África está experimentando una transición urbana y climática sin precedentes; sin embargo, dadas las condiciones adecuadas, las formas urbanas compactas pueden fomentar una mayor sostenibilidad, resiliencia y habitabilidad en las próximas décadas. Utilizando técnicas novedosas y nuevos datos disponibles, este informe cubre las lagunas de información existentes mediante la elaboración de medidas de compacidad para 5 625 aglomeraciones urbanas, junto con otros atributos de la forma urbana. A pesar de que la urbanización a menudo no está planificada ni coordinada, ha surgido una tendencia prometedora: las ciudades muy grandes (de más de 4 millones de habitantes) son más compactas, descontando el efecto de la población, por término medio, que las ciudades más grandes (de 1 a 4 millones de habitantes) e intermedias (de 50 000 a 1 millón de habitantes). Además, las aglomeraciones menos compactas suelen tener edificios más pequeños, rascacielos planos y bajos, centros menos completos (lo que refleja un uso menos óptimo del espacio) y modelos policéntricos (es decir, múltiples centros, en lugar de una única ciudad monocéntrica). Este informe analiza las consecuencias de las aglomeraciones menos compactas para la sostenibilidad y la habitabilidad. Las desventajas incluyen una mayor demanda energética, menor accesibilidad a servicios y oportunidades, paisajes urbanos menos transitables y mayor dependencia del automóvil, además de una mayor contaminación del aire exterior. También considera las posibles compensaciones con la resiliencia; por ejemplo, la compacidad puede conducir a una pérdida de espacios verdes y a un aumento de los efectos de la isla de calor urbana. El informe ofrece oportunidades para señalar en los próximos años posibles ámbitos de actuación en materia de resiliencia, así como para supervisar y evaluar los avances.
En 2050, 950 millones de personas más vivirán en aglomeraciones urbanas africanas, partiendo de una población base de 567 millones en 2015. Estos nuevos residentes urbanos deberán pasar por esta transición en un momento de estrés climático sin precedentes. África es y seguirá siendo un contribuyente menor de las emisiones mundiales, incluso con la rápida urbanización. A pesar de ello, el continente debe hacer mucho más que otros para adaptarse. Sin embargo, los países desarrollados, en el Pacto Climático de Glasgow, han prometido acelerar el apoyo financiero y tecnológico para garantizar una transición justa e inclusiva con bajas emisiones de carbono para los países de renta baja. La urbanización de África puede aumentar la resiliencia, pero puede agravar la vulnerabilidad de sus habitantes al clima. La urbanización no es el problema, pero puede ser demasiado espontánea y avanzar a un ritmo demasiado rápido para que las infraestructuras puedan seguirla. El resultado es un aumento de los asentamientos informales, sistemas de transporte inadecuados, costos de vida extremadamente altos en relación con los ingresos, congestión generalizada, desaparición de espacios verdes y aumento de la contaminación del aire exterior, especialmente en las ciudades más grandes. El Índice de Vulnerabilidad al Cambio Climático clasifica las ciudades del África subsahariana como de «riesgo extremo», no solo por los efectos previstos del cambio climático, sino por las deficientes infraestructuras y servicios urbanos. Para 2050, se prevé que África contribuya solo con el 4% de las emisiones mundiales acumuladas de CO2 relacionadas con la energía, independientemente del escenario. No obstante, en la actualidad existe un reconocimiento generalizado de que las ciudades son un factor esencial para cumplir los compromisos de mitigación y adaptación de los gobiernos nacionales en virtud del Acuerdo de París sobre el Clima de 2015. A pesar de estos retos, la urbanización puede hacer avanzar no sólo la agenda climática, sino también la prosperidad económica. Las aglomeraciones urbanas africanas mejoran drásticamente la calidad de vida de los residentes actuales.
África está experimentando una transición urbana y climática sin precedentes; sin embargo, dadas las condiciones adecuadas, las formas urbanas compactas pueden fomentar una mayor sostenibilidad, resiliencia y habitabilidad en las próximas décadas. Utilizando técnicas novedosas y nuevos datos disponibles, este informe llena las lagunas de datos existentes al producir medidas de compacidad para 5 625 aglomeraciones urbanas, junto con otros atributos de forma urbana. Este informe analiza las consecuencias de las aglomeraciones menos compactas para la sostenibilidad y la habitabilidad. Las desventajas incluyen una mayor demanda de energía, menos accesibilidad a los servicios y oportunidades, menos paisajes urbanos que se puedan caminar y una mayor dependencia de los automóviles, además de una mayor contaminación del aire exterior. También considera las posibles compensaciones con la resiliencia; por ejemplo, la compacidad puede conducir a una pérdida de espacio verde y a un aumento de los efectos de las islas de calor urbanas. El informe ofrece oportunidades en los próximos años para identificar posibles áreas de acción para la resiliencia, así como para monitorear y evaluar el progreso.
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https://www.oecd-ilibrary.org/development/city-shapes-and-climate-change-in-africa_a944a930-en