La evolución de los mundos virtuales ha generado un profundo impacto en diversas áreas, desde la experiencia del usuario hasta la regulación y política que los rodea. Estos entornos persistentes e inmersivos, donde lo físico y lo digital convergen en tiempo real, plantean desafíos significativos y abren nuevas oportunidades. El documento destaca las características clave de los mundos virtuales, identificando y analizando diversos problemas de política que los rodean, como la experiencia del usuario, la creación masiva de contenido, las tecnologías e infraestructuras de conectividad, y los problemas de gobernanza. Además, resalta varias lagunas regulatorias en áreas como la moderación del comportamiento, la responsabilidad, la seguridad, la protección infantil, la protección de datos, los incentivos para la creación de contenido y tecnológicos, la interoperabilidad y la estandarización. Asimismo, se aborda el escepticismo hacia los mundos virtuales y las preocupaciones sobre la sostenibilidad económica y ambiental. De igual forma, se proporcionan recomendaciones para abordar los desafíos identificados en materia de política y regulación planteados por los mundos virtuales. El documento tiene como objetivo definir los mundos virtuales e identificar sus principales características, desafíos y posibles lagunas regulatorias o necesidades de política. Compara las definiciones de los mundos virtuales desde documentos de política oficial y propone su propia definición. Los mundos virtuales se definen como entornos persistentes e inmersivos que mezclan el mundo físico y digital en tiempo real, habilitados por tecnologías como 3D y realidad extendida (XR). Las características clave son la inmersión, sincronía, persistencia e interoperabilidad en plataformas interconectadas (en etapas más maduras). El análisis identifica cuatro desafíos principales de los mundos virtuales: 1) Experiencia del usuario (seguridad, privacidad, adicción); 2) Creación de contenido comunitario (derechos de propiedad intelectual, moderación de contenido); 3) Infraestructuras y tecnologías (gobierno de datos, problemas de competencia); 4) Gobernanza (jurisdicción legal, tributación). Para cada característica, el texto examina desafíos económicos, legales y éticos, evaluando posibles lagunas regulatorias y la justificación para la intervención política. Concluye proporcionando recomendaciones basadas en los temas discutidos.
El desarrollo y la gobernanza de los mundos virtuales se presenta como un campo complejo y en constante evolución, con múltiples facetas a considerar. La definición propuesta de los mundos virtuales como experiencias inmersivas, sincrónicas, persistentes y unificadas en 3D que permiten la creación masiva de contenido captura la esencia de su etapa actual, al tiempo que reconoce la aparición de nuevas características en la futura fase del metaverso. Esta definición enfatiza la importancia de la interoperabilidad y estandarización para aspectos como la verificación de identidad, activos virtuales y monedas, buscando mejorar la confiabilidad y experiencia del usuario en diversas plataformas. Sin embargo, se advierte sobre la estandarización prematura de tecnologías subyacentes e infraestructuras. La atracción de los mundos virtuales radica en su capacidad para facilitar actividades y experiencias compartidas, desde compras hasta participación política, potenciadas por tecnologías como la sincronía y la tridimensionalidad. El dinamismo de construcción de comunidad y la transferencia de activos entre mundos virtuales amplían su atractivo, aunque la calidad percibida de la experiencia del usuario y desafíos como la accesibilidad, inclusión y protección de datos también son aspectos que deben abordarse. En términos de gobernanza, se destaca la importancia de incentivos para la creación de contenido, el compromiso del usuario y modelos de monetización, así como la necesidad de estándares abiertos y colaboración entre actores centralizados y descentralizados para el desarrollo y regulación efectiva de los mundos virtuales.
La discusión sobre las consideraciones políticas y regulatorias para los mundos virtuales emergentes enfatiza la necesidad de equilibrar la innovación y los derechos de propiedad sin generar monopolios. Los desafíos clave incluyen determinar si una política general debería abarcar todos los mundos virtuales o si se necesitan políticas específicas por sector, y abordar temas como la moderación del comportamiento, la responsabilidad, la seguridad, la protección infantil y la protección de datos. Si bien el marco regulatorio existente de la UE, como el GDPR, el DMA, el DSA y la Ley de Datos, aborda muchos de estos problemas, se requiere claridad sobre el tratamiento de los datos inferidos. Consideraciones específicas son necesarias para la moderación del comportamiento, debido a que no está claro si el marco actual cubre la moderación de avatares o comportamientos virtuales. La responsabilidad y los mecanismos de ejecución también son determinantes, potencialmente involucrando herramientas tecnológicas para detección y sanciones. El estatus legal de las organizaciones autónomas descentralizadas (DAOs) que operan en mundos virtuales necesita armonización, dado que no son reconocidas como entidades legales en la mayoría de los países. El texto sugiere considerar la responsabilidad específica por conductas dañinas o ilegales, combinando tecnología y sistemas y procesos robustos. Sin embargo, definir consecuencias para violaciones de reglas y garantizar mecanismos consistentes de recurso y reparación en todos los mundos virtuales es desafiante debido a las diferentes tecnologías y la falta de interoperabilidad legal. Otro aspecto abordado es la necesidad de interoperabilidad y estandarización en los mundos virtuales emergentes, también conocidos como metaverso. Se señala la falta de esfuerzos específicos de estandarización por parte de entidades públicas y la existencia de iniciativas privadas. El texto sugiere que algún nivel de estandarización puede ser beneficioso, especialmente para características como transacciones, gestión de identidad y avatares, para habilitar la compatibilidad entre mundos y la experiencia del usuario. Sin embargo, se advierte contra obligaciones de interoperabilidad impuestas por el gobierno en todas las características, puesto que puede limitar el desarrollo tecnológico e innovación, especialmente en las etapas iniciales de los mundos virtuales. Se reconoce la complejidad tanto de la interoperabilidad vertical (dentro de un solo mundo virtual) como horizontal (entre diferentes mundos virtuales). Se sugiere que los «sandboxes» regulatorios podrían fomentar la innovación, y que se necesita un enfoque multiactor que involucre a diversas partes interesadas y jurisdicciones para los esfuerzos de estandarización. El texto también menciona el enfoque regulatorio de la UE para la interoperabilidad a través del DMA y la Ley de Datos.
El análisis sobre el potencial de interoperabilidad y estandarización en los mundos virtuales, así como los marcos legales y regulatorios que podrían facilitar o requerirlo, es fundamental para comprender los desafíos y oportunidades en este ámbito en constante evolución. El Acta de Mercados Digitales (DMA) y la Ley de Datos se examinan como posibles instrumentos legales para promover la interoperabilidad, tanto de manera vertical (entre diferentes capas de la tecnología) como horizontal (entre distintos mundos virtuales o servicios). La Ley de Datos parece más prometedora para habilitar la interoperabilidad horizontal al permitir que la Comisión Europea establezca requisitos esenciales y solicite estándares para espacios de datos y servicios de procesamiento de datos. Sin embargo, su alcance se limita a servicios del «mismo tipo de servicio», lo que podría obstaculizar la interoperabilidad entre mundos virtuales de diferentes sectores. Se reconoce la complejidad de lograr una interoperabilidad completa en los mundos virtuales debido a su naturaleza en constante evolución, los estándares competitivos y el posible impacto en la innovación y la variedad de productos. Se sugiere que, si bien la estandarización en ciertas áreas (por ejemplo, moneda, autenticación de usuarios) puede ser factible y beneficiosa, imponer una interoperabilidad completa en una etapa temprana podría ser contraproducente. Se recomienda el principio de proporcionalidad, apuntando a la interoperabilidad solo para funcionalidades específicas donde sea altamente deseable y capaz de fomentar el desarrollo. Además, se destaca la importancia de los esfuerzos voluntarios y autorreguladores por parte de actores privados para abordar obstáculos técnicos y lograr la estandarización de una manera que considere la necesidad de escala, confiabilidad y aceptación por parte de los usuarios. Siendo así, se argumenta el enfoque equilibrado que reconozca los beneficios potenciales de la interoperabilidad, al tiempo que reconoce los desafíos y posibles inconvenientes de una interoperabilidad completa y obligatoria impuesta por el gobierno en los mundos virtuales, especialmente en sus primeras etapas de desarrollo. Por otro lado, los desafíos y posibles inconvenientes de implementar una interoperabilidad completa entre diferentes mundos virtuales son explorados en profundidad en el análisis. Se destaca que obligar al movimiento universal de avatares, bienes y características en todos los mundos virtuales podría distorsionar la coherencia deseada y la diferenciación dentro de mundos específicos. Se argumenta que requerir una interoperabilidad completa podría restringir la innovación, revelar propiedad intelectual y reducir los incentivos para que las empresas desarrollen ofertas únicas de mundos virtuales. Se sugiere que un enfoque más práctico sería reconocer los derechos de propiedad intelectual y establecer estándares de interoperabilidad que se centren en el modularidad y la comparabilidad entre ciertos tipos de mundos, en lugar de imponer un requisito general en todas las características y mundos. Además, se menciona la posible preocupación por el poder de mercado y la contestabilidad en torno a los mundos virtuales, reconociendo el riesgo de que un pequeño número de grandes actores se conviertan en guardianes y creen barreras de entrada. Sin embargo, no se profundiza en este aspecto en particular en el análisis.
Las realidades virtuales abren un vasto horizonte de oportunidades y desafíos, abarcando desde la competencia hasta la sostenibilidad y la experiencia del usuario. En este panorama dinámico, la aparición de servicios habilitadores como la computación en la nube añade un matiz de riesgo en términos de consolidación del mercado, mientras que los considerables costos asociados al desarrollo de mundos virtuales podrían mitigar la probabilidad de escenarios de «tipping». No obstante, el potencial de las grandes plataformas y los pioneros para forjar ecosistemas cerrados genera inquietudes en cuanto a la competencia, un tema que la Acta de Mercados Digitales de la UE aborda al proporcionar herramientas destinadas a promover la contestabilidad en estos entornos virtuales, en caso de necesidad. La evolución de los mundos virtuales ha estado acompañada por una mirada escéptica debido a su juventud en el desarrollo y la relativa baja demanda, aunque ello no ha detenido las inversiones masivas que continúan fluyendo, impulsadas por las promesas de las nuevas tecnologías para mejorar las experiencias de usuario. En este contexto, la alfabetización informática emerge como un elemento para empoderar a los usuarios y ayudarles a discernir las oportunidades y riesgos inherentes a este universo digital en constante evolución. No obstante, más allá de los desafíos competitivos y de experiencia del usuario, la sostenibilidad económica y ambiental se erigen como pilares fundamentales a abordar. Los modelos de negocio en los mundos virtuales deben encontrar un equilibrio económico que garantice su viabilidad a pesar de las actuales bases de usuarios limitadas, y es aquí donde esquemas de precios innovadores para las transferencias de activos entre mundos podrían ser una solución viable para reducir los costos de transacción. Por otro lado, las preocupaciones ambientales derivadas del alto consumo de energía de los servidores, los impactos durante la fabricación de dispositivos y la rápida obsolescencia plantean interrogantes que necesitan ser abordados con urgencia. La medición precisa de los impactos ambientales, la promoción de la circularidad y la alineación con los objetivos de sostenibilidad de la UE, como el Green Deal, son consideraciones críticas que deben ser integradas en la planificación y desarrollo de los mundos virtuales emergentes, incluyendo el tan mencionado «metaverso». En este contexto, las recomendaciones presentadas en el documento adquieren una relevancia aún mayor, delineando un camino hacia la sostenibilidad y abordando los desafíos políticos y regulatorios que acompañan a la evolución de estos mundos digitales interconectados. La promoción de un discurso político centrado en los desafíos y no solo en las características tecnológicas, el fomento de tecnologías sostenibles y la adopción de estándares que faciliten la interoperabilidad sin limitar la innovación, se presentan como pilares esenciales para un desarrollo equitativo y responsable de los mundos virtuales en el futuro.
En general, el contenido del documento aborda los desafíos y oportunidades que enfrentan los mundos virtuales en términos de competencia, sostenibilidad y experiencia del usuario. Se destacan temas como la necesidad de equilibrar la innovación con la protección del usuario, la importancia de la interoperabilidad y la estandarización para facilitar el desarrollo de estos entornos digitales, y la relevancia de consideraciones legales y regulatorias para abordar problemas como la seguridad, la privacidad y la responsabilidad en los mundos virtuales. Además, se discuten aspectos económicos, ambientales y tecnológicos, subrayando la importancia de políticas y prácticas que promuevan un desarrollo responsable y sostenible en este campo en rápido crecimiento.