La edición de la revista CIER del mes de septiembre aborda los avances, desafíos y perspectivas de la transición energética en América Latina y el Caribe, destacando la relevancia de la cooperación regional, la innovación tecnológica y la participación ciudadana en la construcción de un sistema energético sostenible, resiliente e inclusivo. A través de la I Jornada de Transición Energética Regional, celebrada en Santiago de Chile, se presentaron reflexiones y estrategias que buscan integrar la descarbonización, la electrificación y la modernización de las redes eléctricas con un enfoque centrado en las personas y en la equidad social. La discusión giró en torno a la necesidad de coordinar políticas y marcos regulatorios entre los países, de modo que la integración energética se consolide como una herramienta que permita aprovechar mejor los recursos renovables y fortalecer la seguridad del suministro. Proyectos como SIEPAC, SINEA y SIESUR fueron identificados como ejes para avanzar hacia sistemas interconectados capaces de gestionar de forma más eficiente la variabilidad de la generación y responder a las exigencias de la transición energética. La cooperación técnica y financiera entre gobiernos, empresas y organismos multilaterales se destacó como motor para impulsar estas iniciativas y atraer inversiones hacia infraestructuras limpias.
El almacenamiento de energía y la flexibilidad operativa fueron presentados como pilares tecnológicos indispensables. Chile se destacó por su cartera de proyectos orientados a gestionar la intermitencia de la generación renovable, reducir vertimientos y estabilizar precios, demostrando que la integración de sistemas de almacenamiento contribuye tanto a la eficiencia económica como a la estabilidad del sistema eléctrico. En este mismo sentido, se enfatizó el valor de la digitalización, la automatización y la implementación de tecnologías avanzadas, como las unidades de medición fasorial (PMU) o los sistemas FACTS, para optimizar la operación, mejorar la visibilidad del sistema y anticipar fallos. La jornada también subrayó la necesidad de fortalecer las capacidades humanas e institucionales. La formación de operadores, reguladores y técnicos se reconoció como elemento esencial para gestionar redes cada vez más complejas. Asimismo, se insistió en que la resiliencia no solo depende de la infraestructura física, sino también de la calidad de la planificación, la coordinación regional y la confianza entre los actores del sistema.
Un punto de especial interés fue la evolución del rol del usuario final. El concepto de “transumidor”, que describe a quien consume, genera y gestiona su propia energía, sintetiza el cambio hacia modelos descentralizados y participativos. Para habilitar esta nueva figura, se requieren marcos regulatorios más flexibles, medidores inteligentes y acceso a datos energéticos transparentes, elementos que permiten una participación informada y el desarrollo de intercambios directos de energía. En paralelo, la electromovilidad se consolidó como una de las herramientas más efectivas para reducir las emisiones del transporte, mejorar la calidad del aire y promover una matriz energética más limpia. La electrificación del transporte público y la expansión de la infraestructura de carga demandan coordinación regional, interoperabilidad tecnológica y una planificación energética integral. Este proceso no solo favorece la sostenibilidad ambiental, sino que también impulsa la innovación industrial, la generación de empleo y la cooperación entre países.
Las reflexiones reunidas en la revista reflejan una visión compartida sobre la transición energética como un proceso no únicamente técnico, sino también social y político. Avanzar hacia sistemas energéticos sostenibles implica promover la inclusión, asegurar beneficios tangibles para las comunidades y reforzar la gobernanza institucional. En este escenario, la Comisión de Integración Energética Regional se consolida como una plataforma articuladora que fomenta el diálogo, la convergencia regulatoria y la colaboración interinstitucional. El horizonte que se proyecta es el de una región más integrada, innovadora y capaz de enfrentar con éxito los retos de la descarbonización, la digitalización y la seguridad energética.
Para leer más ingrese a:
https://mailchi.mp/cacier.org.ar/ya-sali-la-revista-cier-n106?e=918e0e163f