La nota evalúa el estado del sodio‑ion como alternativa al ion‑litio. Se destacan ventajas de costo por materias primas abundantes y menor exposición a precios del litio, cobalto o níquel, además de desempeño adecuado a temperaturas frías y altas tasas de carga/descarga en diseños recientes. El artículo celebra avances de fabricantes y pilotos en redes y movilidad ligera, aunque reconoce que la densidad de energía todavía limita aplicaciones de largo alcance.
En almacenamiento estacionario, el sodio‑ion podría ser competitivo para duraciones de 1–4 horas donde el espacio no es crítico y el costo total de propiedad prime. En micromovilidad y vehículos urbanos, la solución ofrece seguridad y estabilidad térmica. La observación clave es que no reemplazará al litio en todo, pero sí abrirá mercados complementarios que diversifican la cadena.
Vale la pena leer la noticia para identificar casos de uso donde el sodio‑ion ya puede ofrecer mejor relación costo‑beneficio que el litio.
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