El informe Perspectivas de las transiciones energéticas en el mundo de IRENA presenta una vía completa y rentable para limitar el aumento de la temperatura media global en superficie a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales para 2050. Para lograrlo, es necesario descarbonizar todos los sectores de la economía hacia mediados de siglo. Sin embargo, actualmente hay sectores difíciles de descarbonizar: los camiones pesados, el transporte marítimo, la aviación, la siderurgia y los productos químicos y petroquímicos. Estos sectores representan por sí solos una cuarta parte del consumo mundial de energía y una quinta parte de las emisiones totales de CO2. Es probable que esta cifra aumente en las próximas décadas si siguen dependiendo de los combustibles fósiles. Las energías renovables pueden desempeñar un papel fundamental en la descarbonización de estos sectores difíciles de reducir, y hoy en día cada vez hay más soluciones disponibles; sin embargo, a pesar de los prometedores avances y de la mayor atención prestada por los responsables políticos, ninguno de los sectores difíciles de reducir está en vías de alcanzar las emisiones netas cero a mediados de siglo. La aceleración de la descarbonización en estos sectores difíciles de eliminar requiere una acción decisiva por parte de los gobiernos y el sector privado, con implicaciones de gran alcance para la política nacional e internacional, la tecnología y la planificación de infraestructuras, los mercados mundiales de materias primas, las cadenas de suministro internacionales y los modelos de negocio. El G7 puede desempeñar un papel influyente a la hora de encabezar los esfuerzos de descarbonización adoptando las 11 recomendaciones presentadas en este informe. El Grupo también puede colaborar con los países que no pertenecen al G7 compartiendo las mejores prácticas, eliminando las barreras comerciales y estableciendo normas y definiciones comunes para las materias primas con bajas emisiones de carbono. Este informe -elaborado para informar los debates durante las reuniones entre altos funcionarios del G7, así como la Reunión de Ministros de Clima, Energía y Medio Ambiente del G7 en la ciudad de Turín los días 29 y 30 de abril de 2024- es el resultado del apoyo continuo de IRENA al G7 y a nuestros Miembros en el desarrollo de planes de acción que aceleren la descarbonización de los sectores difíciles de eliminar para alcanzar el objetivo de 1,5 °C del Acuerdo de París. El Grupo de los Siete (G7) se ha hecho eco del llamamiento de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) para acelerar el ritmo y la escala del despliegue de las energías renovables, destacando su importancia no solo como medio eficaz para reducir las emisiones y mejorar la seguridad energética, sino también para impulsar el crecimiento económico y crear empleo. El objetivo de este informe es ofrecer recomendaciones prácticas que el G7 pueda seguir para acelerar los esfuerzos mundiales de descarbonización de determinados sectores «difíciles de eliminar», detallando las vías tecnológicas y las condiciones necesarias para alcanzar este objetivo.
Limitar el aumento de la temperatura media global en superficie a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales requerirá que todos los sectores de la economía se descarbonicen para 2050. Se trata de un gran reto que exigirá nuevas inversiones masivas y cambios profundos en el funcionamiento de los sistemas energéticos. Para algunos sectores, como el transporte de pasajeros por carretera, el camino hacia las emisiones netas cero está claro, como demuestra el aumento exponencial de las ventas de vehículos eléctricos. Sin embargo, el ritmo de transformación en otros sectores es mucho más lento. Algunos subsectores industriales y de transporte son importantes emisores de gases de efecto invernadero (GEI) y más difíciles de descarbonizar debido a sus particularidades físicas, tecnológicas o de mercado. Este informe se centra en cinco sectores difíciles de eliminar: el transporte de mercancías por carretera, el transporte marítimo, la aviación, la siderurgia y los productos químicos y petroquímicos. Estos cinco sectores representan aproximadamente una cuarta parte del consumo mundial de energía y son responsables de alrededor de una quinta parte de las emisiones totales de CO2. Las energías renovables pueden desempeñar un papel central en la descarbonización de todos los sectores difíciles de reducir. Las drásticas reducciones de costes que hemos observado en los últimos años convierten a las energías renovables en la fuente de energía neutra en carbono más barata del mundo. La plena descarbonización de los sectores difíciles de reducir requerirá una combinación de enfoques, dadas las características de cada sector. Sin embargo, la mayoría de las reducciones de emisiones tendrán que lograrse mediante una combinación de cinco vías principales que se basan principalmente en las energías renovables y la eficiencia energética. La transición en los sectores difíciles de eliminar requiere cambios fundamentales, más que pasos graduales. La oportunidad de actuar para contrarrestar la amenaza climática mundial y cumplir el objetivo de 1,5 °C del Acuerdo de París se está cerrando rápidamente. Cumplir la agenda climática requiere soluciones que vayan más allá de reducciones parciales de emisiones. Los responsables de la toma de decisiones deben dar prioridad a soluciones que sean coherentes con las emisiones netas cero, eviten retrasar sus objetivos de descarbonización y el riesgo de futuros activos bloqueados. La mayoría de estas soluciones se basan en las energías renovables. La electrificación directa desempeñará un papel creciente, con importantes contribuciones en múltiples aplicaciones. Algunas de estas soluciones ya están maduras o próximas a la madurez tecnológica. Entre ellas: el uso de hornos de arco eléctrico para la fabricación de acero, que cobrará más importancia a medida que aumente la cuota de acero reciclado en las próximas décadas; los camiones eléctricos de batería, que se encuentran en un punto de inflexión tecnológica y cada vez están más disponibles; las bombas de calor para calefacción de baja a media temperatura en la industria; y el planchado en frío en los puertos. Otras aplicaciones de la electrificación directa, aunque tienen un gran potencial, aún necesitan más desarrollo. Entre ellas: craqueadores eléctricos para producir productos químicos primarios; electrólisis de minerales de hierro; y aviones y barcos eléctricos o híbridos para distancias cortas.
La bioenergía y los combustibles sintéticos desempeñarán un papel fundamental y complementario a la electrificación. La ampliación de soluciones bioenergéticas sostenibles y bajas en carbono no sólo es clave para la descarbonización del transporte marítimo y aéreo. También es fundamental para proporcionar materias primas para productos químicos y como fuente potencial de carbono para combustibles sintéticos. La electrificación indirecta, es decir, la producción de hidrógeno renovable, también está llamada a desempeñar un papel importante en la reducción de las emisiones de estos sectores. Puede hacerlo como reductor en la producción de hierro en la producción primaria de acero, como forma de combustibles sintéticos para la navegación y la aviación, y como materia prima para las industrias químicas. Estas vías tendrán que complementarse con mejoras continuas de la eficiencia energética, la aplicación de los principios de la economía circular y cambios de comportamiento y de procesos que reduzcan la demanda. Además, las emisiones pueden reducirse aún más mediante la aplicación de medidas de captura, utilización y/o eliminación de CO2, siempre que estas tecnologías logren las mejoras necesarias en cuanto a rendimiento y economía para hacerlas técnicamente escalables y económicamente viables. Aunque la tecnología está cada vez más disponible, a falta de una tarificación del carbono suficientemente elevada y generalizada, una transición oportuna en los sectores difíciles de eliminar exigirá casi con toda seguridad pagar una prima sobre el coste de los sistemas basados en combustibles fósiles. Las diferencias de coste varían mucho según el sector y la aplicación. A pesar de los prometedores avances y de la mayor atención prestada por los responsables políticos, ninguno de los sectores difíciles de eliminar se encuentra en una trayectoria compatible con la consecución de emisiones netas cero a mediados de siglo. Para acelerar la descarbonización de los sectores de difícil reducción, es necesario establecer una serie de condiciones favorables. Esto requerirá una acción decisiva por parte de los gobiernos y del sector privado. También tienen implicaciones fundamentales en términos de política nacional e internacional y entornos normativos, tecnología y planificación de infraestructuras, mercados mundiales de materias primas, cadenas de suministro internacionales y modelos empresariales.
El informe aborda la necesidad apremiante de descarbonizar sectores difíciles de abatir, como la industria, el transporte y los edificios, para lograr los objetivos climáticos globales. Estos sectores representan una proporción significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y, por lo tanto, son cruciales para la transición hacia un futuro más sostenible y bajo en carbono. El informe destaca que la descarbonización de estos sectores requerirá un aumento significativo en la participación de las energías renovables en el suministro de energía final. Propone una serie de medidas para lograr esto, incluida la integración de energías renovables en los procesos industriales, la electrificación del transporte y la calefacción, y la mejora de la eficiencia energética en todos los sectores. Además, enfatiza la importancia de políticas y marcos regulatorios sólidos para impulsar la adopción de energías renovables en estos sectores. El informe también destaca el papel crucial de la cooperación internacional, especialmente entre los países del G7, para abordar estos desafíos de manera efectiva. Señala que la colaboración en áreas como la investigación y el desarrollo de tecnologías limpias, la transferencia de tecnología y el apoyo financiero será fundamental para acelerar la transición hacia un futuro con bajas emisiones de carbono. Además, subraya la necesidad de adoptar un enfoque integral que aborde tanto la oferta como la demanda de energía en estos sectores difíciles de abatir.