Este informe es el principal análisis anual de la AIE sobre la evolución mundial de los mercados y la política de eficiencia energética. Explora las tendencias recientes en intensidad energética, demanda e inversión, política y tecnología relacionadas con la eficiencia. Esta edición del informe sobre el mercado también incluye una nueva sección centrada en las cuestiones clave a las que se enfrentan los responsables políticos este año. En particular, el informe detalla lo que implica el objetivo mundial propuesto de duplicar los avances en eficiencia energética y lo que se ganará con su consecución. El informe de este año llega en medio de los continuos efectos de las crisis energética y climática en el que se espera que sea el año más caluroso jamás registrado. En este contexto, se espera que en 2023 el progreso mundial en eficiencia energética, medido por la intensidad de energía primaria, se sitúe ligeramente por debajo de la tendencia a largo plazo, en una ralentización con respecto a 2022. Sin embargo, el informe deja claro que se está produciendo una profunda transformación en la eficiencia energética y las energías limpias en general, y que muchos gobiernos están introduciendo nuevas políticas y programas de ahorro energético, o reforzando los ya existentes. Estas políticas están acelerando el despliegue de tecnologías eficientes y contribuyendo a que la demanda de combustibles fósiles alcance su punto máximo en los próximos años. En la actualidad, los responsables políticos prestan una gran atención a la eficiencia energética en todo el mundo, reconociendo su importante papel en la mejora de la seguridad y la asequibilidad de la energía y en la aceleración de las transiciones hacia energías limpias. Sin embargo, esto se debe a que la tasa estimada de progreso de la intensidad energética para 2023 -la principal medida utilizada para medir la eficiencia energética de la economía mundial- se situará por debajo de las tendencias a largo plazo, en el 1,3%, frente al 2% del año pasado. La menor tasa de mejora de la intensidad energética refleja en gran medida un aumento de la demanda de energía del 1,7% en 2023, frente al 1,3% de hace un año. Al mismo tiempo, el progreso más lento de este año en la intensidad energética mundial oculta ganancias excepcionales en algunos países y regiones, donde la fuerte acción política, el aumento de las inversiones y los cambios en el comportamiento de los consumidores condujeron a fuertes mejoras muy por encima de la tasa media mundial. Este año, la Unión Europea y Estados Unidos, entre otros muchos desde el inicio de la crisis energética, como Corea, Türkiye y el Reino Unido, han registrado fuertes mejoras que oscilan entre el 4% y el 14%. En 2023 cobró impulso el objetivo mundial de duplicar el ritmo de avance de la eficiencia hasta el 4%, lo que podría reducir en un tercio la factura energética actual en los países avanzados y suponer el 50% de las reducciones de CO2 para 2030.
La década crucial para la eficiencia energética, acordando reforzar las acciones de eficiencia energética en línea con la duplicación del progreso de la intensidad energética mundial cada año durante esta década hasta 2030. La crisis energética ha acelerado de forma inequívoca la transición energética, siendo la actuación política en materia de eficiencia energética un eje central de las iniciativas gubernamentales. Desde el comienzo de la crisis energética a principios de 2022 se ha producido una importante escalada de acción, con países que representan el 70% de la demanda mundial de energía introduciendo o reforzando significativamente paquetes de políticas de eficiencia. La inversión anual en eficiencia energética ha aumentado un 45% desde 2020, con un crecimiento especialmente fuerte en vehículos eléctricos y bombas de calor. Casi uno de cada cinco coches vendidos hoy en día es un vehículo eléctrico y el crecimiento de las ventas mundiales de bombas de calor supera ya al de las calderas de gas en muchos mercados. La Ley de Reducción de la Inflación de 2022 en Estados Unidos incluye 86.000 millones de dólares para acciones de eficiencia energética, mientras que la Unión Europea ha reforzado su Directiva de Eficiencia Energética para frenar la demanda de energía. Sin embargo, el impacto de las nuevas políticas gubernamentales, reglamentos y programas de ahorro de energía, junto con un nivel sin precedentes de inversiones para ampliar las tecnologías más eficientes, no siempre son inmediatos, sino que las ganancias de eficiencia y el progreso de la intensidad energética se realizan a lo largo de un período de años. Además, el progreso global de la intensidad energética de este año oculta avances más significativos en algunos países y regiones, mientras que en otros el progreso ha sido mucho menor. Tras una mejora de la intensidad energética del 8% en la Unión Europea en 2022, se espera otro año excepcionalmente alto en 2023, con un avance del 5%. Estados Unidos también va camino de registrar una mejora del 4% en 2023.
El informe destaca avances significativos en la gestión y utilización eficiente de recursos energéticos a nivel global. Resalta el continuo desarrollo e implementación de tecnologías innovadoras orientadas a la eficiencia energética en distintos sectores. Este progreso se evidencia en la adopción generalizada de sistemas inteligentes en edificios, industrias y transporte, lo que ha contribuido a reducir el consumo energético y las emisiones de gases de efecto invernadero. Otro aspecto clave subrayado en el informe es el incremento en la conciencia y compromiso por parte de gobiernos, empresas y comunidades en la promoción de políticas y prácticas orientadas a la sostenibilidad energética. Se destaca el surgimiento de incentivos fiscales y regulaciones que fomentan la adopción de fuentes de energía renovable, así como el impulso de programas de educación y sensibilización sobre el uso responsable de la energía. Además, se hace mención especial a la importancia de la inversión en investigación y desarrollo en el campo de la eficiencia energética. El informe resalta los avances en la creación de nuevas tecnologías y procesos más eficientes, así como la colaboración entre sectores público y privado para impulsar la innovación en este ámbito. El informe enfatiza la necesidad continua de seguir avanzando en la implementación de estrategias y medidas que promuevan la eficiencia energética a nivel global. Se hace hincapié en la importancia de la cooperación internacional para enfrentar los desafíos energéticos, promoviendo la transferencia de conocimientos y tecnologías entre países y regiones para lograr un futuro más sostenible desde el punto de vista energético.
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