El crecimiento acelerado de los sistemas de almacenamiento de energía con baterías a escala de utilidad ha transformado la manera en que se gestionan y operan las redes eléctricas modernas. La incorporación de estas instalaciones responde a la necesidad de aumentar la flexibilidad, mejorar la confiabilidad y facilitar la integración de fuentes renovables, creando una dinámica en la que la gestión eficiente de los activos de baterías se vuelve indispensable. A medida que la capacidad instalada continúa en ascenso, con proyecciones que sugieren alcanzar casi 65 GW en los próximos años, se evidencia que disponer de las instalaciones no garantiza por sí misma que se puedan obtener todos los beneficios posibles. La falta de sistemas adecuados para la gestión, control y monitoreo puede limitar el rendimiento de las baterías, relegándolas a roles secundarios o incluso a recursos estacionarios sin uso activo.
El uso de plataformas centralizadas, como los Sistemas de Administración de Recursos Energéticos Distribuidos (DERMS), aparece como una estrategia efectiva para superar estos obstáculos. Estos sistemas permiten coordinar múltiples servicios sobre un solo activo mediante la integración de controladores especializados y arquitecturas conocidas como «Bring Your Own Controller» (BYOC). La ventaja de estas soluciones radica en que facilitan una orquestación en tiempo real, lo que significa que las baterías pueden ejecutar diversas funciones simultáneamente, por ejemplo, regulación de frecuencia, ahorro de picos y arbitraje de energía, maximizando su valor económico y operativo. La integración de dispositivos de control en el campo, como microcontroladores y puertas de enlace inteligentes, posibilita una gestión eficaz sin que sea necesario realizar costosas construcciones o modificiones en la infraestructura existente. No obstante, la implementación de estos sistemas enfrenta múltiples desafíos. La interoperabilidad constituye uno de los primeros obstáculos, al tratarse de gestionar flotas diversas provenientes de diferentes fabricantes, cada uno con protocolos y plataformas de control distintos. La fragmentación también afecta la visibilidad y el control, limitando la capacidad de las utilidades para monitorear en tiempo real todas las unidades y coordinar acciones de manera eficaz. Además, existen complicaciones relacionadas con la complejidad comercial, puesto que las baterías pueden estar controladas por distintas entidades, incluyendo propietarios privados o acuerdos de compra de energía, lo que requiere gestionar múltiples intereses y obligaciones.
Complementariamente, la comunicación confiable y de baja latencia resulta esencial para la operación segura y eficiente de los sistemas, pero en ocasiones, las conexiones pueden ser limitadas o poco seguras, especialmente en aquellos casos donde los activos están gestionados por terceros o ubicados en zonas remotas. Esta situación dificulta la ejecución de estrategias de control en tiempo real, limitando la capacidad de respuesta ante cambios en las condiciones del sistema o en los requerimientos operativos. Para minimizar esas dificultades, la incorporación temprana de experiencia en sistemas de control es vital. La utilización de puertas de enlace inteligentes y protocolos estándar favorece una integración sencilla y segura, permitiendo a las utilidades aprovechar las ventajas de los activos sin necesidad de realizar reinventos costosos o prolongados. El valor se extiende más allá de la simple gestión de la carga, llegando a la posibilidad de apilar diferentes servicios y beneficios, como la capacidad de ofrecer múltiples flujos de ingreso de forma simultánea, un concepto conocido como «valor en pila». Este enfoque de gestión múltiple de beneficios incrementa significativamente la rentabilidad y asegura que las inversiones en almacenamiento de energía sean más sostenibles en el largo plazo. En este contexto, la gestión y operacionalización de los activos de baterías deben estar sustentadas en sistemas que puedan adaptarse a la evolución tecnológica y a cambios en las necesidades del sistema eléctrico. La posibilidad de integrar y controlar flotas dispersas, mediante plataformas compatibles y dispositivos interoperables, ayuda a transformar los activos en vectores de innovación y eficiencia en la operación de la red.
El aprovechamiento completo del potencial de las baterías a escala de utilidad demanda no solo infraestructura adecuada, sino también la implementación de sistemas inteligentes y procesos de gestión que faciliten su integración y operación en tiempo real. La experiencia demuestra que estas soluciones permiten mejorar la estabilidad del sistema, reducir costos operativos y abrir nuevas oportunidades de ingreso, consolidando una transición energética más resiliente y eficiente.
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