El desarrollo ha entrado en una nueva era en la que la digitalización está transformando profundamente las economías y sociedades. Avances significativos en tecnologías digitales han impulsado cambios dramáticos, desde la forma en que se comunica el mundo y accede a la información hasta cómo realizan negocios e interactúan con el entorno. La digitalización ha abierto nuevos caminos para la innovación, eficiencia e inclusión, brindando beneficios tangibles y nuevas posibilidades a individuos, organizaciones y naciones. Abrazar la digitalización ya no es una elección, sino una necesidad, puesto que sienta las bases y el potencial para dar forma a un mundo más inclusivo, resiliente y sostenible para las generaciones futuras. Cuando internet rápido está disponible, la probabilidad de que un individuo esté empleado aumenta hasta un 13.2 por ciento, el empleo total por empresa aumenta hasta un 22 por ciento y las exportaciones de la empresa casi se cuadriplican. En toda África, la cobertura 3G se ha relacionado con una reducción de la pobreza extrema del 10 por ciento en Senegal y del 4.3 por ciento en Nigeria. El análisis y la toma de decisiones basados en datos pueden aumentar las ventas de las pequeñas y medianas empresas y ayudarlas a establecer una ventaja competitiva. Las tecnologías digitales pueden reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta en un 20 por ciento para 2050 en los tres sectores con mayores emisiones: energía, materiales y movilidad. Sin embargo, el progreso y el impacto distributivo de la digitalización han sido muy desiguales dentro y entre países. Las características inherentes de los datos digitales y las tecnologías digitales también generan nuevos riesgos. En 2022, un tercio de la población mundial sigue sin conexión a internet. Más de la mitad de las empresas en Burkina Faso, Etiopía, Ghana y Senegal, según informes, carecen de conexión a internet. Los efectos de red y las economías de escala y alcance tienden a concentrar información, ganancias y poder. Las tecnologías digitales han acelerado la automatización y han desplazado a trabajadores, mientras que el aumento del trabajo informal puede traer riesgos para los trabajadores, incluida la falta de protección social. Las plataformas de redes sociales y los algoritmos han contribuido a la propagación de información errónea y extremismo, haciendo que la sociedad sea aún más divisiva. Los datos y tecnologías digitales también crean nuevas vulnerabilidades de privacidad y seguridad. El crecimiento explosivo de datos y la masiva digitalización están resultando en aumentos significativos en el consumo de electricidad y las emisiones de gases de efecto invernadero. Como resultado, el Banco Mundial está lanzando el Informe de Progreso y Tendencias Digitales, que rastrea el progreso global de la digitalización, resume las tendencias tecnológicas y de mercado emergentes, y destaca cambios y debates políticos. El informe se centra en países de bajos y medianos ingresos. Busca abrir un diálogo y motivar la acción entre las audiencias relevantes para ayudar a sostener el compromiso político de cerrar la brecha digital.
El informe también llama la atención global sobre experiencias exitosas, así como sobre áreas en las que los esfuerzos deberán redoblarse. El crecimiento sin precedentes de los datos y las capacidades analíticas, incluidas la nube y la inteligencia artificial (IA), está impulsando la digitalización a una nueva era. Esta edición inaugural destaca dos tendencias emergentes: la aparición del concepto de infraestructura pública digital (DPI, por sus siglas en inglés) y los avances en tecnologías de IA y sus implicaciones. DPI, la combinación de plataformas digitales para identidad, pagos e intercambio de datos, se ha convertido en la base para acceder a servicios públicos y privados por parte de individuos y empresas. Los últimos avances en tecnologías de IA han generado gran entusiasmo, así como preocupación. Es fundamental que la comunidad global, incluidos los países de bajos y medianos ingresos, trabaje juntos para abrir un nuevo camino de desarrollo y prepararse para la disrupción de la IA. La nueva serie de Informes de Progreso y Tendencias Digitales adopta un marco holístico de digitalización, con temas selectivos examinados en profundidad en cada edición. El marco incluye tanto los aspectos de producción como de adopción de tecnologías digitales y sus interacciones. Los beneficios y riesgos también están interconectados y reflejan los compromisos y la complejidad de la digitalización: la innovación y el crecimiento pueden ir acompañados de una alta concentración y una menor contestabilidad del mercado. Las ganancias de eficiencia y los menores costos para las grandes empresas pueden significar una mayor desigualdad y polarización. La digitalización puede crear empleos y mejorar la inclusión, pero también resulta en asimetría de poder y facilita a los gobiernos y empresas monitorear y controlar a los individuos. La innovación digital crea nuevas posibilidades para la mitigación y adaptación al cambio climático, pero amplía la huella de carbono del sector de tecnologías de la información y la comunicación (TIC). La ciberseguridad, la privacidad y la desinformación también son riesgos importantes que pueden socavar la confianza en el espacio digital y eludir los beneficios de la digitalización. Los países necesitan maximizar los beneficios y minimizar los riesgos de la digitalización. Tanto los países de altos ingresos como los de ingresos medios han avanzado significativamente desde 2019 para reducir las brechas entre áreas urbanas y rurales, grupos de edad y géneros. Sin embargo, en los países de bajos ingresos, estas brechas se han ampliado, dado que la mayoría de los nuevos usuarios de internet son jóvenes varones en áreas urbanas. El uso de internet es mucho más común entre individuos que residen en áreas urbanas que entre los que residen en áreas rurales. La brecha urbano-rural destaca como la más amplia de las tres brechas (urbano-rural, juventud-adultez y hombre-mujer) en los países de bajos y medianos ingresos, lo que indica disparidades económicas más amplias entre áreas urbanas y rurales. La brecha urbano-rural es particularmente pronunciada en los países de ingresos medios bajos, donde tres cuartas partes de los residentes urbanos usan internet en 2022, en comparación con solo dos de cada cinco residentes rurales. Independientemente del grupo de ingresos, los jóvenes de entre 15 y 24 años tienen más probabilidades de usar internet que la población mayor, aunque la brecha es mayor en los países de ingresos medios altos. La brecha de género se ha cerrado en gran medida en los países de altos ingresos, pero persiste en los países de ingresos medios bajos y bajos, donde la proporción de hombres que usan internet supera a la de mujeres en hasta 15 puntos porcentuales.
El informe analiza el progreso digital y las tendencias globales en el uso de la tecnología. El informe destaca el impacto significativo de la pandemia de COVID-19 en la aceleración de la digitalización en todo el mundo, con un aumento notable en la adopción de tecnologías digitales en múltiples sectores. Se observa que la digitalización ha sido fundamental para garantizar la continuidad de las operaciones comerciales y la prestación de servicios durante la crisis sanitaria. En el informe se identifican varias tendencias clave, entre las que se incluyen el crecimiento de la economía digital, el aumento de la conectividad y el acceso a Internet, y el incremento en la adopción de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial (IA) y el internet de las cosas (IoT). Se destaca que la economía digital está cada vez más integrada en la economía global, y se prevé que continúe expandiéndose en los próximos años. Además, el informe resalta la importancia de abordar la brecha digital para garantizar que todos los países y comunidades puedan beneficiarse de las oportunidades que ofrece la digitalización. Se señala que la brecha digital sigue siendo un desafío, con disparidades significativas en la conectividad y el acceso a la tecnología entre países y dentro de los países. En cuanto a las implicaciones para el desarrollo económico y social, el informe destaca que la digitalización puede tener efectos positivos en términos de crecimiento económico, eficiencia y acceso a servicios básicos. Sin embargo, también señala la necesidad de abordar los desafíos relacionados con la privacidad de los datos, la ciberseguridad y la inclusión digital para garantizar que la digitalización beneficie a todos de manera equitativa.