El análisis de RMI sostiene que programas focalizados en hogares de bajos ingresos —eficiencia, electrificación dirigida, control de cargas y alivio de morosidad— disminuyen costos del sistema eléctrico al reducir picos, necesidades de inversión en red y pérdidas, además de mejor salud y resiliencia. Los autores muestran que dirigir recursos a comunidades con mayor intensidad de consumo ineficiente y vulnerabilidad produce retornos sociales altos y evita costos que de otra forma se trasladarían a las tarifas.
El enfoque recomienda combinar financiamiento público y privado, coordinación con utilities y agregadores, y métricas que capturen beneficios no energéticos (salud, equidad). Leer la pieza ayuda a diseñar carteras tarifarias y de programas que maximicen el valor social neto y contengan la presión tarifaria para todos.
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https://rmi.org/how-low-income-customer-programs-lower-energy-costs-for-everyone/