Planificar, gestionar y gobernar las ciudades de forma sostenible, maximizar las oportunidades económicas, aumentar la calidad de vida y minimizar los daños medioambientales son retos a los que se enfrentarán prácticamente todos los gestores públicos en este nuevo siglo. Hay que utilizar mejor los recursos públicos y explotar los activos naturales de forma consciente y responsable. Para gestionar y mejorar las ciudades, sin embargo, es necesario conocer lo que ocurre en ellas, en sus diferentes dimensiones, y esto sólo es posible con cambios en las estructuras de gobierno, en los procesos internos de comunicación y participación de los diferentes actores que actúan en su gestión y en el uso intensivo de las modernas tecnologías digitales. Una Smart City sostenible es una ciudad innovadora que utiliza las modernas tecnologías digitales y otros medios para mejorar la calidad de vida de la población y la eficiencia de las operaciones y servicios urbanos, al tiempo que garantiza la satisfacción de las necesidades de las generaciones actuales y futuras en lo que respecta a los aspectos económicos, sociales, medioambientales y de prestación de servicios públicos, resultando atractiva para los ciudadanos, empresarios y trabajadores. Lo que genera un espacio más seguro, con mejores servicios y con un entorno de innovación que estimula soluciones creativas, generando empleo y reduciendo las desigualdades. Y, con ello, promueve un círculo virtuoso de bienestar económico y social, garantizando, al mismo tiempo, el uso sostenible de sus recursos y la calidad de vida de sus ciudadanos.
Para garantizar una gestión eficiente y sostenible, que utilice los datos para reflexionar y buscar soluciones para resolver los problemas urbanos, las Smart Cities necesitan integrar y analizar una cantidad gigantesca de datos generados, capturados de diversas fuentes. No es exagerado afirmar que el tratamiento de Big Data a través de sistemas de analítica e Inteligencia Artificial (IA) forma parte del proceso de modernización de la administración pública, al ofrecer una mayor eficiencia en el tratamiento de la información, incluyendo la ampliación de posibilidades para la optimización de las políticas públicas.
El Big Data, el análisis de datos, la Inteligencia Artificial y la visualización de datos proporcionan a la administración pública las herramientas necesarias para comprender los numerosos flujos de datos generados a partir de la prestación de servicios públicos y de las obligaciones de los ciudadanos, como la recaudación de impuestos y la obtención de licencias. Con el Internet de las Cosas (IoT), el Edge Computing (computación en el borde de la red, en dispositivos IoT) y el 5G, y proporcionan los medios y métodos adecuados para que la información de los datos pueda ser analizada y clasificada de forma eficiente. Como ilustran las experiencias relatadas en este documento, el análisis de Big Data, incluso sin la aplicación de Inteligencia Artificial, puede aportar valor añadido a las autoridades públicas dispuestas a ampliar su conocimiento sobre la ciudad, su ocupación, sus ingresos, sus problemas y los hábitos y deseos de sus ciudadanos e innovar en sus técnicas para formular políticas públicas y reducir las desigualdades en el territorio. Hay muchas oportunidades en el uso de los datos existentes y en compartirlos entre los diferentes departamentos y agentes públicos, así como en la recogida de nuevos datos necesarios para el proceso de mejora continua de la administración de la ciudad.
El informe consta de 5 capitulos, en resumen, en el capitulo 2 se resaltan los beneficios potenciales de utilizar el big data, como la mejora de la planificación urbana, el transporte inteligente, la gestión de residuos, la seguridad pública y la participación ciudadana. En el capitulo 3 se exploran las diversas fuentes de datos disponibles en las ciudades, como sensores, dispositivos móviles, redes sociales y sistemas de información gubernamentales. En el capitulo 4 se discuten las consideraciones técnicas y de infraestructura necesarias para gestionar y analizar grandes volúmenes de datos, como el almacenamiento, el procesamiento y la seguridad. En el capitulo 5 se presentan ejemplos y casos de estudio de ciudades que han implementado con éxito soluciones basadas en big data, destacando las lecciones aprendidas y las mejores prácticas.
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