IRENA estableció los Marcos de Colaboración como plataformas de diálogo y acción coordinada para apoyar la transición energética mundial. Con una membresía mundial casi universal, la IRENA tiene el mandato de reunir a la comunidad mundial para debatir y cooperar en temas de importancia estratégica. En 2023, el Marco de Colaboración sobre el Hidrógeno Verde (CFGH) se centró en hacer balance del despliegue mundial del hidrógeno tras años de desarrollo de estrategias y anuncios de proyectos, apoyando el proceso de inventario mundial de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2023 (COP28). Las dos reuniones del CFGH convocadas ese año arrojaron luz sobre las siguientes cuestiones: ¿En qué punto se encuentra el mundo a la hora de traducir los planes en acciones, a qué retos se enfrentan los Estados miembros y de qué soluciones pueden beneficiarse? La primera reunión del CFGH celebrada en 2023 se centró en el desarrollo de estructuras de demanda para el hidrógeno verde, mientras que la segunda se centró en el lado de la oferta. Este informe sintetiza las ideas esenciales recogidas de los países miembros de IRENA y de los expertos que participaron en estas reuniones. El informe también sirve como aportación a la Acción Prioritaria 5 del sector del hidrógeno de la Agenda de Avances, «Coordinación del paisaje», en la medida en que ofrece una visión general de las iniciativas en curso a escala internacional. Con su composición casi universal, el CFGH de IRENA se encuentra en una posición única para mejorar la coordinación y la transparencia de la colaboración internacional en materia de hidrógeno verde. El impulso hacia la planificación del hidrógeno verde sigue siendo fuerte, y el lanzamiento de estrategias de hidrógeno ha aumentado en los últimos años. En 2023, pioneros como Alemania y Japón publicaron revisiones y actualizaciones iniciales de sus estrategias. Dada la rápida evolución del sector del hidrógeno ecológico, la actualización de las estrategias es crucial para abordar esos avances. Entre los avances significativos en certificación y normas se incluyen la presentación de la metodología de la Organización Internacional de Normalización (ISO) para evaluar las emisiones de gases de efecto invernadero y la Declaración de Intenciones para el reconocimiento mutuo de los sistemas de certificación anunciada en la COP28. Sin embargo, a pesar de los progresos realizados, persisten los retos en el comercio de hidrógeno como derivados. En 2024, IRENA lidera los esfuerzos para mapear los métodos de contabilidad, las normas y los esquemas de certificación existentes, centrándose en el amoníaco, el metanol y el acero producidos por reducción directa de hierro a base de hidrógeno verde. Para crear cadenas de valor de hidrógeno verde realmente sostenibles, los planificadores de proyectos deben tener en cuenta algo más que las emisiones.
También deben tener en cuenta el impacto ambiental local, incluido el suministro de energía y agua, así como factores sociales como la creación de empleo y la participación de la comunidad. La cartera mundial de proyectos piloto de hidrógeno es incipiente y se concentra en Europa y Asia. China, Alemania, España y Australia suman el 50% de la capacidad prevista o instalada; el 46% de la capacidad está aún en fase de anuncio (567 megavatios [MW]), con sólo 396 MW en desarrollo y 268 MW operativos. Los elevados costos de financiación y el acceso a la misma siguen siendo retos clave en los numerosos países en desarrollo con un importante potencial de energías renovables. Catalizar la producción de hidrógeno verde en estos países requeriría reducir los riesgos, compartirlos y crear mecanismos de financiación a medida. Fomentar la participación de la comunidad y, por tanto, la aceptación social, es fundamental para la implantación de nuevas tecnologías energéticas, especialmente en aquellas que implican el desarrollo de infraestructuras a gran escala, como las necesarias para satisfacer la futura demanda de hidrógeno verde. El aprendizaje entre iguales de las mejores prácticas resultará beneficioso en este sentido. Se han registrado modestos avances en la creación de demanda de hidrógeno verde. Es importante que tanto los gobiernos como las empresas envíen señales colectivas de demanda más fuertes, pasando de los objetivos a las políticas y de los compromisos a los contratos. La identificación de compradores predefinidos es crucial. Acontecimientos tan esperados como la adopción de los Actos Delegados de la Directiva Europea sobre Energías Renovables hacen de 2023 un año crucial para la elaboración de políticas audaces y la toma de decisiones relativas a la financiación pública del hidrógeno verde. En una carrera por liderar el sector del hidrógeno verde, se introdujeron importantes planes de incentivos y mecanismos políticos. Aunque diversos en su diseño y planteamiento, su objetivo es enviar señales sólidas a la demanda, garantizando al mismo tiempo un suministro amplio y seguro de hidrógeno verde. Se trata de un paso importante en el proceso de puesta en marcha de los planes. La regulación y el apoyo a la inversión son condiciones previas cruciales para acelerar la producción y el despliegue del hidrógeno verde. El hidrógeno verde y sus derivados son fundamentales para la última etapa de la reducción neta a cero de las emisiones, que debería completarse a mediados de siglo como muy tarde. Alcanzar el cero neto requiere una transformación integral de todos los sectores, incluyendo no sólo la energía sino también los usos finales. Una combinación de eficiencia energética y energías renovables puede aportar la mayor parte de las reducciones de emisiones necesarias para cumplir los objetivos del Acuerdo de París. Para algunas aplicaciones en las que el uso directo de electricidad renovable no es técnicamente viable o rentable, el hidrógeno verde puede ayudar a reducir la brecha de descarbonización.
Según los cálculos de IRENA, en el escenario de 1,5 °C, en 2050 el hidrógeno verde y sus derivados pueden reducir el 12 % de las emisiones y representar el 14 % del consumo final de energía. El hidrógeno verde y sus derivados ofrecen a los países altamente industrializados la oportunidad de transformar sus industrias para conseguir emisiones netas nulas, al tiempo que presentan perspectivas de desarrollo industrial en los países en desarrollo ricos en recursos energéticos renovables. La consecución de estos objetivos requiere una combinación de fuertes señales de demanda, políticas públicas eficaces y una participación proactiva del sector privado. El despliegue del hidrógeno verde también dará lugar a la creación de nuevas cadenas de valor, algunas de las cuales se extenderán por todo el planeta y en las que participará una amplia gama de partes interesadas. La colaboración internacional es necesaria para compartir las mejores prácticas y también las lecciones aprendidas a lo largo del camino. La aplicación de estrategias de hidrógeno verde ha aumentado rápidamente en los últimos años, junto con numerosos anuncios de proyectos y acuerdos bilaterales y trilaterales. Mientras que Japón, la República de Corea y Australia han estado a la cabeza en el desarrollo de estrategias sobre el hidrógeno, desde 2020, cada vez más países han lanzado sus estrategias. En la actualidad, existen unos 50 documentos estratégicos y cuatro revisiones de estrategias. Sin embargo, resulta difícil evaluar cuántas de estas iniciativas se han traducido en acciones tangibles y en qué punto se encuentra el mundo en términos de despliegue de hidrógeno verde. Un enfoque para determinar los progresos realizados fue el primer proceso de Evaluación Global (GST, por sus siglas en inglés) de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2023 (COP28). El proceso GST se diseñó para hacer un inventario de la situación mundial en materia de acción climática e identificar las lagunas. En 2023, el Marco de Colaboración sobre Hidrógeno Verde (CFGH, por sus siglas en inglés) de IRENA se dedicó a respaldar el proceso GST examinando de cerca los últimos avances en el sector del hidrógeno verde. Gracias a la composición casi universal de IRENA, el CFGH reunió a la comunidad mundial y arrojó luz sobre los progresos realizados hasta la fecha en la creación de estructuras de oferta y demanda de hidrógeno verde y derivados. Se invitó a los participantes, incluidos los gobiernos y las partes interesadas del sector, a compartir sus experiencias sobre los obstáculos encontrados y a debatir posibles soluciones. Los resultados de estas reuniones se difundieron durante la COP28, proporcionando información valiosa sobre los avances y retos en el panorama mundial del hidrógeno verde.
El informe destaca la importancia de esta fuente de energía limpia y su potencial para abordar los desafíos relacionados con la transición energética y el cambio climático. Se señala que el hidrógeno verde, producido a partir de fuentes renovables como la solar o eólica, puede desempeñar un papel crucial en la descarbonización de sectores difíciles de electrificar, como la industria pesada y el transporte de larga distancia. El informe destaca que, si bien el hidrógeno verde ofrece beneficios significativos para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, su despliegue a gran escala requiere un marco regulatorio y político sólido, así como inversiones significativas en infraestructura y tecnologías asociadas. Se enfatiza la necesidad de una cooperación internacional coordinada para superar estos desafíos y aprovechar plenamente el potencial del hidrógeno verde. En este sentido, el informe destaca varias iniciativas y acuerdos internacionales que están impulsando el despliegue del hidrógeno verde. Se menciona, por ejemplo, la Iniciativa de Hidrógeno Verde de la Unión Europea, que tiene como objetivo establecer una cadena de valor completa para el hidrógeno verde en Europa. Asimismo, se destaca la colaboración entre países como Japón y Australia para desarrollar una cadena de suministro de hidrógeno verde a gran escala, aprovechando las abundantes fuentes de energía renovable de Australia y la experiencia tecnológica de Japón. El informe también hace hincapié en la importancia de la colaboración entre el sector público y privado para acelerar el despliegue del hidrógeno verde. Se destacan ejemplos de empresas líderes que están invirtiendo en tecnologías de producción de hidrógeno verde y colaborando en proyectos piloto para demostrar la viabilidad de esta fuente de energía limpia a gran escala. En resumen, el informe subraya que la cooperación internacional es fundamental para aprovechar plenamente el potencial del hidrógeno verde y acelerar la transición hacia un futuro energético sostenible y libre de carbono. Se enfatiza la necesidad de un enfoque integrado que combine políticas sólidas, inversiones en infraestructura y tecnologías innovadoras para garantizar el éxito del despliegue del hidrógeno verde a gran escala.