En los dos últimos años, el Congreso de Estados Unidos ha promulgado dos leyes que podrían tener implicaciones de gran alcance para el sistema energético del país: la Ley de Reducción de la Inflación de 2022 (IRA, por sus siglas en inglés) y la Ley de Inversión en Infraestructuras y Empleo de 2021, esta última conocida comúnmente como Ley Bipartidista de Infraestructuras (BIL, por sus siglas en inglés). Las leyes establecen colectivamente un amplio conjunto de programas e incentivos financieros diseñados para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y otros contaminantes nocivos, avanzar en la fabricación y el despliegue de tecnologías de energía limpia, aumentar la seguridad energética de Estados Unidos y mitigar los problemas sistémicos de justicia ambiental, al tiempo que aumenta la accesibilidad de la energía. En este informe, se detallan los métodos y resultados de un análisis de los impactos potenciales de las disposiciones clave de la IRA y BIL en el sector eléctrico estadounidense desde la actualidad hasta 2030. El análisis emplea un modelo avanzado de planificación del sistema eléctrico, el Sistema de Despliegue Energético Regional (ReEDS), para evaluar cómo las principales disposiciones de ambas leyes afectan a la inversión y el funcionamiento de la generación limpia a escala de servicios públicos, el almacenamiento y la transmisión y, a su vez, cómo esos cambios afectan a los costos y las emisiones del sistema eléctrico. Se demuestra que las disposiciones analizadas tienen el potencial de impulsar un rápido crecimiento en el despliegue de electricidad limpia al tiempo que reducen los costos medios de la electricidad y disminuyen la contaminación nociva. Mientras que la IRA y la BIL impulsan aumentos sustanciales en la cuota de generación limpia y reducciones asociadas en las emisiones en todos los escenarios explorados, también se muestra que las limitaciones potenciales en el despliegue impulsadas por factores tales como los desafíos de ubicación y permisos, las limitaciones de la cadena de suministro, la aceptación social del desarrollo de la infraestructura energética, y/o el costo limitado de la tecnología y la mejora del rendimiento tienen el potencial de ralentizar el ritmo de despliegue de energía limpia y los beneficios asociados que podrían obtenerse. Aunque las implicaciones de la IRA en el sistema energético y, en menor medida, de la BIL, se han explorado utilizando otros modelos, todos los modelos están diseñados con diferentes alcances (por ejemplo, todo el sistema energético frente a sólo el sistema eléctrico) y diferentes énfasis y, por lo tanto, tienen diferentes puntos fuertes y débiles. Por ello, resulta valioso y crucial, evaluar las implicaciones potenciales de las políticas utilizando múltiples modelos. Los modelos utilizados en este estudio se centran únicamente en el sistema eléctrico y se diseñaron con una alta resolución espacial y temporal que permiten conjuntamente un tratamiento detallado de los aspectos singulares de la generación y almacenamiento de renovables, el transporte y almacenamiento de dióxido de carbono y un alto grado de fidelidad en el funcionamiento del sistema eléctrico para un modelo de planificación a escala nacional.
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