Una mayor visibilidad de las emisiones de la cadena de suministro puede contribuir decisivamente a descarbonizar la economía mundial. Puede servir de base para las decisiones empresariales en materia de contratación, diseño de productos e investigación y desarrollo (I+D), así como para la toma de decisiones financieras por parte de los inversores. Estas promesas no pueden hacerse realidad si los agentes del mercado no son capaces de cumplir los requisitos de información o si los datos resultantes no son confiables. Por lo tanto, los responsables políticos deben abordar cuidadosamente la cuestión de la medición de las emisiones de la cadena de suministro. Además de medir, notificar y abordar sus emisiones directas (Alcance 1) e indirectas procedentes de la energía adquirida (Alcance 2), las empresas se enfrentan cada vez más a expectativas de gran alcance para realizar un seguimiento de las emisiones procedentes de actividades anteriores y posteriores en sus cadenas de valor (Alcance 3). La notificación del alcance 3 ha sido en gran medida voluntaria, impulsada por las expectativas de los consumidores, los compradores, los inversores, los empleados y la sociedad civil, entre otros. Sin embargo, se están llevando a cabo una serie de iniciativas normativas para convertirlo en un requisito obligatorio. Las normas de presentación de informes de uso común proporcionan algunas orientaciones, pero siguen existiendo dificultades, puesto que proliferan los enfoques de presentación de informes; las empresas determinan diferentes límites de emisiones y utilizan diferentes métodos de cálculo y asignación; los datos pueden ser costosos, inexactos o no estar disponibles; y los mecanismos de certificación aún no están bien establecidos. La complejidad de las cadenas de suministro mundiales agrava estos problemas. Dado que no existe un enfoque único para todos los casos, las iniciativas de la industria han desempeñado un papel importante a la hora de poner a prueba distintos enfoques de medición y lograr gradualmente la armonización entre los miembros de algunos sectores. Especialmente cuando las cadenas de suministro son complejas, persiste la preocupación por los costes sustanciales y otras cargas. También se plantean cuestiones sobre la mejor manera de abordar las emisiones que quedan fuera de la gestión directa o de la propiedad de las empresas. Unos sistemas de medición de emisiones que funcionen bien y sean interoperables pueden contribuir a la descarbonización de la economía mundial. Deben equilibrar la precisión con la viabilidad, especialmente para las pequeñas y medianas empresas (PYME) y las empresas de los países en desarrollo. De lo contrario, existe un riesgo real de que las obligaciones de medición y notificación reduzcan la competitividad y actúen como barreras al comercio, al tiempo que no logran su principal objetivo: fomentar una acción climática eficaz a nivel mundial. Cada vez se espera más de las empresas que midan, informen y actúen sobre las emisiones en sus cadenas de suministro.
Estas expectativas proceden de los consumidores, los socios comerciales, los reguladores, los inversores, los empleados y la sociedad civil. Por ejemplo, además de informar sobre sus emisiones directas de gases de efecto invernadero (Alcance 1) y las emisiones indirectas procedentes de la energía adquirida (Alcance 2), las empresas informan cada vez más sobre las emisiones asociadas a las actividades anteriores y posteriores de sus cadenas de valor (emisiones de Alcance 3). En la mayoría de los sectores, sin embargo, las emisiones de la cadena de suministro (como las derivadas de la compra de bienes y servicios, el transporte y la distribución aguas arriba y aguas abajo, y el uso de bienes vendidos) constituyen la mayor parte de las emisiones de alcance 3 de las empresas. La notificación del alcance 3 ha sido voluntaria, y muchas empresas lo han hecho para obtener una ventaja competitiva a través de una mejor información, para atraer a inversores centrados en la sostenibilidad y para demostrar su compromiso con la sostenibilidad medioambiental. Sin embargo, se están produciendo importantes avances hacia la notificación obligatoria del alcance 3. Las normas existentes proporcionan una orientación esencial, pero la medición de las emisiones de la cadena de suministro conlleva muchas opciones. Por ejemplo, hay que determinar los límites adecuados de las emisiones, y las empresas pueden tener que elegir entre utilizar un enfoque basado en el gasto, datos medios o estimaciones específicas de los proveedores. Lo ideal sería hacer un seguimiento de las emisiones de la cadena de suministro utilizando datos primarios confiables específicos de cada empresa, pero su obtención puede resultar difícil y costosa. La calidad, la precisión y la disponibilidad de los datos plantean retos importantes. Es posible que los proveedores y clientes no siempre revelen sus datos medioambientales, entre otras cosas por motivos de privacidad o por temor a revelar información comercial sensible. Puede que los datos no estén disponibles en tiempo real, o que estén incompletos o sean incoherentes. La calidad de los datos puede variar considerablemente en función de la región, el sector y el proveedor, lo que puede dar lugar a imprecisiones. Las metodologías de cálculo pueden diferir, y los factores de emisión -la relación entre el contaminante emitido y la actividad realizada- pueden estar sujetos a variaciones en el tiempo, la ubicación y otras variables. En la actualidad, los factores de emisión utilizados suelen basarse en promedios del sector y no en las emisiones específicas de cada proveedor, cuya elaboración requiere una importante labor de investigación. La creciente demanda de información específica sobre las empresas también exige que éstas distribuyan sus emisiones a nivel de empresa o de planta entre los distintos productos o servicios. La elección del método de asignación puede ser compleja e influir en los resultados. A menudo, las empresas también tienen que informar a una amplia gama de partes interesadas, que pueden exigir diferentes formatos de información.
El informe aborda la medición de emisiones en las cadenas de suministro, destacando las realidades y desafíos empresariales asociados. Examina la importancia de cuantificar las emisiones a lo largo de las cadenas de suministro para abordar eficazmente el impacto ambiental de las operaciones comerciales. El informe identifica obstáculos prácticos y desafíos específicos que las empresas enfrentan al implementar medidas de medición de emisiones en sus cadenas de suministro, desde la recopilación de datos hasta la integración de prácticas sostenibles. Además, destaca la necesidad de estrategias innovadoras y colaborativas para superar estos desafíos y fomentar la sostenibilidad en las operaciones empresariales a lo largo de las cadenas de suministro.
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https://www3.weforum.org/docs/WEF_Emissions_Measurement_in_Supply_Chains_2023.pdf