Vietnam, que aspira a alcanzar el estatus de país de renta media-alta en 2030 y de renta alta en 2045, aspira a convertirse en una nación moderna e industrializada con una mayor calidad de vida para sus ciudadanos. La disminución del presupuesto de inversión se ve agravada por la persistencia de ineficiencias de asignación, técnicas y operativas. Además, la gestión del patrimonio público sigue siendo inadecuada. Desde la década de 1990, el Gobierno vietnamita ha emprendido una política de descentralización del gasto. Las inversiones y los activos públicos de Vietnam están cada vez más expuestos a los crecientes riesgos relacionados con el cambio climático. De cara al futuro, para hacer realidad el poder de la inversión pública en Vietnam será necesario mantener su nivel, racionalizar su composición y subsanar las deficiencias de la gestión de la inversión y de las instituciones fiscales intergubernamentales. Para reforzar las instituciones de gestión de la inversión pública, el gobierno tendrá que mejorar la «calidad de entrada» de los proyectos proporcionando más tiempo y presupuesto, y directrices metodológicas para preparar los estudios de prefactibilidad de los proyectos. Para racionalizar las instituciones fiscales intergubernamentales, se recomienda que, entre otras cosas, el Gobierno considere la posibilidad de reequilibrar el presupuesto de inversión en infraestructuras del nivel provincial al nivel central. El entorno exterior sigue siendo difícil, con riesgos a la baja a corto plazo. Se prevé que el crecimiento del PIB mundial disminuya del 3,1% registrado en 2022 al 2,1% en 2023, como consecuencia del debilitamiento de la demanda en la mayoría de las economías avanzadas. En consonancia con la ralentización del crecimiento mundial, se estima que el crecimiento del comercio mundial se reducirá del 6% en 2022 al 1,7% en 2023. Tras registrar un crecimiento real del PIB del 8% en 2022, el crecimiento económico de Vietnam se desaceleró bruscamente en el primer semestre de 2023, reflejando una caída de la demanda externa y una mayor debilidad de la demanda interna. El crecimiento del PIB real de Vietnam se ralentizó hasta el 3,7% interanual durante la primera mitad de 2023,1 muy por debajo del crecimiento registrado durante el mismo periodo de 2022 (6,4% interanual). La desaceleración se debió al fuerte deterioro de la demanda exterior, con una contracción de las exportaciones del 12% (interanual) en el primer semestre de 2023.
Las perspectivas están sujetas a mayores riesgos internos y externos. Un crecimiento más lento de lo previsto en las economías avanzadas y en China podría frenar aún más la demanda exterior del sector exportador vietnamita, cuyo tamaño se estima en el 50% del PIB. La persistencia de la incertidumbre en el mercado financiero mundial podría reavivar las tensiones en el sector bancario mundial, intensificar la aversión al riesgo de los inversores y desalentar la inversión, incluida la IED en Vietnam. El endurecimiento adicional de la política monetaria en las principales economías avanzadas para combatir la persistente inflación podría ampliar la diferencia de tipos de interés entre los mercados internacionales y nacionales. Esto podría ejercer presiones cambiarias sobre la moneda local. Por otra parte, una escalada de las tensiones geopolíticas y las catástrofes relacionadas con el clima plantean riesgos adicionales a la baja para el país, incluso a través del aumento de los precios de los alimentos y los combustibles. A nivel interno, el sector financiero se enfrenta a mayores vulnerabilidades y riesgos que justifican una estrecha vigilancia y reformas. El superávit por cuenta corriente aumentó (1,5% del PIB) en el primer trimestre de 2023, a pesar de la contracción de las exportaciones. La posición exterior positiva fue el resultado de una sólida entrada de remesas, la resistencia de la inversión extranjera directa, la reducción del déficit de la balanza comercial de servicios, ya que el turismo extranjero siguió recuperándose, y el superávit de la balanza comercial de mercancías.
El siguiente informe aborda la cuestión de cómo optimizar la inversión pública para impulsar el crecimiento económico. El informe evalúa el estado actual de las inversiones públicas en diferentes países y examina las políticas y estrategias que pueden mejorar la eficiencia y el impacto positivo de estas inversiones en la economía. El informe destaca la importancia de una inversión pública eficaz y bien gestionada como un motor clave para el crecimiento económico sostenible. Se analizan las tendencias y los desafíos que enfrentan los gobiernos en términos de planificación, ejecución y evaluación de proyectos de inversión pública. Se presentan casos de estudio y ejemplos de prácticas exitosas en diferentes países que han logrado maximizar el impacto de sus inversiones públicas. Además, se discuten las herramientas y enfoques que los gobiernos pueden adoptar para mejorar la eficiencia y la calidad de sus proyectos de inversión. En conclusión, el informe proporciona una evaluación detallada sobre cómo hacer que la inversión pública sea efectiva para el crecimiento económico. Destaca la necesidad de una gestión sólida y estrategias bien definidas para asegurar que las inversiones públicas contribuyan de manera significativa al desarrollo económico y la prosperidad a largo plazo.
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