El Informe evalúa la paridad de género en 146 países, abarcando áreas clave como participación económica, educación, salud y empoderamiento político. Los hallazgos muestran un progreso global lento hacia la paridad de género, con estimaciones que sugieren que alcanzarla tomará más de cinco generaciones al ritmo actual. Las dimensiones económicas y políticas presentan las brechas de género más significativas y un progreso más lento. Aunque la mayoría de los países han avanzado desde 2006, especialmente en puestos de liderazgo, ministeriales y parlamentarios, se necesitan intervenciones más amplias y sostenidas para cerrar las brechas restantes y garantizar un acceso igualitario a recursos y oportunidades para las mujeres. El informe insta a los gobiernos a fortalecer los marcos políticos y a las empresas a convertir la paridad de género en un imperativo económico. El Foro Económico Mundial está impulsando iniciativas como Aceleradores de Paridad de Género y un programa de Diversidad, Equidad e Inclusión para acelerar el progreso en este ámbito crucial. En cuanto al Índice Global de la Brecha de Género 2024, destaca el desempeño de diversos países. Islandia mantiene su liderazgo, seguida por Finlandia, Noruega, Nueva Zelanda y Suecia en los primeros puestos. España ingresó al top 10, mientras que Bélgica salió. Guyana volvió al ranking, junto con Uzbekistán y Sudán. Las regiones europeas dominan los primeros lugares, mientras que Asia Oriental y el Pacífico muestran mejoras. Este análisis detallado proporciona una visión completa de la situación de la paridad de género a nivel mundial y regional, destacando las diferencias y áreas de mejora en cada país y región. La importancia de lograr la paridad de género en el ámbito laboral se evidencia en diversos aspectos clave, especialmente en relación con el permiso parental y las responsabilidades de cuidado infantil. Tanto los gobiernos como las empresas deben facilitar un permiso parental equitativo y fomentar la corresponsabilidad en el cuidado de los hijos. Sin embargo, existe una brecha significativa en las políticas de cuidado infantil, ya que los padres carecen de atención durante aproximadamente 4,2 años hasta que los niños comienzan la escuela. Las empresas también deben aumentar los beneficios del permiso, ya que actualmente son bajos tanto para madres como para padres. Además, la demanda global de cuidado y trabajadores de cuidado está en aumento, lo que resalta la importancia de las habilidades y ocupaciones relacionadas con el cuidado. Un gráfico que muestra la evolución de la duración del permiso de maternidad y paternidad desde 1971 hasta 2024 revela un aumento en ambos a lo largo del tiempo, lo que refleja una mayor atención a estas necesidades.
Por otro lado, el informe aborda las brechas de género en campos STEM, donde las mujeres tienen una representación menor en la fuerza laboral de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) (28,2%) en comparación con la fuerza laboral no STEM (47,3%). La «caída hacia arriba» (disminución en la representación en niveles superiores) es más pronunciada en ocupaciones STEM, y las mujeres están subrepresentadas en empleos STEM en todas las industrias. Esto contrasta con una sobre representación de mujeres en ocupaciones no STEM en todas las industrias, lo que podría perjudicarlas en transiciones tecnológicas. En cuanto al talento en IA, si bien la concentración de talento femenino en ingeniería de IA se ha duplicado desde 2016, aún se encuentra rezagada en comparación con el talento masculino. La paridad de género en la representación de la industria de IA ha aumentado en la mayoría de los sectores, excepto en Servicios Financieros. A pesar de que los hombres mencionan más habilidades STEM que las mujeres, la proporción de mujeres con habilidades STEM ha aumentado desde 2016, lo que indica una tendencia positiva hacia la equidad de género en este campo. El índice Global de Brecha de Género, que mide las disparidades de género en cuatro áreas clave, proporciona una estructura metodológica sólida. A través de 14 indicadores en subíndices específicos, el índice convierte los datos en ratios de mujer a hombre, los trunca en los puntos de igualdad y utiliza una escala unidireccional que mide cuán cerca están las mujeres de la paridad sin recompensar las brechas a favor de las mujeres. Los subíndices, como Participación y Oportunidad Económica, Logros Educativos, Salud y Supervivencia, y Empoderamiento Político, ofrecen una visión completa de las brechas de género sin centrarse únicamente en los insumos o medios, sino en los resultados obtenidos. Esta metodología robusta garantiza una evaluación precisa y significativa de las disparidades de género a nivel mundial.
En el ámbito de la igualdad de género, es crucial examinar detalladamente los indicadores de diferentes países para comprender su progreso y desafíos. Por ejemplo, Argelia ocupa el puesto 139 de 146 países en el Índice Global de Brecha de Género, evidenciando brechas significativas en participación económica, educación y empoderamiento político. A pesar de tener derechos casi iguales para las mujeres en áreas como la herencia y el acceso a activos, la autonomía reproductiva sigue siendo limitada. Por ejemplo, solo el 32% de las mujeres en Argelia participan en la fuerza laboral, en comparación con el 70% de los hombres. Angola, por su parte, ha mejorado su posición al ubicarse en el puesto 113, aunque aún presenta brechas notables en participación económica y educativa, con altos niveles de empleo en el sector informal (82% para mujeres y 78% para hombres) y una necesidad significativa de planificación familiar no satisfecha (13,69%). Por otro lado, Argentina destaca en el puesto 32, mostrando plena paridad en educación (100% de mujeres y hombres con acceso a educación primaria) y puntuaciones relativamente altas en salud, empoderamiento político y supervivencia. Estos datos nos permiten analizar detalladamente el progreso y los desafíos en la igualdad de género en estos países, abordando indicadores como la participación laboral, la igualdad salarial, la educación, la salud y la representación política. Del mismo modo, al examinar el caso de Bangladesh, vemos que ocupa el puesto 99 en el Índice Global de Brecha de Género, mostrando un desempeño deficiente en participación y oportunidades económicas, con importantes brechas en la participación laboral (26.55% para mujeres y 78.63% para hombres), los ingresos estimados y la representación en cargos de liderazgo. Aunque ha logrado la paridad en la educación primaria (100% de niñas y niños en la escuela primaria), enfrenta desafíos en áreas como la planificación familiar (13,69% de necesidades de planificación familiar no satisfechas). En contraste, Burundi se posiciona en el puesto 38, destacando por su fuerte desempeño en participación económica (78,25% de mujeres y 78,94% de hombres en la fuerza laboral), aunque aún debe mejorar en áreas como la educación (94,3% de niñas y niños en la escuela primaria) y el empoderamiento político. China, se ubica en el puesto 106, muestra una participación económica relativamente sólida (63,73% de mujeres en la fuerza laboral) pero importantes brechas en educación, salud y empoderamiento político.
En el caso de China, su puntaje en el Índice Global de Brecha de Género refleja una realidad compleja: mientras que muestra una relativamente alta participación económica de las mujeres, con un 63,73% en comparación con el 78,16% de los hombres, su desempeño en otros aspectos es notablemente inferior. Por ejemplo, en educación, el puntaje de China es de 93,4%, en salud es del 94%, y en empoderamiento político alcanza solo el 12,3%. Croacia se destaca en el contexto de igualdad de género para el año 2024 con un perfil estadístico detallado que ofrece una visión clara de su posición en el Índice Global de Brecha de Género. El país se sitúa en el puesto 61 de 146 países, con un puntaje de 0,723. Esta puntuación refleja un desempeño favorable en áreas como la Educación (0,998) y la Salud y Supervivencia (0,978). Sin embargo, muestra áreas de mejora significativas en la Participación y Oportunidades Económicas (0.623) y el Empoderamiento Político (0,293). Uno de los puntos destacados es la paridad alcanzada en la matriculación educativa, lo cual es un logro importante. No obstante, persisten brechas de género notables en la participación laboral, los ingresos estimados y la representación en cargos directivos. Por ejemplo, las mujeres en Croacia representan el 18,5% de los propietarios de empresas y el 27% de los altos directivos, lo que refleja una desigualdad en la distribución de roles y responsabilidades en el ámbito empresarial. Además, la brecha salarial de género es del 3,21%, lo que indica disparidades en los ingresos entre hombres y mujeres en el país. En cuanto al ámbito político, las cifras muestran una baja representación femenina en el parlamento, con solo el 33,8% de los escaños ocupados por mujeres, y en posiciones ministeriales, donde las mujeres ocupan el 18,75% de los cargos. Aunque se han implementado cuotas electorales y de membresía partidaria para mujeres, aún queda trabajo por hacer para lograr una representación equitativa en los espacios de toma de decisiones. Es importante destacar que, a pesar de los desafíos, Croacia ha tomado medidas positivas, como ofrecer 208 días de licencia de maternidad remunerada y 14 días de licencia de paternidad. También se han establecido derechos iguales en áreas como el acceso a servicios financieros, herencia y propiedad de tierras. Estas iniciativas son pasos importantes hacia una mayor igualdad de género, pero se requiere un enfoque continuo en el empoderamiento económico y político de las mujeres para cerrar las brechas restantes.
La brecha de género en países como Jordania y Kazajistán es evidente al observar cifras concretas. En Jordania, ubicada en el puesto 123 a nivel global en igualdad de género, se destaca su bajo desempeño en participación económica (puesto 144) y empoderamiento político (puesto 115). Por ejemplo, la participación laboral femenina se sitúa en un preocupante 27,3%, mientras que los hombres alcanzan el 68,%. Además, las mujeres ganan solo el 13,5% de lo que ganan los hombres. En educación (puesto 18) y salud (puesto 140), Jordania muestra avances notables, con una paridad en la matriculación en educación secundaria y terciaria. Sin embargo, persisten desigualdades en la representación política y en aspectos legales como la autonomía reproductiva y los derechos de herencia. En contraste, Kazajistán, clasificado en el puesto 76 a nivel mundial, se destaca por su participación económica (puesto 28) y educación (puesto 36). Las mujeres representan el 45,5% de la fuerza laboral y ganan el 59,6% de lo que ganan los hombres. Aunque su empoderamiento político (puesto 116) es menor, con solo el 27,1% de mujeres en parlamentos y el 18,2% en cargos ministeriales, el país ha logrado la paridad de género en técnicos y profesionales. En Líbano, a pesar de sus avances en educación (puesto 111) y salud (puesto 67), persisten desigualdades en participación laboral (29,35% para mujeres), ingresos (26,9% de lo que ganan los hombres) y representación política (6,3% en parlamento). En cuanto a Malí y Níger, ambos enfrentan desafíos significativos en igualdad de género. Malí, en el puesto 141 a nivel mundial, presenta altas brechas en participación económica (puesto 135) y educación (puesto 142), mientras que Níger, en el puesto 138, muestra mejoras en participación económica (puesto 91) pero sigue rezagado en educación (puesto 141) y empoderamiento político (puesto 121). Finalmente, Panamá, ubicado en el puesto 50 global, muestra una buena educación (0,998) y salud (0,973) para las mujeres, pero enfrenta desafíos en participación económica (0,723) y empoderamiento político (0,274). Estas cifras muestran la complejidad y la diversidad de situaciones que enfrentan las mujeres en distintos contextos, resaltando la importancia de enfoques integrales y acciones específicas para cerrar las brechas de género y promover la igualdad en todos los aspectos de la vida. Igualmente, se presenta un análisis detallado de la brecha de género en Rumania en 2024, comparándola con los promedios globales y su desempeño en 2023. Rumania ocupa el puesto 68 de 146 países en el Índice Global de la Brecha de Género para 2024, con una puntuación de 0,717. Su desempeño se desglosa en cuatro subíndices: Participación y Oportunidad Económica: 0,676 (puesto 83) Logro Educativo: 0.999 (puesto 35) Salud y Supervivencia: 0,980 (puesto 1) Empoderamiento Político: 0,213 (puesto 79) Rumania muestra un sólido desempeño en logro educativo y salud y supervivencia, ocupando el primer lugar en varios indicadores dentro de estas categorías. Sin embargo, presenta rezagos en participación económica y empoderamiento político, con brechas de género notables en áreas como participación en la fuerza laboral, ingreso estimado y representación en el parlamento y cargos ministeriales. Indicadores complementarios revelan: una tasa de crecimiento poblacional negativa de –0,39%, una brecha salarial de género del 13,64%, baja representación de mujeres en roles de liderazgo empresarial, derechos iguales para mujeres en acceso a servicios financieros, herencia y activos. Las estadísticas familiares y de cuidado muestran una tasa de matrimonio temprano del 6.80% y una edad media de 27,10 años para las mujeres al momento del nacimiento de su primer hijo. Rumania ha avanzado en cerrar las brechas de género desde 2023, mejorando su posición global de 88 a 68. Los datos presentan una imagen mixta de igualdad de género en Rumania, con logros significativos en educación y salud, pero desafíos continuos en esferas económicas y políticas.
Los casos de Surinam, Timor-Leste, Togo, Reino Unido, Tanzania y Zimbabue. En Surinam, ubicado en el puesto 53 a nivel global en el Índice Global de la Brecha de Género para 2024, se destacan logros en logro educativo (puntuación: 0,992) y salud y supervivencia (puntuación: 0,979), aunque presenta desafíos en participación económica (puntuación: 0,742) y empoderamiento político (puntuación: 0,245). La participación laboral femenina es del 45,34%, y las mujeres ganan aproximadamente el 64.8% de lo que ganan los hombres. Además, la representación política es baja, con solo el 29,41% de escaños parlamentarios y el 13,33% de cargos ministeriales ocupados por mujeres. En Timor-Leste, ocupa el puesto 86 a nivel mundial en igualdad de género, con altos logros en matriculación educativa y paridad en educación primaria y secundaria. Sin embargo, persisten brechas significativas en trabajadores profesionales y técnicos, representación política y participación económica. Togo, en el puesto 77, muestra un buen desempeño en participación económica, pero enfrenta desafíos en educación y empoderamiento político, con brechas notables en tasas de alfabetización y matriculación en educación terciaria. Por otro lado, el Reino Unido, en el puesto 14, destaca por su alto nivel de educación (puesto 1) y buena representación política (puesto 18), aunque enfrenta desafíos en participación económica (puesto 58) y salud y supervivencia (puesto 104). Tanzania, en el puesto 54, muestra fortalezas en participación económica y salud, pero enfrenta desafíos en educación y empoderamiento político, con brechas notables en tasas de alfabetización y representación política. Finalmente, Zimbabue, en el puesto 52, ha logrado paridad en salud y educación, pero enfrenta desafíos significativos en participación económica y empoderamiento político, con baja representación de mujeres en cargos de liderazgo y altas tasas de matrimonio temprano y necesidades no satisfechas de planificación familiar. Estos casos reflejan la diversidad de situaciones y desafíos en la búsqueda de la igualdad de género a nivel mundial, destacando la importancia de enfoques integrales y políticas específicas para abordar las brechas existentes y promover la equidad en todos los aspectos de la vida.
En general, la evaluación de la brecha de género en múltiples países revela un panorama complejo y diverso en cuanto a logros y desafíos. A nivel global, el progreso hacia la paridad de género es lento, con brechas significativas en las dimensiones económicas y políticas. Aunque muchos países han avanzado, especialmente en liderazgo político, se requieren intervenciones más amplias y sostenidas para cerrar las brechas restantes y garantizar un acceso equitativo a recursos y oportunidades para las mujeres. Es esencial fortalecer los marcos políticos y convertir la paridad de género en un imperativo económico para gobiernos y empresas por igual. Iniciativas como los Aceleradores de Paridad de Género son cruciales para acelerar el progreso en este ámbito crucial. A nivel individual, cada país enfrenta desafíos y logros específicos. Por ejemplo, Rumania ha mejorado en educación y salud, pero aún enfrenta brechas en participación económica y empoderamiento político. Surinam muestra avances en educación y salud, pero desafíos en participación económica y política. Timor-Leste y Togo tienen fortalezas en diferentes áreas, como educación y participación económica, pero aún necesitan abordar desigualdades en políticas y representación. El Reino Unido y Tanzania muestran logros en educación y salud, pero enfrentan desafíos en economía y empoderamiento político. Zimbabue ha avanzado en salud y educación, pero enfrenta retos en participación económica y política. En conjunto, estos casos reflejan la diversidad de situaciones y desafíos en la búsqueda de la igualdad de género a nivel mundial. Es crucial adoptar enfoques integrales y políticas específicas para abordar las brechas existentes y promover la equidad en todos los aspectos de la vida.
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