El panorama de desarrollo y planificación de viviendas en Inglaterra presenta desafíos significativos que afectan tanto a la economía como a la sociedad. A pesar de la promesa del gobierno de construir 300,000 nuevas viviendas al año, la falta de una guía efectiva del sistema de planificación está contribuyendo a costos de vivienda altamente inasequibles. La construcción de nuevas viviendas tiende a ubicarse en áreas aisladas que requieren dependencia del automóvil en lugar de áreas urbanas accesibles, lo que resulta en una expansión descontrolada que consume terrenos verdes. Además, el bajo nivel de densidad poblacional en las ciudades inglesas en comparación con otras ciudades europeas similares dificulta la viabilidad financiera del transporte público, por lo tanto, menos residentes viven cerca de él. Esta baja densidad de desarrollo conduce a largos desplazamientos y afecta la viabilidad del transporte activo como caminar y andar en bicicleta. La falta de planificación espacial estratégica también se destaca como un problema, dado que la ausencia de prioridades nacionales claras en áreas como la vivienda y los objetivos de carbono choca con los planes locales. La conclusión destaca la necesidad de una planificación más coordinada que aborde los desafíos ambientales, de asequibilidad y movilidad laboral, al tiempo que se reconoce la importancia de la densificación urbana para lograr resultados ambientales óptimos. En este sentido, se propone una revisión profunda del sistema de planificación actual para garantizar que se alinee con los objetivos nacionales de vivienda y sostenibilidad ambiental, y que se involucre activamente a las autoridades locales y regionales en la planificación estratégica a largo plazo. Además, se destaca la importancia de abordar las disparidades en la densidad de población y el acceso al transporte público entre las ciudades británicas y europeas, y se plantea la necesidad de implementar políticas que fomenten un mayor desarrollo urbano sostenible y accesible para todos los ciudadanos. En un contexto más amplio, se discute la relación entre la densidad de población y la viabilidad del transporte público en ciudades británicas y europeas, destacando cómo los patrones de desarrollo de baja densidad en las ciudades británicas han llevado a una menor viabilidad financiera del transporte público debido a un menor número de pasajeros. Esta situación se agrava por la falta de acceso al transporte público en áreas residenciales debido a la predominancia de viviendas de baja altura. A través de comparaciones entre ciudades como Manchester y Milán, se ilustra cómo el desarrollo denso y transitable tiene beneficios ambientales significativos, como la reducción de las emisiones de carbono y el fomento de modos de transporte activos como caminar y andar en bicicleta. Sin embargo, los cambios propuestos en la legislación para proteger el carácter de los barrios limitan la densificación urbana y, por lo tanto, la capacidad de abordar los desafíos de sostenibilidad y movilidad. Siendo así, se resalta la importancia de repensar los enfoques de planificación y desarrollo urbano para promover una mayor densidad de población en áreas urbanas, lo que no solo mejorará la viabilidad del transporte público y reducirá las emisiones de carbono, sino que también creará comunidades más accesibles y sostenibles para los residentes.  

El sistema de gobernanza local en Inglaterra presenta desafíos de alineación entre las estrategias de transporte y vivienda, exacerbados por recortes de fondos que han reducido la capacidad de las autoridades locales para invertir en planificación a largo plazo. A diferencia de Gales y Escocia, que cuentan con estrategias espaciales a largo plazo que coordinan el desarrollo económico, la infraestructura y las prioridades hasta 2040/2045, en Inglaterra la planificación del transporte se basa en proyectos a corto plazo en lugar de estrategias a largo plazo. Se destaca que la falta de planes espaciales estratégicos en Inglaterra dificulta la coordinación estratégica en comparación con las administraciones descentralizadas y Londres. Se sugiere la necesidad de planes espaciales estratégicos en toda Inglaterra para coordinar las necesidades de vivienda, transporte, energía e infraestructura a largo plazo, con énfasis en la prioridad del cambio climático. En relación con el sistema de planificación y la planificación estratégica en Inglaterra, se argumenta que se deben formar organismos de planificación estratégica para crear marcos espaciales que aborden el crecimiento, el transporte, la infraestructura y el medio ambiente. El sistema de planificación inglés se describe como impredecible y altamente politizado, lo que dificulta la toma de decisiones. Los desarrolladores enfrentan riesgos debido a que las solicitudes pueden ser rechazadas incluso si siguen los planes locales, lo que agrega demoras y costos. Se destaca la necesidad de abordar estas cuestiones mediante políticas de planificación más claras que maximicen el desarrollo de tierras accesibles y creen entornos urbanos más compactos a través del desarrollo orientado al transporte público. En cuanto a los problemas con el sistema de planificación del Reino Unido que han contribuido a la escasez de viviendas, se observa que las decisiones de planificación son altamente sensibles a las objeciones de los vecinos, lo que lleva al desarrollo donde hay menos oposición en lugar de donde se necesita más vivienda o es más ambientalmente preferible. La falta de dirección sobre los estándares de densidad significa que las densidades varían considerablemente entre los planes locales, y los requisitos de estacionamiento también pueden bloquear nuevos desarrollos de viviendas incluso en áreas accesibles al transporte. Se aboga por fortalecer el marco de planificación del Reino Unido (NPPF) al vincular más explícitamente la densidad con la accesibilidad al transporte, priorizar la financiación para el transporte público y agilizar el desarrollo en lugares preferibles cerca del transporte mediante derechos de desarrollo permitidos ampliados y órdenes de desarrollo local.

Las órdenes de desarrollo local (LDO., por sus siglas en inglés) son utilizadas por las autoridades locales de planificación para otorgar permisos de construcción para ciertos tipos de desarrollo en áreas definidas. Estas órdenes detallan los usos de suelo permitidos y las pautas de diseño, y el permiso de construcción se otorga si los desarrollos cumplen con las condiciones establecidas. Se alienta a los planificadores a utilizar las LDO de manera proactiva para guiar el desarrollo hacia áreas deseadas en lugar de esperar propuestas específicas. Aunque tradicionalmente se han utilizado principalmente para desarrollos comerciales como parques empresariales, cada vez se emplean más para esquemas residenciales. Las LDO podrían utilizarse para desarrollar viviendas de alta calidad en ubicaciones sostenibles, como terrenos suburbanos subutilizados cerca del transporte público. Esto agilizaría el proceso de planificación para constructores de pequeña y mediana escala, quienes tienen menos capacidad para manejar los riesgos de planificación. Sin embargo, cualquier LDO debe ser acordada democráticamente tras una consulta pública y garantizar altos estándares de diseño y medioambientales. Aunque el desarrollo de áreas marrones debería ser una prioridad, por sí solo no satisfará todas las necesidades de vivienda, por lo que se deben considerar otros tipos de terreno, incluidas posibles liberaciones de áreas verdes, en áreas de alta demanda. La densificación urbana se enfrenta a desafíos como la adquisición de tierras, siendo así los desarrolladores necesitan negociar con muchos propietarios para consolidar suficientes terrenos, y los propietarios que se resisten tienen un poder de negociación desproporcionado. Adherirse a los principios de economía circular es importante para la densificación urbana, priorizando edificaciones duraderas y facilitando el reacondicionamiento y reutilización a lo largo del tiempo. Por otro lado, se discuten estrategias y políticas para abordar los desafíos de vivienda y desarrollo en el Reino Unido y otros países, incluida la priorización del desarrollo de viviendas cerca del transporte público, el fortalecimiento de los poderes del gobierno local sobre la regeneración y la participación de los residentes en las decisiones. Se proporcionan ejemplos internacionales, como las reformas de Nueva Zelanda para aumentar la oferta de viviendas a través de la intensificación. En resumen, se examinan una serie de políticas y estudios de caso de planificación, desarrollo y construcción destinados a aumentar la vivienda sostenible y limitar los impactos climáticos.

En general, profundiza en el abordaje de los desafíos significativos en el panorama de desarrollo y planificación de viviendas en Inglaterra, destacando la falta de guía efectiva en el sistema de planificación que contribuye a costos de vivienda inasequibles y a una expansión descontrolada que consume terrenos verdes. Se busca promover una planificación más coordinada y estratégica que priorice la sostenibilidad ambiental, la asequibilidad y la movilidad laboral a través de una revisión profunda del sistema de planificación actual. Además, se pretende abordar la falta de alineación entre las estrategias de transporte y vivienda debido a recortes de fondos, proponiendo la formación de organismos de planificación estratégica y una mayor participación local en la toma de decisiones. Asimismo, se plantea el uso de órdenes de desarrollo local para agilizar el proceso de planificación y desarrollar viviendas de alta calidad en ubicaciones sostenibles. En un contexto más amplio, se busca fomentar una mayor densidad de población en áreas urbanas, promoviendo la viabilidad del transporte público, la reducción de emisiones de carbono y la creación de comunidades más accesibles y sostenibles para todos los ciudadanos.

Para leer más ingrese a: