Identifying priority behavior change solutions to key drivers of household food waste in the United States

La reducción del desperdicio alimentario en los hogares se ha convertido en una prioridad ambiental y social, pues representa una pérdida significativa de recursos naturales, económicos y energéticos. Este análisis aborda los comportamientos, motivaciones y barreras que impulsan el desperdicio de alimentos en los hogares estadounidenses, proponiendo soluciones de cambio conductual orientadas a reducirlo de manera estructural y sostenible. La investigación parte del reconocimiento de que el desperdicio alimentario es un fenómeno complejo, influido por decisiones cotidianas relacionadas con la compra, el almacenamiento, la preparación y el consumo de alimentos. A través de una revisión de evidencias y experimentos de comportamiento, se identifican estrategias que actúan directamente sobre los factores más determinantes en cada etapa del ciclo alimentario. La percepción de abundancia, la planificación deficiente de compras y la falta de comprensión sobre las fechas de vencimiento son detonantes comunes del desperdicio doméstico. La tendencia cultural hacia la sobrecompra y el exceso de porciones responde tanto a hábitos arraigados como a dinámicas de mercadeo que promueven la disponibilidad continua. Así, el cambio de comportamiento requiere intervenciones que combinen información clara, rediseño de entornos de decisión y uso de herramientas digitales. Por ejemplo, se propone el empleo de recordatorios de inventario, etiquetas de conservación simplificadas y aplicaciones móviles que ayuden a planificar menús y controlar la frescura de los alimentos.

La comunicación también desempeña un papel relevante al transformar la percepción social del desperdicio. Campañas centradas en la economía doméstica y en la contribución ambiental individual tienden a ser más efectivas que aquellas basadas únicamente en la culpa o la responsabilidad moral. A su vez, las intervenciones deben adaptarse a los contextos socioeconómicos, reconociendo que el comportamiento alimentario varía según el nivel de ingreso, el tamaño del hogar y el acceso a infraestructura de refrigeración o transporte. Por tanto, se recomienda un enfoque segmentado que combine educación, incentivos y rediseño de sistemas de distribución. Entre las soluciones priorizadas, se destacan tres enfoques de intervención. El primero es la planificación inteligente, que incluye estrategias de precompra y etiquetado claro para evitar la duplicación de productos o la confusión con fechas de caducidad. El segundo es la optimización del almacenamiento y las porciones, que promueve empaques flexibles, refrigeración eficiente y educación sobre el tamaño de las raciones. El tercero se relaciona con la revalorización de los alimentos sobrantes, mediante el fomento del reaprovechamiento, la donación y la creación de redes locales de intercambio. Estas soluciones se estructuran bajo principios de economía circular, donde cada alimento se valora en toda su cadena de vida.

Asimismo, se plantea la necesidad de alianzas entre el sector público, privado y académico para escalar estas prácticas. Los supermercados y minoristas pueden ajustar su comunicación sobre promociones y fechas de vencimiento, mientras que los gobiernos locales pueden impulsar programas de sensibilización y acceso a infraestructura de compostaje. Las universidades y centros de investigación, por su parte, desempeñan un papel esencial en la validación de los comportamientos y en la medición de impactos. En este contexto, la tecnología se proyecta como un aliado estratégico. Herramientas de inteligencia artificial, sensores domésticos y plataformas digitales pueden proporcionar retroalimentación inmediata sobre los patrones de consumo y los niveles de desperdicio. Sin embargo, la adopción tecnológica debe acompañarse de educación y accesibilidad para evitar brechas de uso. En conjunto, las soluciones propuestas apuntan hacia un cambio sistémico que combina innovación social, rediseño institucional y sostenibilidad económica.

Siendo así, reducción del desperdicio alimentario no depende exclusivamente de la voluntad individual, sino de la transformación del entorno que condiciona las decisiones de los consumidores. Al aplicar principios de la ciencia del comportamiento y de la economía del hogar, se abre la posibilidad de una reducción significativa del desperdicio, con impactos positivos en la seguridad alimentaria, el ahorro familiar y la mitigación del cambio climático. La convergencia entre educación, tecnología y gobernanza colaborativa se perfila, así como el camino hacia un consumo más eficiente y consciente.

Para leer más ingrese a:

https://www.wri.org/research/identifying-priority-behavior-change-solutions-key-drivers-household-food-waste-united

https://files.wri.org/d8/s3fs-public/2025-10/identifying-priority-behavior-change-solutions-to-key-drivers-of-household-food-waste-in-the-united-states.pdf

¡Haz clic para puntuar esta entrada!
(Votos: 0 Promedio: 0)

Compartir artículo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Busca los documentos, noticias y tendencias más relevantes del sector eléctrico

Buscador de documentos
Buscador de noticias y tendencias

Banco de Información

Descripción del semáforo tecnológico

Los documentos se clasifican en varios colores tipo semáforo tecnológico que indican el nivel de implementación de la tecnología en el país

Tecnología en investigación que no ha sido estudiado o reglamentado por entidades del sector.

La tecnología se aplica de manera focal y se encuentra en estudio por parte de las entidades del sector.

La tecnología se aplica de manera escalable y se encuentran políticas y regulaciones focales establecidas.

La tecnología se aplica a través de servicios  y se encuentran políticas y regulaciones transversales establecidas.

La tecnología se aplica de manera generalizada  y se tiene un despliegue masivo de esta.

Para acceder a todos los documentos publicados y descargarlos ingresa aquí