El documento resalta la urgencia de acelerar la acción en adaptación y resiliencia climática, dado el impacto devastador que el cambio climático está teniendo en comunidades globales. En este sentido, se enfatiza la necesidad de que empresas e instituciones financieras desempeñen un papel fundamental en impulsar la innovación y la inversión hacia la adaptación y resiliencia, además de los esfuerzos de descarbonización. El Sharm El-Sheikh Adaptation Agenda (SAA), presentado en la COP27, ofrece un plan de acción global integral para aumentar la resiliencia de 4 mil millones de personas para el año 2030. Este plan se centra en las transformaciones necesarias en seis sistemas de impacto: alimentos y agricultura, agua y naturaleza, asentamientos humanos, costas y océanos, infraestructura y salud, junto con políticas, planificación y financiamiento como facilitadores transversales. Aunque se han evidenciado algunos avances en estos sistemas y actores, se requiere un escalado significativo de la acción, la movilización de financiamiento y la toma de decisiones informadas sobre riesgos climáticos. Las empresas e instituciones financieras aún deben comprender completamente la relación e interdependencias entre los sistemas del SAA y su propia resiliencia. En este sentido, el informe busca cerrar esta brecha al resaltar el papel de las empresas e instituciones financieras en la entrega de resiliencia económica, social y ambiental a través del SAA. Presenta un enfoque simple usando tres elementos: mejorar la resiliencia, identificar oportunidades y colaboración para promover la acción de adaptación. Se proporcionan ejemplos de empresas, instituciones financieras y organizaciones que respaldan la acción empresarial para inspirar y motivar a otros. El informe complementa el informe Soluciones Climáticas 2030, que proporciona una hoja de ruta para el sprint de siete años para mantener un futuro resiliente a 1.5 grados al alcance. Aunque la transformación a nivel de sistema aún no ha ocurrido a la velocidad requerida, se ha avanzado sustancialmente en la acción individual de empresas, instituciones financieras y organizaciones para acelerar la acción de adaptación. La conciencia y la acción parecen estar progresando más rápido en los sistemas de alimentos, agricultura, agua y naturaleza en comparación con los sistemas de salud, asentamientos humanos e infraestructura.
De igual forma, el documento aborda cómo las empresas pueden contribuir al avance de la Agenda de Adaptación de Sharm El-Sheikh (SAA) en varios sistemas, con un enfoque en el sistema alimentario y agrícola. Se destaca la vulnerabilidad de este sistema a los impactos del cambio climático y se esbozan los objetivos de la SAA, como la producción sostenible de alimentos, la reducción del desperdicio alimentario, la promoción de dietas saludables, la protección de la biodiversidad y el fin del hambre y la desnutrición para 2030. El sector privado desempeña un papel significativo en el sistema alimentario global, presentando oportunidades para que las empresas desarrollen e implementen soluciones de adaptación. Entre los beneficios se incluyen cadenas de suministro más resilientes, mayor seguridad alimentaria, uso eficiente de recursos, nuevas ofertas de productos y mejoras en los medios de vida. Las empresas ya están implementando prácticas agrícolas sostenibles como enfoques regenerativos y agroecológicos, y se están viendo beneficios cuantificables por parte de los interesados. Enfoques colaborativos e integrados de la cadena de valor son comunes para abordar los desafíos de alimentos y agricultura. Iniciativas como el Proyecto de Agricultura Positiva de Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible reúnen a varios actores para acelerar la transformación de este sistema y aumentar los esfuerzos de adaptación. El reporte proporciona ejemplos de actividades empresariales que contribuyen a los sistemas de alimentos y agricultura, como la diversificación de cultivos, el enriquecimiento del suelo, tecnologías eficientes de riego, compras de créditos de carbono y colaboración con ONG para compartir lecciones aprendidas. Asimismo, destaca la iniciativa SEKEM, que promueve prácticas agrícolas regenerativas, apoya a agricultores pequeños en la transición a la agricultura orgánica y biodinámica, y genera créditos de carbono mientras mejora los medios de vida de las comunidades locales.
Por otra parte, se estudia la importancia de proteger y restaurar la naturaleza para que las empresas logren sus objetivos climáticos y un crecimiento sostenible. Destaca la campaña «Es Ahora por la Naturaleza», que reúne a empresas para contribuir a un mundo positivo para la naturaleza para 2030. Las soluciones basadas en la naturaleza se reconocen como medidas exitosas de adaptación que mejoran la resiliencia a los impactos del cambio climático y pueden mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero. El documento reconoce el reconocimiento reciente y la definición universal de las soluciones basadas en la naturaleza, lo que facilita su implementación por parte de las empresas. Recursos y orientación específica por sector están disponibles para ayudar a las empresas a transformar sus operaciones y contribuir a una economía positiva para la naturaleza. Sin embargo, existe una brecha de financiamiento significativa para proyectos relacionados con el agua y la naturaleza, y se necesita más inversión para que las empresas aceleren la implementación de soluciones de adaptación y resiliencia. El documento también discute el progreso realizado en la COP28, donde las naciones y los participantes no estatales respaldaron la acción climática basada en la naturaleza, y se anunciaron fondos para iniciativas forestales, de manglares y oceánicas. Se está produciendo acción colaborativa entre organizaciones, empresas y gobiernos para acelerar la resiliencia de los sistemas de agua y naturaleza. Iniciativas como la Coalición de Resiliencia del Agua (WRC) y el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD) están trabajando con empresas para preservar los recursos de agua dulce, restaurar la naturaleza e implementar soluciones basadas en la naturaleza. El documento proporciona ejemplos de acciones empresariales que contribuyen a los sistemas de agua y naturaleza, como la restauración de cuencas hidrográficas, el tratamiento de aguas residuales, medidas de eficiencia de recursos y el compromiso con comunidades y organizaciones locales. Ejemplos específicos incluyen la colaboración del WRC con el Fondo del Agua de São Paulo de The Nature Conservancy para restaurar cuencas hidrográficas en Brasil, y la asociación de GSK con una ONG local en India para mejorar los recursos hídricos y aumentar la resiliencia climática para la agricultura y las comunidades locales.
Diferentes varias soluciones financieras e iniciativas pueden desempeñar un papel fundamental en ayudar a las empresas y comunidades a adaptarse y resistir los impactos negativos del cambio climático. Destaca el Fondo de Adaptación, que ha comprometido más de $1 mil millones para proyectos de adaptación y resiliencia climática, beneficiando a más de 43 millones de personas en todo el mundo. Los Principios de Banca Responsable del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente proporcionan un marco para la banca sostenible, guiando a los signatarios en la implementación de su compromiso con la adaptación y resiliencia. La COP28 vio compromisos financieros sustanciales hacia la adaptación climática, incluido un marco para el Objetivo Global de Adaptación (GGA) que requiere que los países desarrollados proporcionen al menos $400 mil millones anuales para 2030 para apoyar a los países en desarrollo. Grupos de financiamiento privado presionaron por mejores condiciones para atraer más dinero privado para la adaptación, lanzando iniciativas como el Reto de Miles de Millones de Dólares para Adaptación en Dubai y el Fondo de Pérdidas y Daños. El informe destaca cómo bancos, aseguradoras e inversores se están movilizando ante los impactos climáticos y las oportunidades para que la financiación privada contribuya a las reformas arquitectónicas internacionales. Se enfatiza la necesidad de regulaciones y políticas nacionales que incentiven los flujos financieros hacia la adaptación y resiliencia. El informe proporciona ejemplos de acciones empresariales, como el Plan de Adaptación del Banco Europeo de Inversiones, la Iniciativa Escala para Resiliencia, el sistema digital de gestión de riesgos climáticos y la taxonomía de resiliencia financiera de COK Sodality, y el Fondo Kuali de Gawa Capital, que recauda capital para pequeños agricultores a través de estructuras innovadoras de financiamiento combinado.
En otra instancia, se esbozan diversas iniciativas, recursos y herramientas destinadas a mejorar la adaptación y resiliencia climática en diferentes sectores, con un enfoque en el sector privado y los sistemas de alimentación y agricultura. Destaca iniciativas de varios años como el Global Business Pathway y el Framework for Building Climate Resilience, que tiene como objetivo establecer un sólido marco empresarial para la acción de adaptación y resiliencia del sector privado. También se están lanzando los Principios para el Liderazgo Empresarial en Resiliencia Climática para resaltar los principios clave para el liderazgo corporativo en esta área. El documento menciona recursos para desarrollo de capacidades y resiliencia, como la guía del Race to Resilience sobre la medición del progreso en resiliencia, el informe del World Business Council for Sustainable Development (WBCSD) sobre resiliencia climática empresarial, y herramientas como la Global Resilience Index Initiative y las herramientas de evaluación de riesgos climáticos de Climada Technology. Para los sistemas de alimentación y agricultura, se menciona el Protocolo FAO GSOC MRV para monitoreo de carbono orgánico del suelo, la herramienta Cool Farm de Coolfarm para calcular métricas relacionadas con la adaptación, la Hoja de Ruta de Alimentación y Agricultura del WBCSD, el Marco de Agricultura Regenerativa de OP2B, y herramientas como el Aqueduct Food del World Resources Institute y la Calculadora de Carbono de Farm Carbon Toolkit. Además, el informe destaca los roles de varias organizaciones, como el Foro Económico Mundial, la Conferencia de las Partes (COP), Resilience First, el Centro para Soluciones Climáticas y Energéticas, el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, la Alianza Global para la Resiliencia, y el Centro Global para la Adaptación, en impulsar los esfuerzos de adaptación y resiliencia climática. A su vez, se proporciona un enfoque de diversos recursos, marcos, puntos de referencia, orientaciones, métricas e iniciativas destinadas a mejorar la resiliencia y adaptación en áreas como agricultura, sistemas alimentarios, sistemas de salud, gestión del agua y conservación de la naturaleza. Cubre iniciativas de organizaciones como el WBCSD, el Pacto Mundial de las Naciones Unidas (UN GC), la Organización Mundial de la Salud (OMS), y otros. Los recursos ofrecen orientación sobre temas como agricultura regenerativa, instalaciones de salud resistentes al clima, gestión del agua, prácticas empresariales positivas para la naturaleza, y evaluación de impactos en el capital natural. El documento, adicionalmente, destaca convocantes y coaliciones que trabajan para acelerar la acción y promover la colaboración en estas áreas, como la Fuerza de Tareas de Agroindustria de la Iniciativa de Mercados Sostenibles (SMI), la Coalición de Agroecología, y la Alianza para la Acción Transformadora en Clima y Salud (ATACH).
El documento proporciona una visión general de recursos, marcos, orientaciones y regulaciones relacionados con los sistemas de agua, naturaleza, y sistemas costeros y oceánicos en el contexto de la adaptación y resiliencia climática. Cubre herramientas, métricas, objetivos y organizaciones convocantes centradas en abordar riesgos hídricos, pérdida de biodiversidad, soluciones basadas en la naturaleza, y resiliencia costera y oceánica. Los recursos clave mencionados incluyen la lista prioritaria de cuencas hidrográficas de alto riesgo del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, directrices para el desempeño empresarial en biodiversidad, herramientas como Aqueduct de WRI para mapear riesgos hídricos, el Objetivo Global para la Naturaleza, Objetivos Basados en la Ciencia para la Naturaleza, y el Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras Relacionadas con la Naturaleza (TNFD). Del mismo modo, resalta convocantes como la Coalición para la Resiliencia del Agua, Negocios por la Naturaleza, y la Coalición para la Resiliencia Oceánica, que reúnen a empresas, organizaciones y gobiernos para impulsar la acción colectiva y promover prácticas sostenibles en estas áreas. En un mismo sentido, se expone el tema referente a recursos para desarrollo de capacidades y mejora de la resiliencia en sistemas de asentamientos humanos e infraestructuras en el contexto de la adaptación y resiliencia climática. Cubre marcos, puntos de referencia, orientaciones, métricas, herramientas y otros recursos de diversas organizaciones e iniciativas. Para los sistemas de asentamientos humanos, destaca recursos como estrategias para que las empresas avancen en la resiliencia climática local, estrategias de gestión de riesgos y resiliencia urbanos, informes de progreso sobre sistemas de alerta temprana, y guías para la planificación de adaptación al cambio climático basada en evidencia en ciudades. También menciona el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres, la iniciativa de Alertas Tempranas para Todos de la ONU, y herramientas como CRiSTAL, Marco de Evaluación de Resiliencia y PREPdata. Para los sistemas de infraestructura, discute estándares como la ISO 14090:2019 sobre Adaptación, informes sobre adaptación de infraestructuras, e iniciativas como Data4Cities del Pacto Global de alcaldes, Explorer de Insights Ambientales de Google, y el perfilador de riesgos de infraestructura de Munich Re. También destaca próximos informes y recursos de organizaciones como la Coalición Internacional para Infraestructuras Sostenibles, Centro Global sobre Adaptación, y la Coalición para Infraestructuras Resilientes ante Desastres. Además, el reporte lista convocantes y organizaciones trabajando en estas áreas, como la Comunidad de Adaptación al Agua del Centro Global sobre Adaptación, la Alianza para la Resiliencia y Preparación, C40 Cities, Iniciativa de Alertas Tempranas para Todos, Red de Ciudades Resilientes, e Iniciativas Internacionales de Consejo para Iniciativas Locales de Medio Ambiente.
En síntesis, el documento subraya la necesidad de intensificar las medidas en materia de adaptación y resiliencia climática, considerando el impacto cada vez más devastador que el cambio climático está teniendo en las comunidades a nivel global. Se hace hincapié en el papel que deben desempeñar las empresas e instituciones financieras en este contexto, no solo impulsando la innovación y la inversión hacia la adaptación y resiliencia, sino también liderando esfuerzos significativos de descarbonización. El SAA, presentado en la COP27, emerge como un plan de acción global integral cuyo objetivo es incrementar la resiliencia de aproximadamente 4 mil millones de personas para el año 2030. Este plan se centra en la identificación de transformaciones cruciales en seis sistemas de impacto, a saber: alimentos y agricultura, agua y naturaleza, asentamientos humanos, costas y océanos, infraestructura, y salud. Además, considera políticas, planificación y financiamiento como facilitadores transversales para lograr estos objetivos. El documento ofrece una visión panorámica de la situación actual en cuanto a adaptación y resiliencia climática, destacando tanto los logros alcanzados como los desafíos pendientes. Hace un llamado a la acción urgente y coordinada de empresas, instituciones financieras, gobiernos y sociedad en su conjunto para abordar de manera efectiva los desafíos climáticos y avanzar hacia un futuro más sostenible y resiliente para todos.