Los países de la OCDE han asumido una serie de objetivos ambiciosos dirigidos a reducir de forma acelerada las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI) hacia el cero neto y a enfrentar los crecientes impactos de las perturbaciones relacionadas con el clima. Aunque se reconoce ampliamente que el efecto neto sobre el número total de empleos será modesto, las Perspectivas de Empleo de la OCDE para 2024 indican que se esperan reasignaciones significativas dentro y entre sectores y regiones. Estas transiciones implican la desaparición de ciertos empleos, la creación de nuevas oportunidades y la transformación de muchas profesiones, a medida que las tareas diarias y los métodos de trabajo adoptan prácticas más sostenibles. Por ejemplo, se proyecta que, para 2030, el empleo en sectores de la UE como la energía basada en combustibles fósiles, el transporte, la minería y la industria manufacturera intensiva en consumo energético (que generan el 80% de las emisiones pero emplean solo al 7% de la población activa) disminuya un 14%. Este descenso representa 9 puntos porcentuales más que en un escenario sin cambios. Además, en los países de la OCDE, los trabajadores desplazados de sectores de altas emisiones sufren, en promedio, una caída de ingresos anual un 24% mayor que los provenientes de industrias de bajas emisiones. Se prevé que los beneficios de la transición hacia el cero neto se distribuyan de manera generalizada, mientras que los costos recaerán principalmente en sectores y comunidades específicos, lo que resalta la importancia de medidas de apoyo, formación y movilidad adaptadas.
Muchos países de la OCDE ya cuentan con herramientas para gestionar los ajustes estructurales necesarios. En algunos casos, sindicatos y organizaciones patronales poseen una amplia experiencia en la anticipación de cambios estructurales. Sin embargo, ciertas herramientas podrían requerir adaptaciones en cuanto a objetivos y recursos, y podrían ser necesarios nuevos instrumentos, como incentivos para hacer más atractivos los empleos verdes poco cualificados o estrategias para abordar disparidades regionales significativas en los efectos de la transición. La magnitud de las adaptaciones o innovaciones en las políticas dependerá del contexto específico de cada país y del diseño particular de sus políticas climáticas. Un informe político de la OCDE detalla las políticas necesarias para abordar los desafíos laborales y sociales vinculados a la transición hacia el cero neto, basándose en ejemplos obtenidos de dos cuestionarios sobre políticas de empleo y formación distribuidos a finales de 2023. Un análisis más exhaustivo se encuentra en las Perspectivas de Empleo de la OCDE 2024, en un informe sobre la oferta de formación para la transición ecológica y en un documento sobre políticas activas del mercado laboral y el papel de los servicios públicos de empleo.
Para responder a los desafíos identificados, se considera esencial llevar a cabo evaluaciones rigurosas y pruebas de resistencia de las políticas laborales y sociales nacionales existentes. Estas evaluaciones deben garantizar que las políticas sean adecuadas a sus objetivos, lleguen a las poblaciones destinatarias y cuenten con los recursos necesarios. También deben analizar si es preciso ampliar su alcance o implementar nuevos instrumentos. Estas pruebas deberían incluir diferentes escenarios y ejercicios específicos de evaluación y anticipación de capacidades (EEA) para identificar las necesidades actuales y futuras de competencias, así como la oferta disponible. A pesar de su relevancia en el debate público, no existe una definición universalmente aceptada de «empleo verde». De los 35 países de la OCDE que respondieron al cuestionario, solo diez han intentado definir este concepto. En la mayoría de los casos, estas definiciones tienen un propósito estadístico, como medir el impacto de la transición en los empleos, como ocurre en Austria, Italia y Suiza. En otros casos, las definiciones reflejan objetivos políticos más amplios. En Canadá, por ejemplo, el concepto de «empleo sostenible» abarca cualquier actividad laboral compatible con un futuro cero neto y resiliente al cambio climático, integrando además el concepto de «empleo decente». En ciertos casos, las definiciones tienen un propósito operativo, como guiar incentivos de contratación. En Eslovenia, por ejemplo, se ofrecen subvenciones a empleadores que contratan desempleados para «empleos verdes», definidos en función de la actividad y el estatus de la empresa.
Aproximadamente un tercio de los países de la OCDE que respondieron al cuestionario han realizado evaluaciones de las implicaciones laborales de la transición hacia el cero neto. Sin embargo, pocos han analizado en profundidad la preparación y adecuación de las políticas existentes. La evaluación realizada en Australia en 2023 sobre la mano de obra en el sector de energías limpias identificó empleos e industrias clave para alcanzar el objetivo de cero neto en 2050, además de riesgos y oportunidades para trabajadores de sectores intensivos en emisiones. En Canadá, el Plan de Empleos Sostenibles de 2023 buscó crear empleos bien remunerados y de alta calidad, siendo la base de la Ley de Empleos Sostenibles de 2024, que estableció una secretaría específica para coordinar políticas y garantizar la colaboración entre entidades federales, sindicatos y organizaciones indígenas. En cuanto a las evaluaciones y previsiones de competencias (EAC), aunque son frecuentes las evaluaciones de necesidades emergentes, su uso en la planificación de políticas para la transición al cero neto es limitado. En Noruega, el Comité para las Necesidades de Cualificaciones publicó en 2023 un EAC que subraya la necesidad de adaptar los sistemas educativos y de formación a las demandas cambiantes. En Australia, el estudio Clean Energy Generation, realizado en 2023, destacó la necesidad de actualizar los estándares ocupacionales relacionados con empleos verdes.
Para facilitar transiciones profesionales hacia sectores en crecimiento, se identificó que muchos empleos verdes comparten requisitos de cualificación con sectores intensivos en emisiones, facilitando la reconversión de trabajadores altamente cualificados. Sin embargo, los trabajadores poco cualificados requieren mayor apoyo y formación. Aunque existen iniciativas para fomentar la capacitación, su alcance es aún limitado en industrias intensivas en emisiones. En algunos países, se han implementado incentivos fiscales y financieros para fomentar la formación verde. En Estonia, por ejemplo, se ofrecen subsidios a trabajadores despedidos de la industria del esquisto bituminoso si aceptan empleos en sectores ecológicos. Asimismo, 19 países financian a proveedores de formación para desarrollar o actualizar programas educativos que incluyan habilidades verdes.
La OCDE resalta la necesidad de implementar políticas laborales y sociales adaptadas a este contexto, incluyendo formación específica, apoyo a la movilidad laboral y medidas de protección para los trabajadores más vulnerables. Asimismo, la recualificación y el desarrollo de habilidades son fundamentales para facilitar transiciones profesionales fluidas hacia sectores emergentes, especialmente para trabajadores con menor cualificación. El estudio subraya que las políticas existentes, aunque avanzadas en algunos países, no son suficientes para abordar la complejidad y escala de la transición. Es crucial realizar evaluaciones rigurosas de las políticas actuales, identificar lagunas y desarrollar nuevas herramientas adaptadas a los contextos nacionales. Además, se destaca la importancia de involucrar a todas las partes interesadas, incluidas organizaciones sindicales, empresariales y comunidades locales, para diseñar estrategias inclusivas que distribuyan equitativamente los beneficios de la transición y mitiguen sus costos. Alcanzar una transición justa hacia el cero neto no solo es un desafío ambiental, sino también social y económico. Su éxito dependerá de la capacidad de los países para anticipar los cambios, adaptar sus políticas y promover la colaboración entre todos los actores implicados.
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https://www.oecd.org/en/publications/a-fair-net-zero-transition_98a67eef-en.html