El informe concluye que el empleo en el sector de las energías renovables ha seguido creciendo en todo el mundo, hasta alcanzar una cifra estimada de 13,7 millones de puestos de trabajo directos e indirectos en 2022. Es de esperar que se creen muchos millones de puestos de trabajo adicionales en los próximos años y décadas, siempre que se amplíen adecuadamente los programas de educación y desarrollo de competencias, se pongan en marcha programas de desarrollo de la mano de obra y los mercados laborales respondan a la evolución de las necesidades. Sin embargo, los retos abundan. En la actualidad, el empleo en las energías renovables se concentra en un número relativamente pequeño de países, lo que refleja la desigual huella geográfica de la fabricación de equipos y de las instalaciones de capacidad. El detalle y la calidad de los datos disponibles varían entre países y entre las distintas tecnologías de energías renovables, y la información sobre la calidad del empleo y la diversidad de la mano de obra sigue siendo escasa. Sin embargo, los retos abundan. En la actualidad, el empleo en las energías renovables se concentra en un número relativamente pequeño de países, lo que refleja la desigual huella geográfica de la fabricación de equipos y de las instalaciones de capacidad. El detalle y la calidad de los datos disponibles varían entre países y entre las distintas tecnologías de energías renovables, y la información sobre la calidad del empleo y la diversidad de la mano de obra sigue siendo escasa. Las energías renovables y otras tecnologías de transición energética atraen cada vez más inversiones; pero incluso a medida que aumenta el gasto y se amplían las instalaciones, surgen nuevos retos. El cambio climático, los avances tecnológicos, los cambios demográficos y las perspectivas económicas mundiales, así como otros acontecimientos clave, pueden tener efectos adversos para el empleo. Aunque cada país aspira legítimamente a obtener beneficios socioeconómicos de la transición energética, la solidaridad mundial es vital, dado que la humanidad se enfrenta no sólo a los crecientes peligros del cambio climático, sino también a profundas divisiones sociales y económicas.
Se hace un llamamiento a los responsables políticos para que garanticen que se minimizan las incertidumbres y perturbaciones inherentes a la transición, y que se realizan esfuerzos para cerrar las brechas de protección social en el proceso de transformación. Es fundamental que los nuevos empleos ofrezcan salarios adecuados y altos niveles de seguridad y salud en el trabajo. Deben defenderse los principios y derechos fundamentales en el trabajo y escucharse las voces de los trabajadores. Es esencial que las comunidades cuya subsistencia depende ahora de los combustibles fósiles participen en el nuevo sistema energético mediante estrategias de reconversión y revitalización económica, siempre que sea posible. También es vital que las mujeres tengan igualdad de acceso a la formación y a las trayectorias profesionales en una industria que históricamente ha estado fuertemente dominada por los hombres; que se creen puestos de trabajo para los jóvenes en el sector de las energías renovables; y que las minorías étnicas y otras comunidades vulnerables sean acogidas en una mano de obra que refleje el diverso espectro de las sociedades modernas. Esto no sólo permitirá a la industria de las energías renovables aprovechar una reserva mucho más amplia de talento humano, minimizando o evitando así futuras carencias de cualificación; también avanzará en el objetivo de crear un mundo más justo, equitativo y verdaderamente sostenible. Queda mucho por hacer, pero estamos entusiasmados y seguros de que podemos alcanzar estas aspiraciones. El desarrollo de las energías renovables no sólo cambia la combinación de fuentes de energía que alimentan las economías del mundo, sino que también crea puestos de trabajo, genera valor económico y mejora el bienestar humano. Aunque la información cualitativa disponible sobre los empleos en energías renovables, como la educación, los requisitos de cualificación o los atributos de la mano de obra, sigue siendo limitada, la serie afirma que los empleos decentes son imprescindibles para la transición energética. No es de extrañar, por tanto, que la energía solar fotovoltaica y la eólica hayan sido las tecnologías de energías renovables más dinámicas, mostrando un fuerte crecimiento tanto en capacidad como en puestos de trabajo. Dónde se crean los puestos de trabajo depende de la huella geográfica de la fabricación de equipos y de las instalaciones de capacidad, así como de los insumos de materias primas, componentes semimanufacturados y servicios a lo largo de la cadena de valor. Las necesidades de mano de obra dependen de la escala de los proyectos. La intensidad de mano de obra tiende a disminuir a medida que maduran las tecnologías, se dominan las curvas de aprendizaje, aumenta la automatización y avanza el uso de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial (IA).
El informe proporciona una evaluación exhaustiva del estado actual de la industria de energías renovables en 2023, destacando su continuo crecimiento y su impacto en el empleo a nivel global. El informe destaca que el sector de energías renovables sigue siendo una fuente de empleo sólida y en constante expansión, con un énfasis en la creación de trabajos sostenibles y bien remunerados en áreas como la energía solar, eólica, hidroeléctrica y biomasa. Además, resalta el papel fundamental de la transición hacia fuentes de energía limpias en la mitigación del cambio climático y la promoción del desarrollo sostenible a nivel mundial.
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