El mercado mundial del carbón ha vivido tres años turbulentos. La demanda se redujo drásticamente durante la pandemia de Covid, para volver a dispararse durante el repunte post-Covid y tras la invasión rusa de Ucrania. En 2022, la demanda mundial de carbón alcanzó el nivel más alto de su historia. En la actualidad, el carbón sigue siendo la mayor fuente de energía para la generación de electricidad, la siderurgia y la producción de cemento, manteniendo un papel central en la economía mundial. Al mismo tiempo, el carbón es la mayor fuente de emisiones de dióxido de carbono (CO2) de origen humano, y frenar su consumo es esencial para cumplir los objetivos climáticos internacionales. Un punto de inflexión histórico podría llegar pronto. Según las últimas previsiones de la Agencia Internacional de la Energía, la demanda de carbón alcanzará su punto máximo en esta década con las políticas actuales, principalmente como resultado del descenso estructural del uso del carbón en las economías desarrolladas y de unas perspectivas económicas más débiles para China, que también se ha comprometido a alcanzar un pico de emisiones de CO2 antes de 2030. Sin embargo, sigue habiendo cuestiones clave, como cuándo se producirá el pico de demanda, a qué nivel y con qué rapidez disminuirá el consumo después de ese momento. Desde su primera publicación en 2011, el Informe anual sobre el carbón de la AIE ha servido de referencia mundial para la previsión a medio plazo de la oferta, la demanda y el comercio de carbón. Su análisis también abarca los costos, los precios y los proyectos mineros a nivel regional y nacional por grado de carbón. Su análisis también abarca costos, precios y proyectos mineros a nivel regional y nacional por grado de carbón. Dado el impacto del carbón en el suministro energético y las emisiones de CO2, este informe es una lectura indispensable para quienes siguen de cerca las cuestiones energéticas y climáticas. En 2022, la demanda de carbón alcanzó un nuevo máximo histórico de 8 415 Mt, con un aumento del 4%. El aumento se debió principalmente al crecimiento en países que dependen en gran medida del carbón, como China y la India. Además, los precios extraordinariamente altos del gas y una producción de energía nuclear e hidroeléctrica generalmente más débil impulsaron el crecimiento de la demanda de carbón para generar energía. Con más de la mitad de la demanda mundial de carbón, China es, con diferencia, el mayor consumidor de carbón del mundo. En 2022, la demanda global de carbón del país aumentó un 4,6%, hasta un total de 4 520 Mt, con una cuota del carbón superior al 60% en la generación de electricidad. India, el segundo mayor consumidor de carbón del mundo, con cerca del 14% de la demanda mundial, registró un aumento del 9%, con un total de 1 162 Mt. En 2023 se prevé un descenso de la demanda de carbón en casi todas las economías avanzadas. Las mayores caídas del consumo se producirán en la Unión Europea y Estados Unidos, donde se prevén descensos anuales récord de alrededor del 20%. Otras economías avanzadas -como Corea, Japón, Canadá y Australia- registrarán tasas de descenso menores.
Se prevé que el consumo de carbón en China descienda en 2024 y se estabilice hasta 2026, con una recuperación de la producción hidroeléctrica y un aumento significativo de la generación de electricidad a partir de energía solar fotovoltaica y eólica. Sin embargo, el ritmo de crecimiento económico de China y su consumo de carbón en los próximos años están sujetos a incertidumbre. La economía del país está experimentando importantes cambios estructurales a medida que llega al final del crecimiento impulsado por las infraestructuras e intensivo en energía, pero la velocidad a la que cambie de marcha y siga ampliando la capacidad de energías limpias influirá significativamente en las perspectivas del carbón. La disponibilidad de energía hidroeléctrica es una variable clave en las perspectivas a corto plazo del carbón. Se prevé que India, Indonesia y otras economías emergentes y en desarrollo dependan del carbón para impulsar un fuerte crecimiento económico, a pesar de los compromisos para acelerar el despliegue de energías renovables y otras tecnologías de bajas emisiones. En cambio, debido a su diferente contexto económico y energético, no vemos un riesgo importante de que el uso del carbón vuelva a aumentar entre las economías avanzadas. En estas economías se están cerrando regularmente centrales eléctricas de carbón, y el consumo industrial de carbón va a disminuir debido a la debilidad de la producción industrial, la mejora de la eficiencia y el aumento del cambio a otros combustibles. En general, prevemos que la demanda mundial de carbón descienda en 2024 y se estabilice hasta 2026, incluso en ausencia de gobiernos que anuncien y apliquen políticas energéticas y climáticas más limpias. Como resultado, el consumo mundial de carbón en 2026 será un 2,3% inferior al de 2023, aunque China tendrá la última palabra. El dominio de China en los mercados del carbón es mayor que el de cualquier otro país para cualquier otro combustible. Consume más de la mitad del carbón mundial y produce la mitad, y es el mayor importador, con cerca de un tercio del comercio mundial de carbón. Pero India y la ASEAN también ejercen una influencia creciente, contribuyendo a desplazar aún más el centro del mercado del carbón hacia Asia. El consumo de carbón ha disminuido en la Unión Europea desde los años 80 y en Estados Unidos desde la década de 2000, mientras que ha crecido con fuerza en China, India y la ASEAN. Como resultado, esperamos que en 2026 China e India representen más del 70% del consumo mundial de carbón. En cambio, se espera que la Unión Europea y Estados Unidos representen cada uno alrededor del 3% del consumo mundial de carbón. Esta creciente brecha en la dependencia del carbón entre países podría plantear retos para el futuro diálogo internacional sobre la necesidad de una rápida disminución del uso mundial del carbón para alcanzar los objetivos climáticos.
El documento presenta una evaluación detallada del mercado del carbón, incluyendo factores clave que afectan su producción, demanda, precios y tendencias a nivel global. Se examinan diversos aspectos, desde la extracción y la oferta hasta el consumo y las regulaciones gubernamentales que impactan en la industria del carbón. El informe destaca la continua relevancia del carbón en la matriz energética mundial, a pesar de los esfuerzos por parte de diversas naciones para reducir su dependencia de los combustibles fósiles. Se hace hincapié en la transición energética hacia fuentes renovables y sus implicaciones en la demanda de carbón, así como en las políticas ambientales y climáticas que influyen en la percepción y uso de este recurso. Además, se examinan los avances tecnológicos en la producción y uso del carbón, incluyendo métodos más eficientes y menos contaminantes para su extracción y generación de energía. Se analiza el impacto de estas innovaciones en la competitividad del carbón frente a otras fuentes de energía y las proyecciones de su mercado en el contexto económico y político actual. El informe también proporciona una visión general de las tendencias regionales, destacando diferencias significativas en la demanda y producción de carbón entre distintas áreas geográficas. Se exploran las estrategias adoptadas por países y regiones para gestionar sus recursos de carbón, así como los desafíos socioeconómicos y ambientales asociados con su extracción y consumo.
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https://www.iea.org/reports/coal-2023
https://iea.blob.core.windows.net/assets/a72a7ffa-c5f2-4ed8-a2bf-eb035931d95c/Coal_2023.pdf