La economía global está transitando una fase caracterizada por la digitalización y la conectividad. El desarrollo y la adopción de tecnologías emergentes y de modelos de negocios nuevos basados en el uso intensivo de datos y algoritmos conllevan a transformaciones en el plano productivo, económico y social. Estos cambios, notables por su magnitud, velocidad y alcance, particularmente en el mundo empresarial y laboral, son asociados al concepto de “Cuarta Revolución Industrial”. Las nuevas tecnologías, denominadas 4.0, comprenden sistemas de integración, sistemas autónomos, Internet de las cosas, manufactura aditiva, big data, computación en la nube, simulación de entornos virtuales, inteligencia artificial, ciberseguridad y realidad aumentada, entre otras. El cambio de paradigma asociado a la Cuarta Revolución Industrial y a la adopción de tecnologías 4.0, propician una nueva forma de generar valor. Su uso habilita esquemas de producción flexibles y aumentos de productividad ligados a una creciente automatización de algunos procesos productivos, la descentralización de la toma de decisiones, el uso de modelos predictivos, el impulso a nuevos productos y servicios, y la optimización en las cadenas logísticas, la transformación de productos tradicionales en productos inteligentes; la producción descentralizada y en red, los esfuerzos de cooperación horizontales y verticales dentro de las cadenas de valor, las ventas mediante plataformas digitales, la personalización de los productos y servicios, etc. La transformación digital supone una nueva cultura empresarial y exige esfuerzos de innovación continua. Las empresas deben adaptar sus formas organizacionales y capacidades para mantenerse viables y relevantes. No obstante, la adopción de estas nuevas tecnologías no se hace en una única vez, sino de manera gradual o en fases. Las estrategias relacionadas con la incorporación de nuevas tecnologías se ven influenciadas por una variedad de factores (área de implementación, cultura digital de la empresa, liderazgo, adaptabilidad, etc.), en los cuales, determinados niveles de adopción se revelan como ventajosos desde una perspectiva competitiva, mientras que otros pueden ser contraproducentes Es decir, a nivel de la firma, el proceso de adopción tecnológica difícilmente logre ser “llave en mano”; exige esfuerzos de reorganización, coordinación financieros y adaptación, con impacto directo en la gestión de la producción, de los recursos humanos y del negocio, y puede requerir desde nuevos canales de comunicación con proveedores y clientes hasta reestructuraciones de la división de tareas laborales. Muchas veces, este proceso se encuentra obstaculizado por diversas barreras cuya superación exige de una estrategia bien planificada y de un compromiso continuo de adaptación y aprendizaje que involucre a todos los miembros de la organización.
Teniendo en cuenta la velocidad del avance tecnológico y la amplia oferta tecnológica disponible, suele ser difícil para las firmas, especialmente para las de menor tamaño, identificar y jerarquizar las más convenientes para sus objetivos productivos o comerciales, como así también anticipar su impacto efectivo, también se señala que la adopción de tecnologías avanzadas no debe ser un objetivo en sí mismo, sino que por el contrario, las empresas deben evaluar los riesgos, costos y beneficios que supone la incorporación de estas tecnologías. Asimismo, la pandemia de Covid-19 demostró el carácter estratégico del uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en los sectores productivos, laborales, educativos y sanitarios. De acuerdo con datos de la Encuesta sobre Adopción Tecnológica, Empleo y Comercio Internacional (EATEC) realizada en las cinco principales economías de América Latina por el Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (INTAL) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las empresas que habían comenzado su transformación digital antes de la pandemia se adaptaron mejor y mantuvieron su operatividad durante el confinamiento y la crisis. Estas empresas experimentaron una mayor resiliencia, implementaron nuevas modalidades de trabajo y registraron menores caídas en sus ventas, beneficios y niveles de empleo. La misma encuesta realizada con posterioridad a la pandemia en 2023 mostró que el proceso de adopción de tecnologías 4.0 se ha ido profundizando progresivamente; la computación en la nube, las plataformas digitales y los servicios móviles, son utilizados por casi 8 de cada 10 empresas consultadas. La adopción de las tecnologías 4.0 está ocurriendo a distintas velocidades, evidenciando heterogeneidades, tanto entre países como hacia el interior de estos, con diferencias notables entre sectores de actividad económica y entre empresas de distintos tamaños. Mientras que los países de mayores ingresos avanzan en el desarrollo e implementación de tecnologías 4.0, se amplía la brecha tecnológica con las naciones más pobres, cuyas empresas enfrentan dificultades para cumplir con las demandas del mercado internacional. A pesar de la importancia creciente de la economía digital en América Latina y el Caribe (ALC), el uso de tecnologías digitales por parte de las empresas de la región sigue siendo significativamente menor al uso en las economías desarrolladas. Además, las compañías grandes y las proveedoras de servicios se muestran más avanzadas en sus procesos de digitalización en comparación con las pymes y las empresas productoras de bienes. Paraguay no ha estado ajeno a esta realidad.
Un estudio realizado por el BID basado en el análisis de casos de micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) paraguayas en 2022, muestra que, si bien el aislamiento obligatorio dejó a muchas mipymes al borde de la insolvencia, representó una oportunidad para acelerar la adopción del comercio electrónico y de TICs, cambios que las firmas perciben como permanentes. Asimismo, un estudio elaborado por la Universidad Nacional de Asunción (UNA) muestra que entre 2019 y 2021, casi 80% de las mipymes paraguayas introdujeron cambios o mejoras en los procesos de producción, 73% comercializaron un nuevo producto o servicio y 60% adquirieron nuevos bienes de capital. Estos cambios también alcanzaron la gestión de las mipymes; entre 72% y 77% de las firmas realizaron cambios en el área de compras, de comercialización y en la dirección y gestión del negocio. La incidencia de estas actividades ha sido mayor en las empresas medianas en comparación a las micro y pequeñas (mipe), y mientras que aquellas dedicadas a la actividad industrial realizaron innovaciones en productos y servicios y en gestión en mayor proporción que las dedicadas a servicios, en tanto en el caso de innovaciones en procesos fue al revés. Por su parte, según la Encuesta Nacional de Innovación Empresarial 2021, en 2020 las empresas invirtieron en Investigación y Desarrollo (I+D) 17% más con respecto al año anterior debido a la situación derivada de la pandemia. Sin embargo, si bien 67% de las empresas encuestadas invirtieron en innovación distinta a I+D, el monto invertido en 2020 disminuyó 1% con relación a 2019. Del total invertido en innovación distinta a I+D en el período 2018-2020, 73,5% fue realizado por empresas manufactureras y el resto por empresas de servicios. Al considerar el tamaño de las firmas, son las grandes, seguidas de las medianas, las que han innovado más, tanto en términos de productos como de procesos (89 % de las firmas grandes innovaron, 87% de las medianas y 76% de las mipes). En este escenario, es crucial explorar las características que está adquiriendo el proceso de digitalización en el sector productivo de Paraguay, particularmente en la industria, dada la importancia que adquiere para el dinamismo de la economía. Los resultados muestran una adopción moderada de tecnologías avanzadas en la industria paraguaya, con una predominancia del uso de tecnologías de segunda y tercera generación. Entre las principales barreras para la adopción tecnológica se encuentran la falta de financiamiento, la carencia de habilidades adecuadas en la fuerza laboral y la resistencia al cambio. Sin embargo, las empresas que ya han iniciado su transformación digital reportan beneficios significativos en términos de resiliencia y adaptación, especialmente durante la pandemia de Covid-19.
El informe se centra en el proceso de adopción de tecnologías digitales avanzadas en las empresas paraguayas, evaluando su situación actual, barreras y estrategias para avanzar hacia la transformación digital. A continuación, se presenta un resumen del informe. El informe destaca que para avanzar hacia la Industria 4.0, las empresas paraguayas deben superar diversas barreras a través de estrategias bien planificadas y un compromiso continuo con la adaptación y el aprendizaje. Se subraya la importancia de políticas públicas que fomenten la innovación y el desarrollo de habilidades digitales en la fuerza laboral, así como la necesidad de crear un entorno favorable para la inversión en tecnologías avanzadas. La adopción de tecnologías 4.0, que incluyen sistemas autónomos, Internet de las cosas, inteligencia artificial, entre otros, se está realizando a diferentes velocidades en el mundo, evidenciando una brecha tecnológica significativa entre países desarrollados y en desarrollo, así como entre grandes empresas y pymes. En América Latina y el Caribe, la digitalización empresarial es aún limitada en comparación con las economías desarrolladas, lo cual dificulta la competitividad internacional. Este informe, elaborado por el BID en colaboración con la Unión Industrial Paraguaya, busca ofrecer una visión detallada de la adopción tecnológica en la industria paraguaya a través de una encuesta realizada a 152 empresas entre mayo y septiembre de 2023. La encuesta utilizada para el estudio se estructuró en tres bloques principales: uso de tecnologías digitales, demanda de habilidades y características de las unidades productivas. La metodología adoptada se alineó con estudios similares realizados en Brasil, Argentina y Uruguay, lo cual permite una comparación regional de los resultados. El informe clasifica las empresas en diferentes clústeres según su nivel de adopción tecnológica, empleando taxonomías como «trekkers», «alpinistas» y «cóndores» para describir su posicionamiento relativo en la travesía hacia la Industria 4.0. El estudio concluye que, aunque la industria paraguaya enfrenta desafíos considerables para adoptar plenamente las tecnologías 4.0, existen oportunidades significativas para mejorar su competitividad a nivel internacional. La clave radica en una colaboración efectiva entre el sector público y privado, así como en la implementación de políticas que faciliten el acceso a tecnologías y financiamiento, y en el desarrollo de habilidades digitales en la fuerza laboral. Este informe ofrece una guía detallada para la transformación digital de la industria paraguaya, identificando tanto las oportunidades como los obstáculos en el camino hacia una mayor digitalización y competitividad global.
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