El objetivo de triplicar la capacidad global de energía renovable para el año 2030, tal como se comprometieron los países del G7 (Grupo de los Siete, Canadá, Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido e Italia) en) en la COP28, destaca la relevancia estratégica de estas naciones en el panorama energético mundial. triplicar la capacidad global de energía renovable para 2030, como se comprometió en la COP28. A pesar de las adiciones récord de energías renovables en 2023, la trayectoria actual no cumple con el objetivo de triplicación, especialmente para la energía eólica, hidroeléctrica, geotérmica y bioenergía. Los países del G7 deben acelerar significativamente la implementación de energías renovables, tanto a nivel nacional como apoyando a las economías emergentes. Los desafíos clave incluyen la expansión de la red, financiamiento, integración de almacenamiento y desarrollo de la fuerza laboral. El informe recomienda fortalecer las políticas existentes, introducir nuevas medidas de apoyo, aumentar las inversiones en redes y almacenamiento, y mejorar la colaboración internacional. Se necesita una acción urgente del G7 para abordar las barreras de implementación y mantener al mundo en una trayectoria de 1.5°C para cumplir con el compromiso de triplicación para 2030. Por otro lado, el informe proporciona información clave y visualizaciones de datos relacionados con el objetivo de triplicar la capacidad de energía renovable a nivel global para 2030. Destaca la importancia de marcos habilitadores y aborda las barreras para alcanzar esta meta. El informe identifica áreas clave donde se necesitan marcos habilitadores para abordar las barreras para la triplicación de la capacidad de energía renovable para 2030. Además, presenta datos sobre tasas de recorte para energía solar, eólica y eléctrica renovable variable por país, así como inversiones en redes de transmisión, restricciones o atrapamiento de energía en la red y longitud de líneas planificadas/completadas para Alemania. También aborda la inversión de los países del G7 en redes de transmisión y distribución, la capacidad anticipada de energía solar y eólica en los planes de expansión de operadores de sistemas de transmisión y la comparación con la capacidad esperada de implementación real en 2030. En resumen, el informe destaca la necesidad de políticas habilitadoras, inversiones en infraestructura de red, abordar los desafíos de integración, gestionar los costos de capital, despliegue de almacenamiento de energía y desarrollo de habilidades laborales para lograr la triplicación de la capacidad de energía renovable para 2030.
La búsqueda de triplicar la capacidad mundial de energía renovable para 2030, como se comprometieron los países del G7 en la COP28, destaca la relevancia estratégica de estas naciones en el panorama energético global. Sin embargo, el camino hacia este objetivo enfrenta desafíos significativos. Aunque el objetivo colectivo del G7 establece una meta de 11.2 TW de capacidad de energía renovable para 2030, con los países del G20 aportando alrededor de 9.4 TW, las metas individuales del G7 para la energía solar fotovoltaica (aproximadamente 980 GW) y la energía eólica marina (127 GW) no alcanzan la meta general del G7 de agregar 150 GW de energía eólica marina y al menos 1 TW de energía solar fotovoltaica para 2030. Las expectativas actuales de despliegue basadas en políticas existentes para los países del G7 proyectan una capacidad instalada acumulativa de alrededor de 1,410 GW para 2030, lo que supone una brecha de 868 GW (38%) en comparación con lo necesario para un camino hacia los 1.5°C alineado con la meta de triplicar la capacidad global de energía renovable. Para cumplir con la parte del G7 de la meta de triplicación, se necesitan 275 GW adicionales de capacidad en comparación con las expectativas actuales, incluyendo 105 GW de energía solar fotovoltaica, 128 GW de energía eólica terrestre y 41 GW de energía eólica marina. Aun después de cumplir con las metas individuales de los países, habría una brecha adicional de 527 GW entre las metas colectivas del G7 y alcanzar un camino hacia los 1.5°C, lo que resalta la necesidad de políticas más sólidas y coordinación entre los países del G7. En este contexto, se deben abordar dos desafíos para lograr la meta de triplicar la capacidad de energía renovable para 2030, como se establece en el camino hacia los 1.5°C. En primer lugar, las políticas actuales no se espera que impulsen una aceleración suficiente en nuevas adiciones de capacidad de energía renovable para alcanzar la meta de 2030, lo que dejaría un déficit de alrededor de 2,260 GW. En segundo lugar, existe un desequilibrio en el crecimiento proyectado de diferentes tecnologías renovables, con la energía solar fotovoltaica esperando contribuir con una proporción mucho mayor de lo previsto en el camino hacia los 1.5°C. Aunque la capacidad total objetivo se logre, una dependencia excesiva de la energía solar fotovoltaica debido al bajo desempeño de otras tecnologías podría resultar en una generación eléctrica insuficiente de fuentes renovables en 2030. Esto se debe a que la energía solar fotovoltaica tiene un factor de capacidad más bajo que otras renovables, por lo que se necesitaría más capacidad de energía solar fotovoltaica para generar la misma cantidad de electricidad. La acción temprana para ajustar políticas y tasas de despliegue es determinante para aumentar la probabilidad de cumplir con el objetivo de triplicar la capacidad de energía renovable para 2030.
El estudio enfatiza la importancia de alinear la planificación, expansión y modernización de la red eléctrica con el esperado crecimiento en el despliegue de energía renovable para alcanzar el objetivo de triplicar la capacidad de energía renovable para 2030. Para abordar este desafío, se ofrecen varias recomendaciones para los países del G7, como integrar la planificación de energía y los programas de red, introducir un enfoque integrado considerando recursos solares, eólicos, de almacenamiento y de demanda, agilizar los procesos de permisos, evolucionar la operación y gestión de la red, y apoyar la inversión en infraestructura de red en economías emergentes y en desarrollo. Se destaca la necesidad de una acción radical debido al lento progreso en la modernización y expansión de la red en algunos países del G7. Se sugiere que estos países trabajen hacia el logro de los objetivos existentes establecidos por los operadores de transmisión y distribución, pero también aborden urgentemente la probable brecha en la capacidad de la red para absorber y transmitir la capacidad y generación renovables requeridas. Esto se puede lograr mediante un enfoque en tecnologías que mejoren la red, la flexibilidad de la demanda y el almacenamiento de energía. Se recomienda que los países del G7 implementen políticas y programas de apoyo para acelerar el despliegue de almacenamiento de electricidad a escala de red, aumentar la flexibilidad de la demanda y escalar rápidamente las tecnologías que mejoran la red. El documento, a su vez, discute los desafíos financieros para la energía renovable y las inversiones en infraestructura eléctrica, destacando la necesidad de abordar la demanda de proyectos bancables, la disponibilidad de fondos suficientes y el costo de financiamiento, especialmente en mercados emergentes y economías en desarrollo. El análisis se centra en el significativo aumento en el costo promedio ponderado de capital (WACC) para proyectos de energía renovable, particularmente en 2023 y 2024, debido a factores como problemas en la cadena de suministro, alta inflación y condiciones macroeconómicas deterioradas. Se destaca que el aumento del WACC en 2023 fue de alrededor de 1.0-1.6 puntos porcentuales en Europa y África, pero el impacto real se sentirá en 2024, con un aumento adicional de 0.8-3.3 puntos porcentuales en Europa y hasta 6.5 puntos porcentuales en algunos países africanos. El documento proporciona cifras específicas del WACC por país para proyectos de energía solar fotovoltaica y eólica terrestre en 2022-2024, mostrando una clara tendencia al alza en los mercados. Se enfatiza la necesidad de identificar y mitigar los impulsores específicos de riesgo que agregan primas al costo de capital, como el riesgo país, el riesgo cambiario, el riesgo político/regulatorio, el riesgo de contraparte y otros. Se proporciona una tabla que describe varios riesgos de inversión y herramientas de mitigación potenciales para reducir el costo de capital y atraer más financiamiento privado para proyectos de energías renovables, especialmente en mercados emergentes y economías en desarrollo.
En cuanto a la necesidad de abordar riesgos y movilizar financiamiento para apoyar la triplicación de la capacidad de energía renovable en mercados emergentes y economías en desarrollo (EMDE) para 2030, se destaca el papel de los fondos públicos y las instituciones financieras de desarrollo en mitigar riesgos y mejorar la viabilidad de proyectos de energía renovable en EMDE. Se discuten los tres principales riesgos que impactan el costo de capital: riesgo país, riesgo cambiario y riesgo de contraparte. Se enfatiza la necesidad de enfoques personalizados basados en las diversas circunstancias de los EMDE, así como un mayor financiamiento público y mecanismos de financiamiento combinados. También se resalta la importancia de la certeza de políticas y regulaciones, objetivos claros y una evaluación integral de los riesgos de inversión que incluya externalidades ambientales y sociales. Adicionalmente, el documento menciona la creciente importancia del almacenamiento de electricidad, especialmente el almacenamiento de baterías, para facilitar la integración de energía solar y eólica. Se proyecta un aumento significativo en la capacidad de almacenamiento de baterías para 2030, complementado por la expansión del almacenamiento hidroeléctrico bombeado. Se enfatiza el papel del almacenamiento en proporcionar flexibilidad, seguridad de suministro y servicios económicos, junto con la necesidad de actualizaciones y modernización de la red para acomodar la transición a fuentes de energía renovable.
En general, el documento destaca la importancia estratégica de los países del G7 en el panorama energético global al comprometerse a triplicar la capacidad de energía renovable para 2030, como se estableció en la COP28. Sin embargo, enfrenta desafíos significativos en el camino hacia este objetivo, especialmente en términos de implementación de políticas, expansión de la infraestructura de red y movilización de financiamiento. La trayectoria actual no cumple con la meta de triplicación, lo que resalta la necesidad de una acción radical y coordinada para acelerar la transición hacia las energías renovables. Se requiere un enfoque integrado que aborde los desafíos financieros, la expansión de la red y la integración de tecnologías de almacenamiento para alcanzar el objetivo de manera efectiva. La colaboración internacional, el fortalecimiento de las políticas existentes y la introducción de nuevas medidas de apoyo son elementos clave para lograr una transición exitosa hacia un sistema de energía renovable más sostenible y resiliente para el futuro.
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