La energía derivada de la biomasa está llamada a desempeñar un papel fundamental en la actual transición energética. Según el escenario de 1,5 °C de IRENA, descrito en el informe Perspectivas de las transiciones energéticas en el mundo, se prevé que la bioenergía constituya el 22% del suministro total de energía primaria en 2050. Este ambicioso objetivo exigirá un aumento sustancial de los recursos primarios de biomasa, que requerirán hasta 135 exajulios (EJ) frente a los 56 EJ de 2020. Los residuos agrícolas desempeñarán un papel fundamental en la consecución de este objetivo. Este informe estima inicialmente el potencial de los residuos agrícolas en tres regiones: el Sudeste Asiático, el África subsahariana y Sudamérica. A continuación, identifica los obstáculos y destaca las mejores prácticas para la movilización eficaz de estos recursos. A continuación, se presentan estudios de casos sobre grupos subregionales de países concretos, con estrategias específicas formuladas para abordar los retos particulares identificados en cada grupo. El análisis de los datos procedentes de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) revela un recurso técnicamente disponible de 28 EJ en residuos agrícolas en las tres regiones consideradas, es decir, el Sudeste Asiático, el África subsahariana y Sudamérica. Cabe destacar que la energía contenida en los subproductos agrícolas teóricamente disponibles en cada una de estas tres regiones coincide estrechamente con sus respectivos niveles de consumo de energía primaria. Las tres regiones disponen de diversos recursos de biomasa. En Sudamérica, la soja, las gallinas de engorde y la caña de azúcar destacan como fuentes clave de residuos con un potencial variable. En comparación, el Sudeste Asiático muestra un potencial significativo para los frutos de la palma aceitera y los residuos del arroz, mientras que las fuentes notables del África subsahariana incluyen el ganado no lechero, la mandioca y el maíz. En particular, el Sudeste Asiático, a pesar de tener la menor superficie de estas regiones, destaca por su importante generación de subproductos agrícolas, impulsada principalmente por las elevadas estimaciones de producción de biomasa de palma aceitera.
La bioenergía a partir de residuos agrícolas, aunque muy prometedora en la transición hacia las energías renovables, presenta retos únicos que la diferencian de otras formas renovables. Estos retos abarcan varias dimensiones, incluidos los problemas de la cadena de suministro relacionados con la calidad, la cantidad y la disponibilidad de las materias primas. Garantizar una fuente de materia prima constante y confiable sigue siendo un obstáculo crítico. Además, entran en juego factores financieros y económicos, como el costo y la competitividad de los biocombustibles, que a menudo suponen barreras para su adopción generalizada. Paralelamente, la preparación técnica y el desarrollo de infraestructuras son componentes vitales. Los marcos jurídicos y normativos, así como los obstáculos políticos e institucionales, complican aún más el camino hacia el desarrollo de la bioenergía. También están relacionados con la concienciación pública y las percepciones que rodean a la biomasa, que es necesario abordar. A la luz de estos obstáculos polifacéticos, el fomento del desarrollo de la bioenergía exige un planteamiento global e integrado. Este enfoque debería incluir la asignación de responsabilidades ministeriales generales que abarquen toda la cadena de suministro de la bioenergía, desde el cultivo y la recolección de la materia prima hasta la distribución en el mercado. Este estudio ha seleccionado además grupos específicos dentro de cada continente como casos de estudio, centrándose en países con un importante potencial bioenergético sin explotar. Estos grupos de países se denominan clusters debido a sus características comunes, que abarcan similitudes en cuanto a desarrollo económico, condiciones climáticas o cultivos. Estos clusters, como se muestra a continuación, pueden beneficiarse sustancialmente de la adopción de las mejores prácticas ya empleadas por los países vecinos dentro de sus respectivas regiones. Los tres clusters analizados presentan notables diferencias en sus respectivas prácticas agrícolas, lo que se traduce en distintas oportunidades para el desarrollo de la bioenergía. La paja de arroz es el residuo más fácilmente disponible en el Sudeste Asiático. Al mismo tiempo, la intensificación de la producción cárnica y láctea está generando cantidades sustanciales de estiércol, que probablemente será uno de los recursos de más rápido crecimiento en el sector de la bioenergía. En particular, las políticas y los incentivos pertinentes para la bioenergía pueden ir más allá de la generación de energía, dados los beneficios que se pueden obtener de la bioenergía, en particular promoviendo el desarrollo social y rural en economías centradas en la agricultura y abordando problemas medioambientales como la eutrofización, la calidad del aire y del agua y la deforestación. Dadas sus características, el desarrollo de la bioenergía también puede considerarse orientado a un sector o incluso a un cultivo, y puede no ser directamente comparable a otros tipos de energías renovables.
El informe analiza el potencial y las estrategias de escalado de la bioenergía basada en residuos agrícolas. Se centra en evaluar las posibilidades de producción de bioenergía a partir de residuos agrícolas a nivel regional, considerando diversas fuentes de biomasa como paja, cáscaras, tallos y otros desechos. El informe explora en profundidad los desafíos técnicos, económicos y medioambientales asociados con la producción a gran escala de bioenergía a partir de estos residuos, proponiendo estrategias y recomendaciones clave para su implementación efectiva y sostenible en diferentes regiones. Además, se examinan las estrategias y los desafíos asociados con la escalabilidad de la producción de bioenergía a nivel regional. Se exploran políticas, incentivos y tecnologías necesarias para aumentar la participación de los residuos agrícolas en la matriz energética, considerando las diferencias regionales en la disponibilidad de materias primas y las condiciones socioeconómicas. En resumen, el informe ofrece un análisis integral del potencial de la bioenergía derivada de residuos agrícolas, junto con estrategias clave para su expansión a nivel regional, destacando la necesidad de considerar aspectos técnicos, económicos, ambientales y sociales para lograr una transición exitosa hacia fuentes de energía más sostenibles.
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