarrollo de la IA y la inclusión de consideraciones ambientales y sociales en su implementación. Por otro lado, se proponen recomendaciones políticas para facilitar y orientar el uso de la IA en la acción climática, destacando la necesidad de promover la disponibilidad de datos, infraestructura tecnológica y talento globalmente, así como de fomentar el uso responsable de la IA para abordar los desafíos climáticos. Se sugiere el establecimiento de políticas que incentiven la recopilación y compartición de datos climáticos, la inversión en infraestructura tecnológica esencial y la transparencia en las operaciones de IA, con el objetivo de maximizar el potencial de la IA para la acción climática de manera equitativa y sostenible. Asimismo, se exploran diversas iniciativas gubernamentales y organizacionales destinadas a acelerar la acción climática mediante la IA, destacando la importancia de desarrollar infraestructura tecnológica, apoyar la investigación y el desarrollo en este ámbito, y capacitar a los actores relevantes para aprovechar el potencial de la IA en la lucha contra el cambio climático. Se resalta el papel crucial del sector público en liderar estos esfuerzos y servir de ejemplo para el sector privado en la aplicación efectiva de la IA para abordar los desafíos climáticos.
Por otra parte, se profundiza en la discusión sobre cómo los responsables de políticas pueden impulsar la adopción de la inteligencia artificial (IA) para abordar el cambio climático, identificando una brecha entre el reconocimiento de la importancia de la IA en la acción climática y su implementación práctica. Se presentan diversas estrategias que podrían ser adoptadas por los encargados de formular políticas para promover el uso de la IA en el ámbito climático. Entre estas estrategias se incluye la integración de soluciones y conocimientos de IA en los planes estratégicos para sectores específicos y territorios, con ejemplos concretos de gobiernos que ya están utilizando la IA para mapear el potencial de expansión de energía solar y así informar sobre códigos de construcción más sostenibles. Además, se plantea la importancia de definir sectores y casos de uso prioritarios para acciones locales y regionales de IA, citando ejemplos de países que ya están identificando áreas clave como la eficiencia energética y la agricultura de precisión en sus estrategias nacionales de IA. El informe también sugiere la implementación de soluciones de IA prioritarias en el sector público para abordar desafíos climáticos específicos, junto con la promoción de la adopción de la IA por parte del sector privado, identificando y abordando los obstáculos que podrían estar frenando una implementación más amplia de la IA en este ámbito. En última instancia, se subraya la necesidad de adaptar las estrategias de política a diferentes sectores y jurisdicciones, proporcionando ejemplos específicos de acciones políticas en áreas como edificaciones, energía, transporte, electricidad y agricultura para fomentar la adopción de la IA en la lucha contra el cambio climático; el documento presenta un panorama completo de cómo la IA puede ser una herramienta en la lucha contra el cambio climático, ofreciendo soluciones innovadoras y escalables para enfrentar uno de los mayores desafíos de la actualidad.
Para leer más ingrese a: