World Energy Outlook 2023

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El informe muestra la incertidumbre para el sector energético. Hay paralelismos entre entonces y ahora, con el suministro de petróleo en el punto de mira en medio de una crisis en Oriente Medio, pero también hay diferencias clave: el sistema energético mundial ha cambiado considerablemente desde principios de los 70 y se están produciendo nuevos cambios rápidamente. Una cosa que no ha cambiado desde los años 70 es el compromiso de la AIE con su misión fundamental de salvaguardar la seguridad energética. Como se ha demostrado a lo largo de la crisis energética mundial que estalló en febrero de 2022, la AIE está preparada para responder con rapidez y eficacia a las perturbaciones repentinas de los mercados energéticos. Al mismo tiempo, sigue dedicando importantes esfuerzos a anticipar y abordar los retos que evolucionan y surgen en todo el sistema energético mundial. Este es un ámbito en el que los datos y análisis del World Energy Outlook (WEO) son tan valiosos. La crisis de 1973-74 tuvo que ver con el petróleo, pero las presiones actuales provienen de múltiples ámbitos. Junto a la fragilidad de los mercados del petróleo, el mundo ha asistido a una aguda crisis de los mercados del gas natural provocada por los cortes de suministro de Rusia, que han tenido fuertes repercusiones en la electricidad. Al mismo tiempo, el mundo se enfrenta a una aguda crisis climática, con efectos cada vez más visibles del cambio climático provocado por el uso de combustibles fósiles, como las olas de calor que este año han batido récords en todo el mundo. Una crisis de múltiples dimensiones requiere soluciones igualmente globales. En última instancia, lo que se necesita no es sólo diversificar el uso de una única materia prima energética, sino cambiar el propio sistema energético, y hacerlo manteniendo un suministro de servicios energéticos asequible y seguro. El creciente impacto del calentamiento global hace que esto sea aún más importante, puesto que una cantidad cada vez mayor de infraestructuras energéticas que se construyeron para un clima más frío y tranquilo ya no son lo suficientemente confiables o resistentes a medida que aumentan las temperaturas y los fenómenos meteorológicos se vuelven más extremos. En resumen, hay que transformar el sistema energético tanto para evitar un cambio climático aún más severo como para hacer frente al cambio climático que ya está entre la población. Una segunda diferencia entre los años setenta y hoy es que ya existen tecnologías energéticas limpias. La crisis del petróleo de 1973 fue un importante catalizador del cambio, que impulsó el aumento de la eficiencia energética y la energía nuclear. Pero se tardó muchos años en impulsarlas, mientras que otras tecnologías clave, como la eólica y la solar, aún estaban emergiendo. Hoy en día, la energía solar, la eólica, la eficiencia y los coches eléctricos están bien establecidos y disponibles, y sus ventajas se ven reforzadas por las turbulencias de las tecnologías tradicionales. Hoy en día existen soluciones duraderas a los dilemas energéticos. Además, hoy en día hay procesos y acuerdos internacionales en vigor, como el Acuerdo de París, que proporcionan un marco importante para una acción más enérgica por parte de los gobiernos.

 

El mundo está mucho mejor preparado que hace 50 años. Se sabe lo que hay que hacer y adónde hay que ir. Al mismo tiempo, los retos son mucho más amplios y complejos: la seguridad energética y el clima están interrelacionados, y pretender que sólo hay que centrarse en uno u otro es una visión estrecha de miras. Todavía se puede aprender de la respuesta a la crisis del petróleo de 1973 y del enfoque que condujo al Acuerdo de París de 2015: los gobiernos deben trabajar juntos para abordar los principales retos comunes, porque un mosaico de esfuerzos individuales se quedará corto. Hay que coordinar y cooperar: los que van en cabeza y disponen de más recursos deben ayudar a los que están más rezagados y tienen menos. Cada país debe encontrar su propio camino, pero necesita algunas señales en el trayecto. Este WEO pone de relieve, una vez más, las opciones que pueden hacer avanzar el sistema energético en una dirección más segura y sostenible. Anima a los responsables de la toma de decisiones de todo el mundo a que tengan en cuenta las conclusiones de este informe. Esta nueva Perspectiva ofrece una sólida base empírica para orientar las opciones a las que se enfrentan los responsables de la toma de decisiones energéticas en la búsqueda de transiciones que sean rápidas, seguras, asequibles e integradoras. El análisis no presenta una visión única del futuro, sino que explora diferentes escenarios que reflejan las condiciones actuales del mundo real y los puntos de partida. El Escenario de Políticas Declaradas (STEPS, por sus siglas en inglés) ofrece una perspectiva basada en los últimos escenarios políticos, incluidas las políticas energéticas, climáticas e industriales relacionadas. El Escenario de Compromisos Anunciados (APS, por sus siglas en inglés) asume que todos los objetivos energéticos y climáticos nacionales establecidos por los gobiernos se cumplen íntegramente y a tiempo. Sin embargo, aún se requieren muchos avances adicionales para cumplir los objetivos del Escenario de Emisiones Netas Cero para 2050 (NZE), que limita el calentamiento global a 1,5 °C. Junto a los principales escenarios, se exploran algunas incertidumbres clave que podrían afectar a las tendencias futuras, como los cambios estructurales en la economía china y el ritmo de despliegue mundial de la energía solar fotovoltaica.

 

El informe es una evaluación integral y actualizada de las tendencias y desafíos globales en el ámbito energético. El informe destaca la necesidad urgente de abordar el cambio climático a través de una rápida transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles. Se enfoca en la creciente importancia de las energías renovables, la electrificación de sectores clave, la eficiencia energética y la necesidad de inversiones masivas en infraestructura energética. Además, subraya la relevancia de la seguridad energética, la adaptación a las transformaciones tecnológicas y la importancia de la cooperación internacional para abordar los retos energéticos globales. En resumen, el World Energy Outlook 2023 subraya la urgencia de tomar medidas decisivas para forjar un futuro energético más sostenible y resistente en un mundo en constante evolución.

Para leer más ingrese a:

https://www.iea.org/reports/world-energy-outlook-2023

https://iea.blob.core.windows.net/assets/26ca51d0-4a42-4649-a7c0-552d75ddf9b2/WorldEnergyOutlook2023.pdf

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