Para casi el 80 % de la población de Guinea, la agricultura constituye el principal medio de vida. En 2022, este sector contribuyó con el 31 % del producto interno bruto (PIB) del país, consolidándose como un sector estratégico clave en los esfuerzos del gobierno guineano por reducir la pobreza y garantizar la seguridad alimentaria. Dichos esfuerzos se encuentran delineados en el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social (PNDES), en el Programa de Referencia Provisional 2023-2025 (PRI) y en la Visión Guinea 2040. Todos estos planes incluyen la transformación del sector agrícola como un pilar fundamental para el desarrollo socioeconómico sostenible del país. Conocida como la «torre de agua de África Occidental», Guinea posee uno de los mayores potenciales agrícolas de la región.
Sin embargo, a pesar de las condiciones naturales favorables, los desempeños por hectárea son bajos y están muy por debajo del nivel necesario para convertir a la agricultura en el motor principal del desarrollo económico del país. Entre los factores que limitan el desarrollo del sector agrícola se encuentran las técnicas agrícolas ineficientes, la dependencia de las lluvias estacionales, el acceso restringido a la tierra (particularmente para las mujeres, quienes representan el 53 % de la fuerza laboral agrícola), la infraestructura deficiente (como redes viales limitadas y escaso acceso a electricidad en las zonas rurales) y la falta de financiamiento concesional para pequeños agricultores y pequeñas y medianas empresas (PYMES).
Además, el cambio climático representa una amenaza para la seguridad alimentaria en Guinea, dado que afecta la disponibilidad de agua, degrada el suelo y provoca pérdidas de cultivos. Un aspecto crítico para el desarrollo de un sector agrícola robusto y transformador radica en garantizar el acceso a servicios energéticos modernos. No obstante, la infraestructura eléctrica del país es limitada tanto en alcance como en capacidad para abastecer a las comunidades rurales y periurbanas, lo que dificulta la mecanización de las actividades agrícolas. En 2022, solo el 48 % de la población contaba con acceso a electricidad, con marcadas disparidades entre las áreas urbanas (91 %) y rurales (21 %). En las zonas rurales, los pequeños agricultores y las PYMES suelen depender de generadores diésel para cubrir sus necesidades energéticas en la producción y procesamiento agrícola. Sin embargo, las soluciones de energía renovable descentralizada (ERD) tienen el potencial de transformar el sector agrícola guineano, incrementando la productividad y la sostenibilidad, al tiempo que contribuyen al cumplimiento de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDCs) del país. Estas NDCs establecen como meta que el 80 % de la generación eléctrica provenga de fuentes renovables para 2030, al mismo tiempo que el sector agrícola avance hacia la neutralidad de carbono para 2050.
En este contexto, el marco de la iniciativa Empoderar vidas y medios de subsistencia de IRENA permitió evaluar el potencial de mercado para integrar soluciones de ERD en la cadena de valor agroalimentaria de Guinea. La metodología empleada se centró en tecnologías de ERD comercialmente viables, orientadas específicamente a pequeños agricultores comerciales. Además, se adoptó un enfoque participativo e inclusivo liderado por el país, a fin de seleccionar tres cadenas de valor agrícola alineadas con las prioridades estratégicas nacionales: arroz, maíz y hortalizas. Estos cultivos son los más representativos entre los pequeños agricultores, poseen un valor significativo en el mercado y desempeñan un rol clave en la seguridad alimentaria del país.
El estudio incluyó consultas con actores clave de los sectores energético y agrícola para mapear políticas existentes, regulaciones, financiamiento y otras intervenciones de apoyo al mercado. Posteriormente, se llevó a cabo una recopilación de datos cuantitativos y cualitativos en el campo, tanto en granjas como en empresas agroindustriales. A partir de estos datos, se aplicó un método de proporción en cadena para estimar el potencial de mercado de tecnologías como el bombeo de agua solar fotovoltaico (FV), la molienda solar FV y el almacenamiento en frío solar FV. Estas tecnologías se identificaron como las más adecuadas para apoyar el desarrollo de las cadenas de valor de arroz, maíz y hortalizas, debido a su nivel de madurez y accesibilidad dentro del país.
A pesar de contar con abundantes recursos de energía renovable (principalmente hidroeléctrica, biomasa y solar), Guinea enfrenta desafíos como la dependencia de la agricultura de secano, las técnicas tradicionales y la infraestructura insuficiente. Sin embargo, la transición hacia fuentes de energía renovable permitiría al país capitalizar su potencial agrícola, incrementando la producción y el valor añadido. Esto se alinea con los objetivos gubernamentales de alcanzar la autosuficiencia alimentaria y mejorar las condiciones de vida de los pequeños agricultores. También se reconoce que, además de proporcionar acceso a electricidad mediante energías renovables, es necesario utilizar la energía con fines productivos para impulsar el desarrollo socioeconómico, especialmente en las zonas rurales.
El informe de evaluación del mercado destaca las oportunidades para integrar soluciones de ERD en etapas específicas de las cadenas de valor del arroz, maíz y hortalizas de Guinea. Asimismo, identifica las barreras que limitan la adopción de estas tecnologías y propone intervenciones prioritarias para superar dichos obstáculos y fortalecer el ecosistema de ERD en el país. Este análisis establece las bases para desarrollar un programa de inversión nacional enfocado en la integración de soluciones de ERD en el sector agrícola de Guinea, en concordancia con el Plan Nacional de Desarrollo Socioeconómico (2021-2025), el Programa de Referencia Provisional (2023-2025) y la Visión Guinea 2040.
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