Se calcula que cada año se producen en el mundo 2.000 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos (RSU), la mayoría de los cuales acaba en vertederos y escombreras. Se prevé que la generación de RSU casi se duplique a mediados de siglo, por lo que urge encontrar soluciones más sostenibles para su gestión. Más allá de las implicaciones para la salud y la seguridad públicas, la gestión insostenible de los residuos también tiene repercusiones climáticas de gran alcance. La fracción orgánica de estos residuos, incluidos los restos de comida, de jardín, papel y cartón, genera metano al descomponerse en vertederos y escombreras, que se emite si no se captura adecuadamente. El metano es un contaminante climático superpotente con un potencial de calentamiento global unas 80 veces superior al del dióxido de carbono en un horizonte temporal de 20 años, y el segundo mayor contribuyente a las emisiones de gases de efecto invernadero. La reducción acelerada de las emisiones de metano en esta década es la forma más rápida de reducir el calentamiento a corto plazo y es fundamental para mantener a nuestro alcance el límite de 1,5 °C de temperatura. Afortunadamente, ya existen soluciones para reducir drásticamente las emisiones de metano del sector de los residuos, una de las principales fuentes de emisión de metano después del petróleo y el gas y la agricultura. La aplicación de todas las estrategias de reducción técnicamente viables podría reducir el metano procedente de los RSU en un 80% por debajo del nivel de referencia en 2050. Sin embargo, los países y las ciudades carecen a menudo de recursos prácticos o de un «manual» que defina una vía para desplegar estrategias de reducción del metano adaptadas a su situación particular de gestión de residuos. Este informe desarrolla soluciones para mitigar las emisiones de metano de los RSU basadas en arquetipos globales de gestión de RSU. En primer lugar, ofrece una visión general de las prácticas de gestión de RSU a nivel mundial, resumiendo las tendencias en la generación, recogida, desvío y eliminación de residuos en África, Asia, Australia y Nueva Zelanda, Europa, América Latina y el Caribe y Estados Unidos y Canadá, así como algunas políticas clave de gestión de residuos en países seleccionados. A continuación, establece los cuatro arquetipos de gestión de RSU, Construir lo básico (Build the Basics, BtB), Construir lo básico plus (Build the Basics Plus, BtB+), Ascender en la jerarquía (Move up the Hierarchy, MuH) y Cerrar el círculo (Close the Circle, CtC), que pretenden caracterizar las prácticas mundiales de gestión de residuos. Estos arquetipos se basan en cuatro componentes básicos: reducción en origen, desvío de residuos, eliminación de residuos y un componente transversal que explora el marco político y normativo, la transparencia de las emisiones, la financiación, la sensibilización de las partes interesadas y las oportunidades de desarrollo de capacidades.
El arquetipo BtB se caracteriza por unos índices de recogida bajos o medios, unos sistemas de gestión de residuos deficientes, unos índices de reciclaje bajos y una recuperación y un tratamiento de residuos limitados o inexistentes antes de su eliminación final. Los residuos se eliminan en vertederos sin sistema de vigilancia, captura y control de metano ni ningún otro sistema de control medioambiental. El vertido ilegal y la quema al aire libre de residuos son habituales. Aunque existen normativas de gestión de residuos, su aplicación es deficiente y las normas vigentes no abordan los residuos orgánicos ni las emisiones de estos residuos. La capacidad técnica es limitada porque faltan infraestructuras de gestión de residuos. Estos países pueden empezar a reducir las emisiones de metano construyendo infraestructuras básicas o aplicando mejoras operativas de costo relativamente bajo en los vertederos. Algunos ejemplos de países son Guatemala, Nepal, Nigeria, República Dominicana, Tayikistán y Uganda. El arquetipo BtB+ comparte ciertas características con el BtB en sus planteamientos de gestión de residuos, pero demuestra unas prácticas de gestión de residuos relativamente más avanzadas, evidenciadas por unos índices de recogida más elevados y una notable progresión desde los vertederos a los vertederos sanitarios. Aunque es posible que los residuos se eliminen en vertederos y que se produzcan vertidos ilegales e incineraciones al aire libre, los países BtB+ han dado pasos importantes hacia la mejora de la gestión de sus RSU, lo que les ha llevado más allá del arquetipo BtB. Pueden continuar esta trayectoria mediante la transición progresiva a vertederos sanitarios con requisitos normativos más estrictos sobre la captura y el control de los gases de vertedero, la mejora de la capacidad técnica de los proveedores de servicios de residuos y el acceso a una financiación asequible para apoyar el desarrollo de infraestructuras críticas. Entre los países ejemplo se encuentran Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, India, México, la República de Serbia y Sudáfrica. El arquetipo MuH se caracteriza por tasas de recogida universales o casi universales y una amplia adopción de vertederos sanitarios con supervisión reglamentaria y control medioambiental. La recuperación y el tratamiento de los residuos orgánicos son mínimos, pero se están realizando esfuerzos para reducir la generación de residuos biodegradables y ampliar el reciclaje de productos orgánicos. Aunque ya existen normas para capturar y controlar el metano, estos países pueden ascender en la jerarquía de gestión de residuos mediante normativas más sólidas y una mayor transparencia de las emisiones para eliminar progresivamente la eliminación de residuos orgánicos y mejorar la captura de gases de los vertederos, al tiempo que avanzan en sus esfuerzos por evitar la pérdida y el desperdicio de alimentos. Algunos ejemplos son Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Estados Unidos. El arquetipo CtC se caracteriza de forma similar por la recogida y eliminación universal o casi universal en vertederos sanitarios. Sin embargo, estos países son los que menos dependen de los vertederos para su eliminación final debido a la gran dependencia de las tecnologías de conversión de residuos en energía (WTE), que incineran los residuos y reducen el volumen de residuos depositados en vertederos.
La legislación suele prohibir el vertido de materiales biodegradables o exigir que se estabilicen antes de su eliminación. Aunque el uso de tecnologías WTE evita en gran medida la generación de metano, plantea problemas relacionados con la contaminación atmosférica local y se pierde la oportunidad de recuperar el carbono y los nutrientes vegetales. Estos países pueden cerrar el círculo mediante la prevención de la pérdida de alimentos y los residuos, el desvío de productos orgánicos y la mejora de la recuperación de materiales. Algunos ejemplos son Alemania, Austria, Bélgica, Finlandia, Japón, Noruega, Países Bajos, Singapur, Suecia y Suiza. Por último, el informe elabora un manual que esboza estrategias a lo largo de la cadena de valor de la gestión de residuos para reducir drásticamente las emisiones de metano de los RSU en los cuatro arquetipos posteriores a la generación de residuos. El objetivo de este manual es ayudar a los responsables de la toma de decisiones a nivel local, subnacional y nacional, proporcionando estrategias a medida que reflejen el enfoque de gestión de residuos que se aplica actualmente en los distintos países y regiones, reconociendo así las diferencias únicas en la forma en que se gestionan los residuos en todo el mundo y subrayando que las estrategias para reducir el metano deben reflejar estas diferencias. Centrándose en la generación posterior a los residuos, el manual explora las oportunidades de reducción del metano, incluidas las estrategias para mejorar la separación de los residuos orgánicos en origen, aumentar la eficiencia de la recogida de residuos, ampliar la capacidad de procesamiento de productos orgánicos, optimizar el diseño y el funcionamiento de los vertederos para minimizar las emisiones fugitivas, desarrollar un entorno político propicio, mejorar la transparencia de las emisiones y aumentar el acceso a una financiación asequible, la sensibilización de las partes interesadas y el desarrollo de capacidades.
El informe presenta un enfoque detallado para mitigar las emisiones de metano derivadas de la gestión de residuos sólidos municipales (MSW). Se basa en arquetipos globales de gestión de residuos para proporcionar recomendaciones específicas y adaptables a diversas situaciones locales. El documento comienza describiendo la importancia del metano como un poderoso gas de efecto invernadero y el papel fundamental que desempeña la gestión de residuos en su generación. Luego, identifica y define seis arquetipos globales de gestión de residuos sólidos municipales, que abarcan desde sistemas informales y de pequeña escala hasta operaciones altamente tecnológicas y avanzadas. Para cada arquetipo, el informe analiza las prácticas actuales de gestión de residuos, evalúa las oportunidades y desafíos específicos para reducir las emisiones de metano y propone recomendaciones detalladas. Estas recomendaciones se centran en áreas clave como la recolección de residuos, el transporte, el tratamiento y la disposición final. Además, se destacan las mejores prácticas y tecnologías disponibles, así como los posibles enfoques de financiación y colaboración entre actores relevantes. El informe también destaca la importancia de considerar factores socioeconómicos, culturales y políticos al implementar las recomendaciones, ya que estos pueden influir significativamente en la viabilidad y aceptación de las medidas propuestas. En general, el documento sirve como una guía integral y práctica para los responsables de la toma de decisiones y los profesionales involucrados en la gestión de residuos, proporcionando un marco sólido para abordar de manera efectiva el desafío de la mitigación del metano en este contexto.
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