Dinamarca ha sido uno de los primeros líderes en descarbonización y está sirviendo de inspiración a muchos países de todo el mundo. La transformación tecnológica del sistema energético danés es rápida y visible, sobre todo en electricidad con la eólica marina, el biometano, la calefacción urbana y el desarrollo de la captura y almacenamiento de carbono (CAC). Dinamarca tiene la mayor cuota de electricidad eólica (54%) de la AIE, que junto con la bioenergía y la energía solar fotovoltaica (FV) constituyen el 81% del mix energético. El sector de la calefacción urbana ha eliminado prácticamente el carbón, lo que ha contribuido a reducir la dependencia de los combustibles fósiles en el suministro total de energía (STE) de Dinamarca del 75% en 2011 al 53% en 2022, muy por debajo de la media de la AIE del 79%. Dinamarca se ha comprometido a poner fin a la producción de combustibles fósiles para 2050. Alcanzar el 100% de biometano en calefacción antes de 2030 se ha convertido en una prioridad clave desde que Rusia inició la invasión de Ucrania. La sociedad danesa está plenamente comprometida con la transición energética a través de amplios acuerdos políticos sobre energía y clima, que orientan la elaboración de políticas y las asociaciones público-privadas. Dinamarca cuenta con una sólida gobernanza en materia de energía y clima bajo el Ministerio de Clima, Energía y Servicios Públicos y «la rueda del año» de la Ley del Clima de 2020 para garantizar que las acciones políticas anuales y la financiación se orientan hacia la reducción de emisiones. En virtud de la Ley del Clima de 2020, el Gobierno está legalmente obligado a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un 50-54% en 2025 y en un 70% hacia 2030 con respecto a los niveles de 1990. En 2022, el nuevo Gobierno de coalición propuso adelantar el objetivo de neutralidad climática a 2045 y fijarse una reducción de emisiones del 110% para 2050. Los objetivos aún no se han adoptado en la Ley del Clima, pero se espera que se revise. Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 70% para 2030 exige lograr en sólo siete años lo que se consiguió en los últimos 30 años. En 2023, la Perspectiva de la Situación Climática de la Agencia Danesa de la Energía (DEA) advierte de un desfase hacia los objetivos de 2030 sobre la base de las medidas y políticas existentes. Serán necesarias medidas adicionales para alcanzar los objetivos, sobre todo en el transporte, la agricultura y la industria. Gracias a la integración con los sistemas eléctricos continentales nórdicos y europeos, Dinamarca está bien situada para avanzar en la descarbonización de su economía y convertirse en un gran exportador. Los objetivos de despliegue de Dinamarca son impresionantes: para 2030, la generación de energía eólica y solar en tierra debe cuadruplicarse. Dinamarca es un centro regional para el transporte marítimo y aéreo y, junto con las agrupaciones industriales de la región del Mar del Norte, un centro de demanda de hidrógeno de bajas emisiones, combustibles electrónicos y captura, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS).
Para que la industria siga adelante con las oportunidades de negocio y exportación a un ritmo rápido, el Gobierno tiene que apoyar las condiciones marco y reducir los riesgos de inversión para la industria en el despliegue de infraestructuras para redes, CO2 e hidrógeno mediante la evaluación de los riesgos de la cadena de suministro, el apoyo a los acuerdos bilaterales y el desarrollo de normas de la Unión Europea (UE). Estas normas incluyen el Mecanismo de Ajuste en la Frontera del Carbono, la certificación del hidrógeno y un marco para el transporte y almacenamiento de CO2, y las normas de la UE para las emisiones negativas. Con proyectos tan ambiciosos, los retos de integración del sistema pueden aumentar en el sistema danés, dependiendo de la expansión de las renovables en la región. La creación de un plan director regional de infraestructuras verdes es fundamental para que las empresas realicen inversiones, dado que permite identificar las zonas de demanda y suministro y las futuras conexiones comerciales. Dinamarca ha decidido que el operador estatal del sistema de transmisión Energinet y la empresa de distribución de gas Evida sean los propietarios y operadores de la futura infraestructura de conducciones de hidrógeno. Se está avanzando en la firma de acuerdos bilaterales. Dinamarca y Alemania construirán un gasoducto de hidrógeno antes de 2028 y acordaron cooperar en proyectos de colaboración en materia de energía eólica marina y CCUS en la Cumbre de Ostende de mayo de 2023. La orientación a la exportación del desarrollo de tecnologías energéticas limpias en Dinamarca debería incorporarse en los próximos años a la diplomacia climática global del país para formar asociaciones industriales de red cero con socios de todo el mundo. Los imperativos políticos del gobierno consisten en garantizar que los objetivos se cumplan de la manera más rentable y socialmente equilibrada, evitando al mismo tiempo las fugas de carbono, tal y como consagran los principios de la Ley del Clima. Para ello será necesario mejorar el seguimiento, la legibilidad y la visibilidad de los objetivos, que se establecen a través de una amplia gama de acuerdos, y una asociación de aplicación con los municipios y las empresas. El Equipo Nacional de Crisis Energética (NEKST) podría convertirse en un importante órgano de coordinación entre todos los niveles de gobierno para identificar barreras, permitir un enfoque del sistema energético, preparar reformas y acelerar la aplicación de medidas críticas para alcanzar los objetivos a corto plazo para 2025 y 2030. NEKST podría encargarse de la coordinación nacional de un despliegue acelerado de las energías renovables y de acciones coordinadas entre los agentes locales.
El informe representa un análisis exhaustivo de la política energética de este país escandinavo. Este informe detalla y evalúa las estrategias, medidas y avances realizados por Dinamarca en su transición hacia un sistema energético más sostenible y eficiente. Se destaca el compromiso continuo de Dinamarca con las energías renovables y la reducción de emisiones de carbono, elementos clave en su política energética. El informe resalta el papel pionero de Dinamarca en la adopción de fuentes de energía renovable, especialmente la eólica. La nación ha continuado expandiendo su capacidad de energía eólica marina y terrestre, consolidando su posición como líder mundial en este campo. Además, se subraya el enfoque innovador de Dinamarca en la integración de tecnologías inteligentes y soluciones de almacenamiento de energía para garantizar la estabilidad y fiabilidad del suministro. Asimismo, el informe analiza los programas y políticas gubernamentales implementados para promover la eficiencia energética, incluyendo incentivos para la renovación de edificios y el fomento del transporte sostenible. Se destacan los esfuerzos continuos para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y la implementación de medidas ambiciosas para alcanzar objetivos de neutralidad de carbono en el futuro cercano. Además, el informe aborda los desafíos y oportunidades que enfrenta Dinamarca en su camino hacia la sostenibilidad energética, como la gestión de la intermitencia de las fuentes renovables y la optimización de la red eléctrica para una mayor integración de energías limpias. En resumen, el informe destaca los logros significativos de Dinamarca en el ámbito de la energía sostenible, al tiempo que identifica áreas clave para mejorar y fortalecer su posición como líder mundial en la transición hacia un futuro energético más verde y resiliente.
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https://www.iea.org/reports/denmark-2023
https://iea.blob.core.windows.net/assets/9af8f6a2-31e7-4136-94a6-fe3aa518ec7d/Denmark_2023.pdf