Los Sistemas de Almacenamiento de Energía (SAE) son claves para la descarbonización de los sistemas energéticos, puesto que son una herramienta muy versátil para proveerles de flexibilidad. Una mayor participación de las energías renovables intermitentes, como la solar y la eólica, exigen mayor flexibilidad en los sistemas eléctricos para mantener el balance continuo entre la generación y la demanda. En este sentido, el almacenamiento de energía juega un papel muy importante, gracias a que pueden actuar como una carga o como una fuente de electricidad de manera alterna, y así compensar las variaciones de generación y de demanda. Además, los SAE pueden aliviar problemas de congestión en las redes de transmisión de energía y posponer inversiones no sólo en éstas sino también en las redes de distribución, entre otros. En América Latina y el Caribe (ALC), el almacenamiento juega un papel fundamental para impulsar la transición hacia fuentes de energía más limpias, mejorar la resiliencia de la red eléctrica y proporcionar acceso a la energía en áreas remotas. Además, contribuye al desarrollo económico y a la seguridad energética de la región, al tiempo que cumple con los objetivos de sostenibilidad y reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). En ALC ya se han desarrollado algunos proyectos de SAE que no han requerido de mayores ajustes regulatorios, como el caso de algunas aplicaciones en lo que se conoce como detrás del medidor, en Colombia, Chile, República Dominicana y Perú. Sin embargo, en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se reconoce que el aprovechamiento de todas las aplicaciones de los SAE requiere de marcos regulatorios que se ajusten a las realidades de los mercados eléctricos de cada país. El almacenamiento de energía, a pesar de jugar un rol fundamental en la descarbonización del sector energético y la consecuente reducción de las emisiones de GEI, se enfrenta a múltiples barreras regulatorias en los mercados eléctricos que dificultan su desarrollo: (i) la falta de una definición clara en los marcos regulatorios limita la posibilidad de ofrecer y compensar adecuadamente los múltiples servicios que ofrecen los SAE. Por ejemplo, cuando las instalaciones de SAE se clasifican específicamente como activos de generación, se impide la compensación de otros servicios que los SAE pueden proporcionar, como el control de frecuencia; (ii) los esquemas de precios y tarifas inadecuados dificultan la compensación de los SAE; y (iii) la falta de mercados para servicios auxiliares, arranque en negro o inercia también limita la remuneración y modelos de negocio que pueden desarrollar los inversionistas en los SAE.
Este documento presenta una síntesis de experiencias internacionales en regulación de los SAE en mercados con alta penetración del almacenamiento, con el objetivo de identificar los elementos regulatorios clave que puedan favorecer su rápida adopción en los países de ALC. Los mercados eléctricos considerados fueron: el Reino Unido, España, Francia, Italia y Alemania en Europa; California y Texas en Estados Unidos y Australia. El documento se encuentra dividido en cinco capítulos incluyendo esta introducción. El segundo capítulo analiza el enfoque y elementos críticos de los modelos normativos de los SAE a través de una revisión de los mercados seleccionados. El análisis identifica: (i) las principales cuestiones regulatorias del mercado eléctrico que afectan el desarrollo de los SAE; (ii) los elementos regulatorios específicos del almacenamiento de energía; (iii) las consideraciones regulatorias para abrir el mercado eléctrico a los SAE y (iv) los aspectos regulatorios que dan viabilidad económica de los proyectos de almacenamiento. El tercer capítulo analiza los elementos clave de los marcos retributivos de los SAE que se han desarrollado en los mercados de estudio e identifica barreras regulatorias que pueden presentarse. Igualmente, presenta una comparación de los marcos retributivos del almacenamiento en estos mercados. El cuarto capítulo introduce los casos significativos de normatividad para SAE con un análisis detallado de los casos chileno y colombiano, además de los avances en Brasil. La sección se complementa con una tabla que resume los avances normativos en Brasil, Chile, Colombia, República Dominicana y México, así como las fuentes de información de estas experiencias. Finalmente, la quinta sección ofrece conclusiones sobre las lecciones aprendidas de los casos de estudio considerando las principales barreras y desafíos regulatorios para el desarrollo de SAE, así como las mejores prácticas para superarlas que pueden ser aplicadas en ALC. Los mercados eléctricos y su regulación se desarrollaron históricamente con una visión de sistemas centralizados y gestionables. Dada esta estructura, la incorporación de SAE en el sistema eléctrico presenta varios desafíos importantes para permitir que se pueda participar en estos mercados y así obtener una remuneración adecuada. Por ello, para permitir el desarrollo e instalación de tecnologías de almacenamiento, es necesario establecer un marco regulatorio que reconozca y remunere adecuadamente los servicios que proporcionan estos sistemas. Un entorno regulatorio adecuado desempeña un papel fundamental en la atracción de inversiones de almacenamiento y la gestión de demanda asociada.
El informe se enfoca en analizar y comparar las diversas estrategias y enfoques normativos utilizados a nivel internacional para la integración exitosa del almacenamiento de energía en los sistemas eléctricos. El estudio destaca cómo diferentes países han implementado políticas y regulaciones específicas para facilitar la adopción de tecnologías de almacenamiento energético, promoviendo la estabilidad de la red eléctrica, la eficiencia energética y la transición hacia fuentes de energía más limpias y renovables. Además, se resaltan las lecciones aprendidas de estas experiencias internacionales, lo que puede servir como guía para el desarrollo de políticas y marcos regulatorios relacionados con el almacenamiento de energía en otros lugares del mundo, impulsando así la transición hacia sistemas eléctricos más sostenibles y resistentes.
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