El avance del sector energético europeo hacia la neutralidad de carbono en 2050 exige cambios normativos rápidos. Para estabilizar el sistema y aprovechar plenamente el potencial del mercado minorista, las autoridades reguladoras y los Estados miembros deben dar prioridad a los marcos de respuesta de la demanda, incentivar el uso eficiente de la red y acelerar el despliegue de contadores inteligentes. Los contratos dinámicos y flexibles son clave para empoderar a los consumidores, quienes deben conocer e incentivar las ventajas del uso flexible de la energía. Este esfuerzo unificado es esencial para un futuro energético resistente y sostenible. El sistema energético de la UE está cambiando hacia la electrificación, mientras que el sector del gas debe transformarse para apoyar la descarbonización mediante opciones de gas renovables y bajas en carbono. Según el reciente informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente y ACER sobre soluciones de flexibilidad, se prevé que las necesidades de flexibilidad del sistema eléctrico de la UE se dupliquen de aquí a 2030, lo que requerirá más almacenamiento, generación distribuida, apoyo transfronterizo, flexibilidad general y respuesta a la demanda. El aumento de la producción de energía renovable está reconfigurando el funcionamiento de los sistemas eléctricos: en 2023, los precios negativos de la electricidad al por mayor en la UE se multiplicaron por 12 (6.470 casos), mientras que el costo de gestión de la red eléctrica de la UE, cada vez más congestionada, ascendió a 4.000 millones de euros. Estos indicadores ponen de manifiesto que la integración del mercado y el acceso a la flexibilidad, como la respuesta a la demanda y la capacidad interzonal, serán esenciales en el futuro.
La creciente electrificación aumenta su potencial como fuente clave de flexibilidad para el sistema. Dada la amplitud de sus perfiles de consumo y sus tasas de electrificación más elevadas, los consumidores industriales deberían ser el objetivo principal de los esfuerzos de flexibilidad. Liberar este potencial es crucial para el éxito de la transición energética y crea oportunidades para que los consumidores se beneficien de precios más bajos de la energía. Para lograrlo, es necesario que los consumidores dispongan de las herramientas necesarias para participar, como contadores inteligentes y contratos de precios dinámicos. Al mismo tiempo, los reguladores deben promover mercados minoristas competitivos y la innovación entre los proveedores de electricidad y los operadores de red para fomentar un uso flexible y rentable de la energía. Para fomentar un entorno de mercado que promueva aún más la flexibilidad, serán necesarias varias acciones coordinadas, incluida una mejor supervisión regulatoria de los contratos. Los contratos de precio fijo predominan hoy en la UE, protegiendo a los consumidores contra la volatilidad del mercado, pero encerrándolos en precios más altos. A pesar del ahorro potencial que podrían conseguir con la tarificación dinámica, muchos consumidores optan por los contratos de precio fijo. Sin embargo, en muchos casos no se les ofrece ninguna alternativa real, lo que puede ser una secuela de la crisis energética. Esta preferencia, especialmente cuando se ofrecen contratos fijos como opción de precio regulado por defecto, obstaculiza la adopción de prácticas y contratos energéticos más flexibles y su contribución general a la transición energética, limitando al mismo tiempo los beneficios en materia de precios de unas pautas de consumo más flexibles. Los consumidores necesitan los conocimientos, las opciones y las herramientas adecuadas para contribuir activamente a los esfuerzos de descarbonización.
Para ello, es necesario implantar contadores inteligentes y garantizar que todos los consumidores tengan acceso a contratos de precios dinámicos. Esto subraya la necesidad de que los reguladores también fomenten mercados minoristas competitivos y la innovación entre los proveedores de electricidad y los operadores de red para impulsar un uso flexible y rentable de la energía. La normativa y las estructuras de mercado actuales no suelen apoyar la oferta y aceptación de contratos flexibles y dinámicos. Los obstáculos al desarrollo de la respuesta de la demanda fueron detallados por la ACER en un informe específico publicado en diciembre de 2023. Estas barreras dificultan las soluciones innovadoras para mejorar la estabilidad de la red, la seguridad del suministro y la participación de los consumidores. Abordar estos obstáculos es crucial para avanzar hacia un sistema energético más flexible y resistente. Además, es posible que el actual marco regulador no incentive suficientemente a los gestores de redes de distribución. La aplicación de tarifas de red más dinámicas y de medidas que promuevan un uso más rentable del sistema es de suma importancia, dado que se prevé que las tarifas de red constituyan una parte importante de las facturas de electricidad de los consumidores. Las autoridades reguladoras deberían aplicar marcos que apoyen contratos flexibles y dinámicos y abogar por la eliminación de intervenciones reguladas no específicas. También deberían explorar medidas que incentiven y desbloqueen el potencial de un consumo más flexible. Estos marcos deberían incitar a los operadores de las redes de distribución a mejorar el funcionamiento del sistema, desplazando y reduciendo los picos de demanda y mejorando la confiabilidad de la red sin necesidad de una costosa ampliación de las infraestructuras.
A pesar del papel fundamental que desempeñan los contadores inteligentes a la hora de permitir contratos dinámicos y liberar la flexibilidad de los consumidores, su despliegue sigue siendo limitado en diez Estados miembros. Esto impide que los consumidores se beneficien de la tarificación variable y obstaculiza los esfuerzos por optimizar el uso de la energía y reducir las emisiones de carbono. Los Estados miembros, con el apoyo de las autoridades reguladoras, deberían acelerar el despliegue de contadores inteligentes y fomentar los contratos dinámicos e híbridos. Los consumidores necesitan mejor información e incentivos para ajustar su uso de la energía durante los periodos de alta producción de energías renovables y aprovechar las oportunidades para reducir las emisiones de carbono y ahorrar en costes energéticos. Las autoridades reguladoras y los Estados miembros deben establecer marcos que garanticen la oferta de incentivos, combinados con información accesible y clara para los consumidores, especialmente las industrias, sobre las ventajas de los contratos flexibles y la optimización del uso de la energía.
Como medida sin arrepentimiento, deberían considerar programas para fomentar el uso de la energía durante los periodos de menor consumo. Al mismo tiempo, sería importante animar a los hogares con un elevado consumo de energía a actuar de forma más flexible, un planteamiento que deberá extenderse gradualmente a una base de usuarios más amplia. Con el tiempo, el papel del sector en la descarbonización dependerá de la adopción de gases renovables y bajos en carbono. Los consumidores minoristas de gas natural también son importantes para los objetivos de descarbonización de la UE, sobre todo a través de la reducción del consumo de gas (que se dedica principalmente a la calefacción) y la mejora de los índices de eficiencia energética de los hogares. Los edificios representan actualmente más de un tercio del consumo energético de la UE. Medidas como un mejor aislamiento, el cambio a sistemas de energías renovables y la electrificación de la calefacción con soluciones de bombas de calor serán esenciales para alcanzar este objetivo.
En ese escenario, la Directiva de Eficiencia Energética de los Edificios, recientemente revisada, apoya estos esfuerzos fijando objetivos para eliminar gradualmente la calefacción con combustibles fósiles de aquí a 2040, obligando a instalar tejados solares en los edificios nuevos de aquí a 2030 y fomentando el cambio hacia opciones de calefacción eléctrica, pero permitiendo también los gases con bajas emisiones de carbono. Los mercados minoristas de gas competitivos desempeñarán un papel crucial en esta transición. Aunque son menos dinámicos que los mercados de electricidad, que se benefician de contadores inteligentes y de la fijación de precios en tiempo real, los mercados minoristas de gas pueden seguir fomentando la innovación, en particular mediante la incorporación de gases con bajas emisiones de carbono para los sectores más difíciles de electrificar, como las industrias intensivas en gas. Sin embargo, persisten retos, como las cuantiosas inversiones necesarias para que los hogares realicen la transición a la calefacción eléctrica o modernicen los edificios. Las políticas públicas, los incentivos financieros y la garantía de capacidad de la red a nivel de distribución serán esenciales para superar estos obstáculos.
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