El mundo digital sigue creciendo rápidamente a medida que las personas y las empresas utilizan cada vez más las plataformas en línea para interactuar y realizar tareas cotidianas. A finales de 2023, habrá 4 700 millones de abonados a Internet móvil en todo el mundo, lo que equivale a casi tres de cada cinco personas en el mundo. En Asia-Pacífico hay más de 1.400 millones de abonados a Internet móvil, lo que equivale a algo más de la mitad de la población de la región; estas cifras aumentarán a 1.800 millones y al 61%, respectivamente, a finales de esta década. La conectividad móvil ha tenido un impacto transformador en las personas, las empresas y la sociedad en general, permitiendo el acceso a muchos servicios digitales que mejoran la vida e impulsando el aumento de la productividad a partir de la tecnología móvil. Sin embargo, los malos actores también operan en el mundo digital tanto como lo hacen en el físico, ampliando continuamente el alcance y la escala de las amenazas en línea y encontrando nuevas formas de explotar las vulnerabilidades. Además, las amenazas en línea son especialmente difíciles de abordar si se tiene en cuenta la naturaleza de las tecnologías digitales, que permite a sus autores operar en el anonimato y desde cualquier lugar. La llegada de herramientas de IA, incluida la IA generativa (genAI), presenta oportunidades y riesgos para la seguridad en línea. Como fuerza del bien, las capacidades de la IA la convierten en una herramienta ideal para identificar y prevenir las amenazas en línea. Sin embargo, la misma tecnología en manos de malos actores puede ser una herramienta para perpetuar las amenazas en línea al dificultar el seguimiento de los ciberataques. Por ello, la democratización de las herramientas avanzadas de IA a partir del lanzamiento de varias plataformas genAI y la integración de aplicaciones de IA en los dispositivos de los usuarios finales podría tener un profundo impacto en el panorama de las amenazas en línea. La evolución del panorama de las amenazas en línea es capaz de erosionar la confianza en los servicios digitales. Por ejemplo, el Foro Económico Mundial ha identificado la desinformación y la manipulación como el principal riesgo mundial a corto plazo, especialmente en el contexto de las grandes elecciones de 2024 en varios países muy poblados que juntos representan casi la mitad de la población mundial, como Bangladesh, India, Indonesia y Pakistán. En consecuencia, la necesidad de hacer frente a esta y otras amenazas prevalentes nunca ha sido más urgente. Los beneficios de participar en el mundo digital para las personas y las empresas no se ponen en duda. Esta es la premisa por la que los gobiernos de Asia-Pacífico y de otras regiones se centran cada vez más en la nación digital. Tanto los gobiernos como los operadores de telefonía móvil y las plataformas de medios sociales tienen un papel que desempeñar en este ámbito. En toda la región Asia-Pacífico, estas partes interesadas han introducido diversas medidas para mejorar la seguridad en línea y fomentar la confianza, algunas más que otras. Pero para todos es una carrera contrarreloj, teniendo en cuenta el alcance cada vez mayor y en constante evolución de las amenazas en línea. Y lo que es más importante, la tarea de mantener y mejorar la confianza debe considerarse una responsabilidad compartida entre las partes interesadas, y no la responsabilidad exclusiva de una sola de ellas. Esto pone de relieve la necesidad de un diálogo abierto y de cooperación entre todas las partes del ecosistema digital. El mundo digital sigue creciendo rápidamente a medida que las personas y las empresas utilizan cada vez más las plataformas en línea para interactuar y realizar tareas cotidianas.
A finales de 2023, habrá 4.700 millones de abonados a Internet móvil en todo el mundo, lo que equivale a casi tres de cada cinco personas de la población mundial. En Asia-Pacífico hay más de 1 400 millones de abonados a Internet móvil, lo que equivale a algo más de la mitad de la población de la región. El uso de muchos servicios en línea, como las compras y el entretenimiento, está en máximos históricos y sigue creciendo, mientras que el trabajo a distancia y el acceso a la sanidad, la educación y otros servicios esenciales se han convertido en la norma en muchos casos. La conectividad móvil ha tenido un impacto transformador en las personas, las empresas y la sociedad en general, desde permitir a las empresas aumentar la productividad y utilizar mejor los escasos recursos hasta ayudar a los gobiernos a mejorar el bienestar de los ciudadanos y proteger el medio ambiente. De hecho, las futuras naciones digitales prosperarán gracias a la integración de las tecnologías digitales en todos los aspectos de la economía y, lo que es más importante, a la capacidad de los ciudadanos para acceder a los servicios digitales y utilizarlos en un entorno en línea seguro. Los malos actores operan en el mundo digital tanto como en el físico, ampliando continuamente el alcance y la escala de las amenazas en línea y encontrando nuevas formas de explotar las vulnerabilidades. Las amenazas en línea son especialmente difíciles de atajar teniendo en cuenta la naturaleza de las tecnologías digitales, que permiten a los autores actuar en el anonimato y desde cualquier lugar. Además, evaluar el impacto en las víctimas puede ser más difícil, dado que las amenazas en línea pueden tener un profundo impacto psicológico más allá de otros impactos cuantificables, como las pérdidas financieras. Esto puede pasar factura mental a las víctimas, lo que se traduce en una pérdida de confianza en las plataformas digitales, que a su vez puede alejar a las personas y las comunidades de los servicios en línea beneficiosos. Los tipos de amenazas en línea varían considerablemente en alcance y escala: algunas amenazas se dirigen a personas y grupos vulnerables, como ancianos y niños; algunas son intencionadamente maliciosas, mientras que otras son involuntarias (aunque con efectos negativos similares en las víctimas); y algunas amenazas parecen estar más extendidas, mientras que otras son más frecuentes en determinadas comunidades debido a los factores socioeconómicos y culturales en juego. Las empresas también están expuestas a diversas amenazas en línea, como la filtración de datos, que puede acarrear considerables pérdidas financieras y de reputación, y los ataques distribuidos de denegación de servicio (DDoS), que pueden provocar graves trastornos y paradas operativas. La mayoría de las empresas consideran Internet una herramienta de negocio indispensable. Sin embargo, las preocupaciones en torno a la seguridad, la confiabilidad y la calidad del servicio, y la posibilidad de que éstas provoquen graves trastornos empresariales, pueden amenazar la confianza. La desinformación y la desinformación en línea son un ejemplo de amenaza global. El Foro Económico Mundial las ha identificado como la principal amenaza mundial en los próximos dos años (la ciberseguridad ocupa el cuarto lugar), especialmente en el contexto de las importantes elecciones que se celebrarán en ese periodo en varios países muy poblados, como Bangladesh, India, Indonesia y Pakistán en Asia-Pacífico, así como en el Reino Unido y Estados Unidos.
El informe se centra en la importancia de construir una nación digital inclusiva y confiable en la región de Asia Pacífico. Destaca la creciente importancia de la digitalización en la vida cotidiana y en la economía de la región, así como los desafíos y oportunidades que esto presenta. El informe enfatiza la necesidad de abordar la brecha digital para garantizar que todos los ciudadanos tengan acceso igualitario a las tecnologías digitales y a los beneficios que estas ofrecen. Se destaca la importancia de políticas inclusivas que aborden las barreras que enfrentan los grupos marginados, como las personas mayores, las personas con discapacidades y las comunidades rurales, en el acceso y uso de la tecnología digital. Además, el informe subraya la importancia de construir confianza en la tecnología digital mediante la adopción de medidas para proteger la privacidad y la seguridad de los datos de los usuarios. Se hace hincapié en la necesidad de establecer marcos regulatorios sólidos que promuevan la confianza y la seguridad en el uso de la tecnología digital. En resumen, el informe aboga por la creación de una nación digital inclusiva y confiable en Asia Pacífico, que garantice que todos los ciudadanos tengan acceso igualitario a las tecnologías digitales y se sientan seguros y protegidos al utilizarlas.
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