En medio de una crisis energética mundial en la que la escasez de gas natural ha desempeñado un papel central, se plantean ahora cuestiones fundamentales sobre el futuro a largo plazo del gas natural. La crisis ha recordado a los responsables políticos y a los consumidores de energía la importancia inmediata de un suministro de gas natural estable y asequible. También se están poniendo a prueba los argumentos tradicionales a favor del gas: su papel como socio fiable en la transición hacia una energía limpia y su capacidad para llenar el vacío dejado por el carbón y el petróleo en declive. El gas es un combustible versátil que se utiliza ampliamente en toda la economía energética, pero esto significa que en el contexto actual la subida de los precios y la escasez de suministros están afectando a una amplia gama de servicios energéticos y cadenas de suministro industriales, como la alimentaria, la textil y la de materias primas. Es probable que los precios del gas natural en los países importadores de Europa y Asia sigan siendo cada vez más volátiles y se mantengan en rangos relativamente altos durante los próximos años, ya que el empeño europeo por reducir la dependencia de las importaciones rusas mantiene tensos los mercados mundiales de gas durante un periodo relativamente estéril para los nuevos grandes proyectos de exportación de gas. Los efectos a corto plazo de la estrechez actual de los mercados del gas están acelerando las tendencias preexistentes en Europa, que han frenado el impulso del gas natural en los últimos años. Las energías renovables son cada vez más competitivas en costos en el sector eléctrico, las políticas de electrificación de la demanda de calor tanto en los edificios como en la industria cuentan con un mayor apoyo, especialmente en las economías avanzadas, y el crecimiento de la capacidad de fabricación de baterías y electrolizadores de hidrógeno está llamado a cuestionar el papel del gas como proveedor de flexibilidad a corto y largo plazo. Sin embargo, no es axiomático que las malas noticias para el gas sean buenas para las transiciones energéticas: en el telón de fondo se vislumbra el riesgo de que un menor entusiasmo por el gas natural, en la práctica, conduzca a una reactivación de la demanda de carbón, ya que los mercados en desarrollo buscan suministros nacionales de carbón más competitivos y confiables. Para mitigar este riesgo son esenciales unas políticas climáticas sólidas y el apoyo internacional a la financiación de energías más limpias. El informe ofrece recomendaciones para los responsables políticos y los inversores, incluyendo la necesidad de mejorar la regulación y la transparencia del mercado del gas natural, fomentar la innovación y la inversión en tecnologías de gas más limpias, y apoyar la transición hacia una economía de bajas emisiones de carbono. En resumen, el informe destaca la importancia del gas natural como fuente de energía en el mundo, pero también señala los desafíos y oportunidades que presenta la transición hacia una economía más limpia y sostenible.
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https://www.iea.org/reports/outlooks-for-gas-markets-and-investment