Vietnam se encuentra en una encrucijada energética única, donde el crecimiento económico acelerado y la transición hacia la sostenibilidad convergen en un momento crucial para su desarrollo. Durante las últimas dos décadas, el país ha experimentado un crecimiento exponencial en su demanda eléctrica, impulsado por la industrialización y una mayor accesibilidad a la electricidad en el ámbito residencial. Este auge ha sido alimentado en gran medida por el carbón, el gas natural y, más recientemente, por la energía solar fotovoltaica. Sin embargo, esta dependencia de combustibles fósiles ha llevado a un incremento alarmante de las emisiones de CO2, lo que plantea la necesidad urgente de replantear su estrategia energética hacia un modelo basado en fuentes limpias y renovables.
La transformación del sector eléctrico vietnamita implica un ambicioso plan de transición que apuesta por un cambio significativo en la matriz energética. Las energías renovables, en particular la solar y la eólica, se perfilan como los pilares de esta transición. La energía eólica marina, en especial, promete un desarrollo sin precedentes debido a los ricos recursos naturales de Vietnam, que lo posicionan como líder potencial en el sudeste asiático en esta tecnología. A medida que estas fuentes ganan protagonismo, se prevé una reducción paulatina de las plantas de carbón, muchas de las cuales serán convertidas para operar con combustibles como el hidrógeno o el amoníaco, tecnologías emergentes que contribuirán a descarbonizar el sistema eléctrico. Este proceso requiere inversiones sustanciales, no solo en generación, sino también en la modernización de las redes eléctricas, que serán clave para integrar grandes volúmenes de energía renovable y garantizar la estabilidad del suministro.
La eficiencia energética también desempeña un papel crucial en este escenario. En sectores como la industria y los edificios residenciales, la adopción de tecnologías más eficientes podría reducir significativamente el crecimiento de la demanda eléctrica, sin comprometer los estándares de vida ni el desarrollo económico. En el sector industrial, la sustitución de motores eléctricos y calderas obsoletas por modelos más avanzados y eficientes no solo reducirá el consumo de energía, sino que también mejorará la competitividad de las empresas vietnamitas. Por su parte, el ámbito residencial está experimentando un cambio en las preferencias de los consumidores hacia electrodomésticos más eficientes y sistemas de iluminación basados en LED, lo que contribuye a reducir la intensidad energética.
Uno de los mayores desafíos para Vietnam será mantener la seguridad y la asequibilidad del suministro eléctrico a medida que realiza esta transición. La integración de energías renovables variables, como la solar y la eólica, requiere sistemas eléctricos más flexibles capaces de responder a fluctuaciones en la generación y la demanda. En este contexto, el almacenamiento de energía mediante baterías y la gestión avanzada de la demanda emergen como soluciones clave para garantizar un suministro confiable. Además, el papel de la hidroenergía sigue siendo relevante, no solo como fuente de energía, sino también como respaldo para equilibrar el sistema en momentos de alta demanda o baja generación renovable. La expansión y modernización de las redes eléctricas serán esenciales para transportar energía desde las áreas de generación hasta los centros de consumo, un aspecto especialmente crítico en un país con una geografía diversa como Vietnam.
Las inversiones proyectadas para esta transición son colosales, alcanzando niveles récord hacia mediados de siglo. Sin embargo, los beneficios a largo plazo superan los costos iniciales, ya que el despliegue masivo de renovables reducirá la dependencia de combustibles importados, estabilizará los precios de la electricidad y mitigará los impactos ambientales asociados con la generación basada en fósiles. Asimismo, se espera que la transición impulse la creación de empleo en sectores relacionados con las tecnologías limpias, desde la manufactura hasta la instalación y mantenimiento de infraestructuras renovables.
La cooperación internacional desempeñará un papel vital para ayudar a Vietnam a superar las barreras financieras y técnicas asociadas con esta transformación. Mecanismos como las asociaciones de transición justa ofrecen una oportunidad para movilizar recursos y conocimientos de actores globales, asegurando que el país pueda cumplir sus metas climáticas y energéticas. Estas colaboraciones también pueden facilitar la adopción de tecnologías avanzadas y reducir los riesgos asociados con las inversiones en renovables y almacenamiento de energía.
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