La energía comunitaria ofrece numerosos beneficios materiales tangibles y empoderamiento, especialmente para aquellos que a menudo se sienten dejados atrás. Eso es también lo que varias ciudades están a punto de avanzar en el marco del proyecto POWER UP. La publicación describe la situación de la pobreza energética en Europa y los factores externos hostiles que agravan el fenómeno. Los autores también destacan formas innovadoras de facilitar la vida de las personas vulnerables a través de proyectos de energía descentralizados y colaborativos. Su investigación reveló que las comunidades energéticas son una de las varias herramientas en la lucha contra la pobreza energética. Pueden hacer mucho, pero no deben ser vistos como una bala de plata, especialmente sin los marcos e incentivos adecuados o estar atados a expectativas irrazonables. Décadas de retraso en la transición energética de Europa han tenido un costo social muy visible y doloroso: El invierno pasado, la volatilidad de los precios del gas dejó a millones de hogares europeos expuestos a facturas energéticas desorbitadas. Esto ha desembocado ahora en una crisis general del costo de la vida, alimentada por el deterioro de la emergencia climática y la guerra en las fronteras de Europa. Todo ello combinado amenaza con provocar un grave aumento de la pobreza energética, al tiempo que abruma a los hogares con bajos ingresos, pobres energéticamente y vulnerables. Al no invertir en soluciones conocidas y probadas a largo plazo, como el acceso a las energías renovables y las renovaciones profundas, los responsables europeos están literalmente quemando energía -y dinero público- o, dejándola escapar por la ventana de un solo cristal, mientras las personas con bajos ingresos no pueden permitirse cubrir necesidades básicas como la energía.
Pero ahora es posible imaginar un sistema energético descentralizado en el que muchos ciudadanos y municipios participen en la producción y distribución de energía: Las comunidades de energías renovables ofrecen una alternativa al depredador sistema de mercado energético europeo, dominado por las empresas, dependiente de los combustibles fósiles y orientado al beneficio. Esta década puede ser testigo de la creación de un sistema energético seguro, descentralizado, flexible, fiable y abierto a los ciudadanos, las comunidades locales y los municipios. Es posible reconstruir el sentido del bien público cuando se empieza a considerar la energía como un bien común indispensable, al que todo el mundo debería tener acceso. Evaluar las formas en que las comunidades de energía renovable pueden hacer frente a la pobreza energética: La energía comunitaria ofrece la posibilidad de obtener beneficios materiales tangibles y de empoderamiento, debido que los consumidores pasivos se convierten en prosumidores activos de energía. Mientras observamos movilizaciones sin precedentes de financiación gubernamental y de la UE para amortiguar la escalada de los precios de la energía, es importante evaluar cómo las comunidades energéticas pueden permitir nuevas formas de abordar tanto las causas estructurales de la pobreza energética como la necesidad de garantizar el acceso a una energía limpia y asequible como un derecho básico. Por muy fragmentada que sea la experiencia de la pobreza energética en toda Europa, son los más marginados de la sociedad los que se llevan la peor parte: no existe un perfil único de pobreza energética en toda Europa y se carece de estadísticas fiables a escala de la UE, pero lo cierto es que las familias con bajos ingresos, los trabajadores precarios, las personas mayores, los hogares monoparentales, las personas con discapacidad, las personas que se identifican como mujeres o no conformes con su género, así como las comunidades racializadas, son las primeras y más duramente afectadas.
El informe examina cómo las comunidades que implementan soluciones de energía renovable pueden tener un impacto positivo en las poblaciones vulnerables que enfrentan dificultades para acceder a energía asequible y sostenible. Destaca cómo los proyectos de energía renovable a nivel comunitario pueden generar empleo local, reducir los costos de energía y mejorar la resiliencia energética de las comunidades. El informe también analiza casos de estudio y ejemplos concretos de proyectos de energía renovable implementados por comunidades en diferentes lugares. Muestra cómo estas iniciativas pueden proporcionar un enfoque innovador para abordar la pobreza energética y empoderar a las comunidades locales. Además, el informe resalta la importancia de políticas y marcos regulatorios que apoyen y fomenten el desarrollo de proyectos de energía renovable a nivel comunitario, así como la necesidad de crear modelos de negocio sostenibles para garantizar la viabilidad a largo plazo de estas iniciativas. En resumen, el informe explora cómo las comunidades de energía renovable pueden contribuir al alivio de la pobreza energética. Destaca los beneficios de los proyectos de energía renovable a nivel comunitario y ofrece ejemplos concretos de iniciativas exitosas. También subraya la importancia de políticas de apoyo y modelos de negocio sostenibles para promover estas soluciones en todo el mundo.
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https://energy-cities.eu/wp-content/uploads/2023/08/Briefing-Redistributing-Power.pdf