En un fascinante estudio reciente, ingenieros de la Universidad de Massachusetts Amherst han explorado la viabilidad de aprovechar las corrientes eléctricas ambientales utilizando un material desarrollado a partir de seres vivos.
En concreto, según un artículo publicado en la revista Advanced Materials, los investigadores han demostrado que casi cualquier material puede convertirse en un dispositivo que aproveche continuamente la electricidad de la humedad del aire. El secreto detrás de este avance estaría en salpicar un dispositivo fabricado a partir de casi cualquier material (fabricado a partir de bacterias) con nanoporos de menos de 100 nanómetros de diámetro, un tamaño inferior a la milésima parte de la anchura de un cabello humano.
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