El ritmo acelerado del cambio climático está alterando profundamente la forma en que las empresas y organizaciones abordan la adaptación y la resiliencia. En 2024, las temperaturas globales alcanzaron niveles sin precedentes, convirtiendo ese año en el más cálido jamás registrado. Los cambios climáticos y los eventos meteorológicos extremos están generando efectos en cadena a lo largo de las cadenas de valor, impactando a las empresas mucho más allá de las áreas directamente afectadas. En un mundo interconectado, la resiliencia empresarial ya no puede medirse de forma aislada, ya que depende de la solidez de los socios y proveedores.
En este contexto, la adaptabilidad debe lograrse de manera colectiva, aprovechando alianzas estratégicas y tecnologías avanzadas. La tecnología desempeña un papel transformador en esta adaptación colectiva, ya que permite a las organizaciones comprender, anticipar y responder a los riesgos climáticos. Sin embargo, muchas tecnologías alcanzan su máximo potencial únicamente cuando son implementadas a través de la colaboración y el intercambio de datos entre las partes interesadas. Al combinar recursos y conocimientos, las empresas no solo pueden fortalecer su resiliencia, sino también desbloquear nuevas oportunidades de innovación y reducir costos mediante estrategias de adaptación.
El Grupo de Trabajo de Tecnología para la Adaptación Climática, convocado por el Centro para la Cuarta Revolución Industrial del Foro Económico Mundial, ha desempeñado un papel fundamental en la elaboración de este informe. Este grupo ha reunido a líderes y expertos de los sectores tecnológico, industrial, académico y público, con el propósito de promover aplicaciones prácticas y conocimientos avanzados para la adaptación climática. El informe destaca la importancia del intercambio seguro de datos, el establecimiento de métricas estandarizadas y la colaboración con comunidades locales. Las ideas aportadas por el grupo proporcionan una base crítica para que las organizaciones amplíen sus estrategias de adaptación, innoven y fortalezcan asociaciones a lo largo de sus cadenas de valor. El imperativo de actuar frente al cambio climático es innegable.
Las organizaciones deben superar los enfoques fragmentados para gestionar los riesgos climáticos y adoptar plenamente la tecnología como un motor clave de adaptación. Invertir en plataformas de colaboración no solo les permite protegerse, sino también aprovechar la oportunidad de liderar la construcción de un futuro resiliente y sostenible. El camino a seguir está claro: colaborar, innovar y escalar tecnologías para adaptarse rápidamente a un entorno en constante cambio.
Cada vez es mayor la conciencia de las empresas y organizaciones sobre la necesidad urgente de adaptación. Las cadenas de suministro, los recursos naturales, los activos físicos, los empleados y los resultados financieros están siendo impactados por un número creciente de peligros climáticos, tales como tormentas severas, inundaciones, sequías, incendios forestales, olas de calor y olas de frío. Ante la creciente presión para medir, informar y adaptarse a los riesgos climáticos, la acción inmediata de los líderes globales resulta más urgente que nunca. Si se mantiene el nivel actual de inversión en acción climática, el mundo continuará en una trayectoria de calentamiento de aproximadamente 3 °C, lo que podría generar pérdidas del 16 % al 22 % del PIB acumulado para 2100. La inversión en mitigación sigue siendo esencial. Con una inversión adicional equivalente a menos del 1 % del PIB en medidas de adaptación climática, se estima que podrían evitarse pérdidas económicas de hasta el 4 % del PIB en el mismo período. Para que esto sea posible, los líderes del sector público y privado deben trabajar en conjunto para proteger a las empresas, comunidades y ecosistemas de los crecientes impactos económicos y ambientales. Es crucial que las empresas reconozcan que no solo son vulnerables individualmente, sino que su exposición depende también de los proveedores upstream y de los clientes downstream. La colaboración es vital, ya que el fallo de una parte de la cadena de valor, como un proveedor clave afectado por impactos climáticos, puede provocar repercusiones sistémicas.
Construir resiliencia a lo largo de las cadenas de valor requiere una inversión significativa; sin embargo, cuando las empresas y sus proveedores se adaptan de manera conjunta, los beneficios acumulativos se multiplican, reduciendo costos para todas las partes. Persisten barreras importantes para desarrollar enfoques de adaptación a gran escala, tales como la necesidad de demostrar el valor de la adaptación para asegurar inversiones, la falta de un lenguaje común y métricas para la colaboración entre partes interesadas, y el acceso limitado a datos, tecnología y capacidades internas para implementar soluciones. Las tecnologías de frontera, como la inteligencia artificial (IA), desempeñan un papel fundamental en la superación de estos desafíos. Estas tecnologías permiten a las organizaciones identificar y anticipar impactos, responder con rapidez y construir resiliencia a largo plazo dentro de las cadenas de valor. Asimismo, facilitan la inversión colectiva en adaptación al habilitar la comunicación estandarizada, la medición de riesgos y el intercambio de datos, elementos clave para una toma de decisiones informada. Las cadenas de valor deben abordar la adaptación de manera colectiva mediante el desarrollo de plataformas de colaboración, donde los ecosistemas tecnológicos permitan a las partes interesadas trabajar juntas para escalar esfuerzos de adaptación, impulsar la innovación y construir resiliencia frente a riesgos climáticos futuros.
Los esfuerzos actuales en mitigación y adaptación climática son insuficientes para prevenir aumentos históricos de temperatura e impactos catastróficos. No obstante, a pesar de la demora en la acción por parte de empresas y organizaciones, las tecnologías de frontera ofrecen herramientas para acelerar la adaptación. Con los niveles actuales de inversión, el mundo se encuentra en una trayectoria de aumento de temperatura de entre 2,6 °C y 3,1 °C por encima del promedio preindustrial para 2100, lo que generará enormes daños a la economía global, los ecosistemas naturales y la vida humana. Acelerar el ritmo de la adaptación climática es una prioridad. La última década ha registrado los 10 años más cálidos de la historia, y 2024 será recordado como el primer año en superar los 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales. Los impactos físicos del cambio climático son cada vez más evidentes y persistentes, colocando la adaptación en el centro de atención.
Se enfatiza la necesidad urgente de acelerar los esfuerzos de adaptación climática para mitigar los impactos del cambio climático en las empresas, comunidades y ecosistemas. Destaca que el cambio climático no solo representa una amenaza directa para los activos físicos y financieros, sino que también genera efectos sistémicos a lo largo de las cadenas de valor. La colaboración, la innovación y el uso de tecnologías avanzadas, como la inteligencia artificial, son esenciales para desarrollar estrategias efectivas de adaptación. Estas tecnologías permiten anticipar riesgos, optimizar la toma de decisiones y construir resiliencia colectiva. Sin embargo, las empresas y organizaciones deben superar barreras como la falta de métricas comunes, el acceso limitado a recursos y la necesidad de demostrar el valor de las inversiones en adaptación. Invertir en medidas de mitigación y adaptación no solo protege contra futuras pérdidas económicas y ambientales, sino que también abre nuevas oportunidades de innovación y liderazgo en la construcción de un futuro más sostenible. El informe concluye con un llamado claro a la acción inmediata por parte de líderes del sector público y privado para escalar esfuerzos conjuntos, implementar soluciones tecnológicas y fomentar un enfoque integrado que permita enfrentar los desafíos climáticos de manera efectiva.
Para leer más ingrese a: