Los esfuerzos de adaptación al cambio climático dependen en gran medida de la capacidad fiscal de un país y de los costos asociados a la adopción de políticas de adaptación. La actual acumulación de elevados niveles de deuda en los países emergentes y en desarrollo de renta baja, que se ven afectados de forma desproporcionada por el cambio climático, suscita importantes preocupaciones. Este estudio muestra que el riesgo soberano, y por tanto los costos de financiación para los gobiernos, presenta reacciones significativamente asimétricas a sus determinantes a lo largo de la distribución condicional de los diferenciales de crédito. Este aspecto, previamente pasado por alto en la literatura, tiene implicaciones políticas relevantes. Los países con elevados niveles de riesgo son desproporcionadamente vulnerables al cambio climático en comparación con sus homólogos de menor riesgo, especialmente a corto plazo. En particular, la inversión en preparación para el cambio climático resulta eficaz para mitigar la vulnerabilidad al cambio climático, en términos de riesgo soberano, sobre todo para los países con bajos diferenciales y deuda a largo plazo (economías avanzadas), donde la preparación y la vulnerabilidad tienden a contrarrestarse mutuamente. Sin embargo, en el caso de los países con diferenciales elevados y deuda a corto plazo, es esencial adoptar medidas adicionales, dado que la preparación para el cambio climático por sí sola es insuficiente para compensar los efectos de la vulnerabilidad en este caso. Los resultados también demuestran que la ocurrencia real de catástrofes naturales influye menos que la vulnerabilidad al cambio climático a la hora de determinar los diferenciales. El cambio climático supone una amenaza considerable para la estabilidad macroeconómica y financiera de los países, así como para los esfuerzos de desarrollo de las economías emergentes y de renta baja. La capacidad de adaptación de estas economías está estrechamente ligada a su capacidad fiscal y al costo de la adaptación. Los países con una elevada capacidad fiscal están mejor posicionados para aplicar estrategias eficaces de mitigación y adaptación. Por el contrario, una capacidad fiscal limitada, frecuente en los mercados emergentes y las economías en desarrollo de renta baja, obstaculiza sus esfuerzos de adaptación, amplificando su vulnerabilidad al cambio climático, una vulnerabilidad que supera a la de las economías avanzadas. Este estudio examina cómo los diferenciales de riesgo soberano y, en consecuencia, el costo de la financiación nacional, responden a la vulnerabilidad y la preparación frente al cambio climático, reconociendo al mismo tiempo las diferentes dinámicas que se esperan de las economías emergentes, de renta baja y avanzadas. Los determinantes de la deuda soberana, tal y como se describen en la bibliografía existente, abarcan factores macroeconómicos, institucionales, del sector exterior y fiscales, junto con desastres naturales y aspectos fundamentales relacionados con el cambio climático. Presentamos un marco empírico novedoso y exhaustivo que permite evaluar los efectos de estas variables en toda la distribución condicional de los diferenciales, facilitando así un análisis más preciso de la dinámica de la deuda, que es intrínsecamente no lineal. La no linealidad se deriva principalmente del hecho de que los efectos de la vulnerabilidad, la preparación y otros factores determinantes no son uniformes en toda la distribución de los diferenciales. Esto es evidente, dado que prevemos que los efectos adversos del cambio climático afectarán desproporcionadamente a los países con diferenciales inicialmente más altos y que dependen principalmente de la deuda a corto plazo. Como anticipábamos, los resultados indican que la vulnerabilidad al cambio climático se hace notablemente significativa para los vencimientos más cortos, especialmente los iguales o inferiores a dos años.
Este impacto es particularmente pronunciado para los países con un perfil de alto riesgo que experimentan elevados costos de endeudamiento en el mercado mundial de deuda. Los resultados ponen de relieve la importancia de los esfuerzos internacionales dirigidos a abordar las repercusiones del cambio climático, en los que dichas iniciativas deberían reconocer el impacto diferenciado del cambio climático en el pago de intereses de la deuda, especialmente para los países emergentes y de renta baja, a medida que el mundo experimenta una transición ecológica global. Este estudio amplía el corpus de investigación existente que modela empíricamente el riesgo soberano y los desempeños soberanos y, en particular, la literatura reciente que investiga el impacto del cambio climático y los desastres naturales en el riesgo soberano. La literatura del primer grupo suele hacer hincapié en la importancia de la disciplina fiscal y el crecimiento a largo plazo para mitigar el riesgo soberano y reducir los diferenciales, especialmente a largo plazo. Según esta literatura, a largo plazo, factores fundamentales como el ratio deuda/PIB determinan de forma significativa los diferenciales de los bonos soberanos de mercado, mientras que a corto plazo, la volatilidad financiera se convierte en un determinante dominante. Otros factores tradicionales que influyen en los desempeños soberanos son las condiciones de la política monetaria local y extranjera, las tasas de inflación locales, la relación déficit/PIB, la relación de intercambio y su volatilidad, las variables fiscales y los factores políticos, junto con la calidad de las instituciones nacionales, entre otros. Nuestra contribución a esta literatura es directa. Se trata de la primera vez que se considera una relación no lineal entre los factores explicativos expuestos y los diferenciales soberanos, regida por el nivel del diferencial, es decir, según el nivel del propio riesgo soberano. Aunque este postulado es innovador, se alinea firmemente con la tradición establecida en este campo de distinguir las economías emergentes (y de renta baja) de las economías desarrolladas cuando se analiza el riesgo soberano. En particular, cuando se examina el riesgo soberano en las economías avanzadas, el diferencial se denomina » desempeño de conveniencia», puesto que se prevé que la dinámica de los diferenciales diverge cuando son altos en comparación con cuando son bajos. Para abordar directamente esta distinción, empleamos modelos de cuantiles de panel, demostrando que ciertos determinantes de los diferenciales tienen más relevancia para distintos segmentos de la distribución de los diferenciales, mientras que otros carecen prácticamente de importancia en determinados cuantiles. Al mismo tiempo, el modelo se abstiene de establecer distinciones arbitrarias entre países, sobre todo en términos de categorías como «avanzados», «emergentes» o «de renta baja», que carecen de fundamentos económicos sólidos. En resumen, se postula que las diferentes dinámicas observadas en los datos están asociadas al nivel de riesgo, y no a unas características ambiguas de los países. Se evalúa empíricamente el impacto de los factores externos en el riesgo específico de cada país y demuestra que este factor, que se estima por sí mismo, sigue siendo consistentemente significativo, independientemente del segmento de la distribución del diferencial analizado o el vencimiento del diferencial. Hasta donde se sabe, se trata de un análisis pionero. La investigación también está relacionada con una rama de la literatura que explora cómo los diferentes vencimientos de los desempeños soberanos y los diferenciales responden a las perturbaciones económicas. En teoría, los tipos de interés a largo plazo reflejan las expectativas sobre la solvencia y las necesidades de financiación futuras de un gobierno, mientras que los tipos a corto plazo indican la preocupación por la liquidez y las perspectivas de resultados a corto plazo.
El informe aborda la preocupación sobre cómo los riesgos soberanos asimétricos pueden afectar la preparación para el cambio climático en los países. El documento analiza cómo los eventos climáticos extremos pueden generar una carga financiera desproporcionada para los gobiernos, especialmente en economías vulnerables. La asimetría en los riesgos soberanos se refiere a la capacidad limitada de los países para absorber el impacto económico de los desastres naturales y otros eventos extremos. Una de las principales conclusiones del informe es que los países con mayores niveles de riesgo soberano asimétrico tienden a tener menos capacidad para hacer frente a los impactos del cambio climático. Esto se debe a que estos países enfrentan desafíos adicionales en términos de acceso a financiamiento y capacidad institucional para implementar medidas de adaptación y mitigación. Además, la falta de capacidad para gestionar los riesgos climáticos puede exacerbar la vulnerabilidad de las poblaciones más pobres y marginadas. El informe también destaca la importancia de fortalecer la resiliencia financiera y la capacidad de respuesta de los gobiernos frente a los riesgos climáticos. Propone una serie de medidas, como el fortalecimiento de los sistemas de alerta temprana, el desarrollo de infraestructuras resilientes y la mejora de los mecanismos de transferencia de riesgos, como los seguros climáticos. Estas medidas pueden ayudar a reducir la carga financiera asociada con los eventos climáticos extremos y mejorar la capacidad de los países para hacer frente a los desafíos del cambio climático. En resumen, el informe del BID resalta la importancia de abordar los riesgos soberanos asimétricos en el contexto del cambio climático y destaca la necesidad de acciones urgentes para fortalecer la capacidad de los países para enfrentar estos desafíos.