El estudio PR100, realizado por diferentes laboratorios nacionales de Estados Unidos en colaboración con diversas entidades, aborda la necesidad de fortalecer la resiliencia y avanzar hacia un sistema eléctrico 100% renovable en Puerto Rico para el año 2050. Este análisis exhaustivo evaluó diferentes recursos de energía renovable, tecnologías de modernización de la red y estrategias de resiliencia, empleando simulaciones dinámicas de sistemas de transmisión y distribución, así como la participación de partes interesadas y grupos asesores. A través de la modelación de escenarios, se consideraron diversas variables como la adopción de recursos energéticos distribuidos (DER), la innovación tecnológica, el análisis económico y los impactos en la resiliencia y la red de distribución eléctrica. El informe destaca la importancia de la colaboración entre el gobierno de Puerto Rico, entidades locales, el Departamento de Energía de Estados Unidos, FEMA y otras organizaciones clave en este esfuerzo por alcanzar una transición energética sostenible y equitativa. Se proporcionan recomendaciones a corto, mediano y largo plazo para avanzar hacia un sistema eléctrico robusto y eficiente, destacando la necesidad de experiencia operativa en energías renovables, la optimización de la infraestructura energética y la mejora continua de los procesos de planificación y operación. Este estudio subraya la importancia de considerar no solo la adopción de tecnologías renovables, sino también aspectos de justicia energética y resiliencia para garantizar un futuro energético más seguro y sostenible para Puerto Rico.
El estudio PR100, encargado de analizar la transición de Puerto Rico hacia un sistema eléctrico 100% renovable para 2050, ha sido una iniciativa clave en respuesta a la Ley 17. Este estudio exhaustivo ha abordado múltiples aspectos para lograr un sistema energético confiable y resiliente, incorporando consideraciones de justicia energética y participación de partes interesadas. A través de la evaluación de diferentes escenarios y la modelización de diversas estrategias de generación distribuida, se han identificado tres escenarios principales: Económico, Equitativo y Máximo, cada uno con variaciones en el uso de terreno y carga eléctrica para comprender las restricciones y proyecciones más realistas. Los resultados detallados de estos análisis, presentados en el Informe Final PR100, muestran un potencial significativo de recursos renovables en la isla, especialmente en el ámbito solar fotovoltaico y eólico. Además, se proyecta una importante adopción de vehículos eléctricos y energía solar fotovoltaica distribuida, lo que impactará en la demanda eléctrica y la necesidad de soluciones de almacenamiento distribuido para garantizar la estabilidad del sistema en casos de interrupciones eléctricas.
El enfoque integral del estudio PR100 ha sido fundamental para entender la complejidad y las oportunidades de la transición energética de Puerto Rico. El análisis detallado de los escenarios económicos, equitativos y de despliegue máximo de recursos energéticos distribuidos ha proporcionado una visión clara de los desafíos y oportunidades en el camino hacia la meta de 100% renovable. Se destacan especialmente los esfuerzos para integrar principios de justicia energética en todas las etapas del estudio, asegurando que las decisiones futuras consideren no solo la eficiencia y la confiabilidad del sistema, sino también la equidad y el acceso a la energía renovable para todas las comunidades, incluyendo aquellas de bajos ingresos y áreas remotas. Este enfoque participativo y holístico, respaldado por el compromiso de diversos actores y organizaciones tanto locales como internacionales, sienta las bases para una transición energética exitosa y sostenible en Puerto Rico, alineada con los objetivos globales de mitigación del cambio climático y promoción de energías limpias. Los resultados detallados del estudio PR100 revelaron un amplio potencial de recursos de energía renovable, especialmente solar y eólica, que superan significativamente las cargas actuales y proyectadas hasta 2050. Se estimó que la adopción de vehículos eléctricos y la energía solar fotovoltaica distribuida tendrían un impacto considerable en la demanda eléctrica y en la capacidad de generación renovable de la isla. Con proyecciones de entre 2,500 y 6,100 MW de capacidad fotovoltaica distribuida para 2050, el estudio enfatizó la necesidad de estrategias flexibles y escalables para lograr una transición energética exitosa y sostenible en Puerto Rico.
El informe analiza los resultados del modelado para la transición de Puerto Rico hacia energías renovables para 2050. Se destacan varios hallazgos clave, como la amplia adopción de sistemas solares fotovoltaicos y de almacenamiento en los techos, alcanzando una capacidad de 2,500 a 6,100 MW para 2050 debido a consideraciones económicas favorables. Para cumplir con la generación renovable del 40% para 2025, la solución óptima implica agregar energía solar a gran escala de 2,600 a 3,500 MW, baterías de 4 horas de 700 MW, almacenamiento de larga duración de 260 a 400 MW y energía eólica terrestre de 170 a 340 MW. Lograr una generación renovable del 100% para 2050 requiere el retiro de todas las plantas de combustibles fósiles y la adopción de una mezcla óptima que incluya solar a gran escala, energía eólica terrestre, generación flexible de bioenergía, y almacenamiento de energía para garantizar la confiabilidad. La mezcla óptima se basa en la competitividad de costos de la energía solar, complementada con almacenamiento y generación de bioenergía flexible. Otras tecnologías como la energía eólica marina y la energía oceánica no se seleccionan debido a sus costos más altos. El estudio resalta que la mezcla de generación renovable se ve influenciada por los niveles de carga y la disponibilidad de tierras, con una menor disponibilidad de tierras que reduce el despliegue de energía eólica. Se espera que el recorte de renovables variables sea parte de un sistema 100% renovable de menor costo. Por otro lado, se plantean los factores críticos para invertir en una capacidad integrada de energía renovable en Puerto Rico, examinando escenarios futuros con diversas combinaciones de generación renovable, tanto distribuida como a gran escala. Se analizan minuciosamente aspectos físicos y operacionales del sistema eléctrico, identificando necesidades de actualización en prácticas operativas y mejoras en la infraestructura de transmisión para garantizar la viabilidad y la confiabilidad del sistema a medida que se transita hacia niveles elevados de penetración renovable. Se destaca la importancia de tecnologías avanzadas como inversores formadores de red y condensadores síncronos para fortalecer la red y mantener la estabilidad operativa, especialmente en un escenario de 100% penetración renovable instantánea. Además, se analiza el impacto económico de esta transición, señalando un aumento significativo en los costos entre 2020-2025 debido a inversiones en generación y eficiencia energética, aunque se espera estabilidad después de 2025 a medida que la generación renovable reemplace gradualmente los combustibles fósiles, con un aumento notorio en costos durante la transición final hacia una energía 100% renovable.
La transición de Puerto Rico hacia un sistema energético 100% renovable requiere un enfoque estratégico a corto, mediano y largo plazo, con acciones específicas para cada fase del proceso. En un primer momento, se destacan los desafíos económicos inmediatos relacionados con el aumento temporal de las tarifas eléctricas debido a las inversiones necesarias en energía renovable, lo cual impactaría negativamente en los ingresos de los hogares. Sin embargo, a mediano y largo plazo, se espera que estas inversiones, junto con la reducción en la dependencia de combustibles fósiles, generen beneficios económicos significativos. Las acciones inmediatas necesarias incluyen fortalecer el sistema eléctrico mediante el aumento de capacidad, reparaciones urgentes y la implementación de nuevos recursos renovables y almacenamiento. En el corto plazo, el objetivo es alcanzar el 40% de energía renovable para mejorar el desempeño del sistema y aumentar su resiliencia. En el mediano plazo, se busca llegar al 60% de energía renovable para adquirir experiencia operativa en la gestión de un sistema eléctrico más complejo. A largo plazo, el desafío radica en desplegar y operar eficazmente un sistema 100% renovable. Además, se enfatiza la importancia de acciones recurrentes para mantener y mejorar continuamente el sistema y los procesos de planificación, adaptándose a medida que se avanza hacia niveles más altos de penetración renovable y fortaleciendo la resiliencia mediante microrredes y plantas virtuales. Siendo así, las acciones a corto y mediano plazo delineadas en el texto son fundamentales para avanzar hacia un sistema eléctrico más sostenible y resiliente en Puerto Rico.
En el corto plazo, se enfatiza la necesidad de planificar y ejecutar la transición hacia mayores niveles de energía renovable, incluyendo despliegues de recursos renovables y almacenamiento, mejoras en la eficiencia energética y actualizaciones operativas a gran escala. Esto implica también la implementación de esquemas operativos avanzados y estudios de modelado para optimizar la integración de los nuevos recursos. A mediano plazo, el enfoque se centra en continuar con el despliegue intensivo de recursos renovables y almacenamiento, así como en desarrollar esquemas operativos específicos para alta penetración renovable, como pronósticos avanzados y coordinación de protecciones. Además, se examinan los impactos y beneficios de posibles reformas en tarifas eléctricas y compensaciones por generación distribuida. Este período busca adquirir experiencia operativa y adaptabilidad a medida que la penetración renovable aumenta del 40% al 60%. La resiliencia, mediante la implementación de microrredes y plantas virtuales, también se presenta como un enfoque clave para garantizar la estabilidad y confiabilidad del sistema eléctrico durante la transición hacia una mayor penetración renovable. Asimismo, a mediano plazo, se debe adquirir experiencia con tecnologías renovables emergentes, como el almacenamiento de larga duración y recursos renovables gestionables. De igual forma, se destaca la necesidad de abordar las preocupaciones de equidad en las tarifas eléctricas a medida que más clientes adoptan generación distribuida. A largo plazo, se requieren acciones adicionales para lograr un sistema energético 100% renovable en Puerto Rico; los principales objetivos son el despliegue efectivo y la operación eficiente de un sistema energético casi 100% renovable. Esto requerirá instalaciones a gran escala de tecnologías renovables maduras y emergentes, importantes mejoras en la red eléctrica, capacidades avanzadas de pronóstico y despacho, y aprovechamiento de la interoperabilidad del sistema entre las cargas y la generación variable.
A su vez, se explica la adaptación a los impactos del cambio climático y los avances tecnológicos a largo plazo. Adicionalmente, se discute la importancia de incorporar la resiliencia climática en los procesos de planificación y operaciones diarias de las empresas eléctricas en Puerto Rico. Se identifican acciones recurrentes que los actores involucrados deben tomar durante la transición energética, como el mantenimiento continuo del sistema, la mejora de los procesos de planificación y la facilitación de una fuerza laboral local estable para apoyar la instalación, operación y mantenimiento. Igualmente, se enfatiza la necesidad de mejorar los procesos de planificación que involucren a diversos actores, consideren los beneficios de resiliencia local y fomenten la participación comunitaria e industrial. Se destaca la importancia de desarrollar programas educativos y de capacitación para preparar a la fuerza laboral para los aproximadamente 25,000 empleos requeridos para la transición a energía 100% renovable. Se reconoce la incertidumbre y los cambios que pueden ocurrir en tecnología, costos y políticas, subrayando la necesidad de flexibilidad en la planificación. Del mismo modo, debe existir coordinación sobre la planificación de redes y las decisiones de inversión en generación, transmisión y distribución para asegurar una mezcla energética diversificada con opciones rentables y abordar las prioridades de los actores y las necesidades del sistema. Lograr un sistema energético 100% renovable robusto, asequible, resiliente y equitativo para Puerto Rico no será rápido ni fácil, pero según el texto, es posible.
Para leer más ingrese a: