La transición del carbón fue muy intensa en 2022. El ímpetu y la ambición de la eliminación progresiva del carbón siguen creciendo, y en 2022 se alcanzó una cifra récord de proyectos cancelados, compromisos de retirada y retirada efectiva de capacidad de carbón. Se espera que esta tendencia continúe, puesto que más del 95% de la capacidad mundial de carbón se encuentra en mercados con objetivos de eliminación progresiva del carbón o de emisiones netas cero. La mayor parte de estos fondos se destinará a financiar los planes de transición energética de tres países: Indonesia, Sudáfrica y Vietnam en el marco de las Asociaciones para una Transición Energética Justa. Con 20.000 millones de dólares, el de Indonesia es el mayor paquete de financiación de los tres. Entre los países que reciben financiación para la transición, es también el que tiene el mayor parque de carbón (40,2 gigavatios [GW]) y el mayor crecimiento económico previsto (por tanto, el mayor crecimiento de la demanda de electricidad). Con estas primeras rondas de financiación comprometidas, ha llegado el momento de diseñar los procesos de asignación y ejecución de los fondos. Un análisis en profundidad de la experiencia de Indonesia ilustra la importancia de ir más allá de la mera retirada de las centrales de carbón y adoptar una perspectiva en la que las medidas de retirada estén vinculadas a la descarbonización de la red más amplia. La financiación de un plan de transición energética justo entrelaza el uso de las marcas comunitarias para canalizar la financiación hacia los costos de la eliminación progresiva del carbón y la construcción de una red limpia, asequible y modernizada que no deje a nadie atrás. Aunque las lecciones de Indonesia pueden aplicarse en general a la transición de sistemas energéticos basados en combustibles fósiles a sistemas limpios, son especialmente importantes en países dependientes del carbón con un elevado crecimiento de la demanda energética.
Para cualquier red en transición, tres motivos interdependientes ocupan un lugar central: mejorar la asequibilidad (minimización de costos), reducir las emisiones (sostenibilidad medioambiental) y mantener las luces encendidas (o encender más) (confiabilidad de la red). En los países que están abandonando la generación de electricidad a partir del carbón, es fundamental considerar las dependencias entre estos tres motivos de forma holística, dado que el acceso a una electricidad confiable, asequible, resistente y limpia es fundamental para el desarrollo social y económico, al tiempo que salvaguarda la salud financiera de la empresa eléctrica. El ritmo al que debe crecer el acceso a la energía moderna y limpia en el Sur Global (a veces por encima del 6%-8% anual) exige integrar las implicaciones financieras, económicas y operativas de la transición energética en la formulación de políticas, la financiación y la planificación si se quieren alcanzar los tres objetivos a la vez. Pero estos tres motivos de oro también pueden parecer contradictorios y plantear aparentes disyuntivas a los responsables de la transición energética (financieros, funcionarios y directores de empresas). Por ejemplo, planificar la retirada de una central de carbón sin incurrir en la pérdida de valor de sus activos y, al mismo tiempo, sustituirla por suficiente energía limpia para reducir las emisiones y mantener la confiabilidad podría no mostrar reducciones de costos si las implicaciones financieras y operativas de tal transacción se consideran por separado. RMI ha desarrollado un modelo que combina un análisis financiero detallado de los activos y las empresas con un sencillo modelo de despacho económico. Este modelo puede aportar ideas novedosas y cruciales porque su enfoque analítico contempla de forma holística el funcionamiento de la red, la viabilidad financiera de la transición al carbón y los resultados de mitigación del cambio climático, aspectos que suelen aplicarse a procesos de planificación separados o aislados. Esta aplicación es un ejemplo del enfoque integrado necesario para planificar una transición que mantenga las luces encendidas, reduzca los costos y disminuya las emisiones de carbono.
El informe analiza las lecciones aprendidas de la transición de Indonesia lejos del carbón como fuente de energía. El informe destaca la importancia de superar la fragmentación institucional y promover la colaboración entre diferentes actores gubernamentales y sectores para llevar a cabo una transición energética efectiva. Además, subraya la necesidad de políticas coherentes, inversiones en infraestructura y estrategias de reciclaje de empleo para abordar los desafíos socioeconómicos que surgen durante la transición lejos del carbón. Estas lecciones de Indonesia pueden servir como guía para otros países que buscan realizar una transición similar hacia fuentes de energía más sostenibles. Se extraen conclusiones generales y se proponen recomendaciones tanto para el proceso en curso de Indonesia como para otros países de alto crecimiento que luchan por acceder a un capital suficiente de bajo costo y que pretenden suscribir acuerdos multilaterales de transición energética para obtener financiación para la transición y establecer un plan de eliminación progresiva de los combustibles fósiles para el sector eléctrico.
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https://rmi.org/insight/breaking-down-silos-lessons-from-indonesias-coal-transition-kick-off/