Las tecnologías DRE, especialmente la energía solar fotovoltaica, han surgido como una solución clave para proporcionar acceso a una energía limpia, confiable y asequible (ODS 7) a comunidades remotas y de difícil electrificación, donde actualmente residen ocho de cada diez personas sin acceso a electricidad en todo el mundo. En 2022, alrededor de 685 millones de personas no tenían acceso a ningún tipo de electricidad, 10 millones más que en 2021, siendo la mayoría de ellas en el África subsahariana. Las mujeres suelen ser vistas como beneficiarias potenciales de las soluciones energéticas descentralizadas en lugar de agentes de cambio, a pesar de su importante potencial para contribuir al desarrollo del sector a través de su trabajo. Las tecnologías solares fotovoltaicas descentralizadas, en particular, pueden ser un motor importante de empleo, mejorando así los medios de vida de forma más sostenible. En 2023, se estimaba que más de 300.000 personas trabajaban directamente en el sector fotovoltaico solar descentralizado en Etiopía, India, Kenia, Nigeria y Uganda, aunque las mujeres constituían solo una pequeña parte de esta fuerza laboral. A nivel global, el sector de la energía solar sin conexión a la red tiene el potencial de emplear hasta medio millón de personas para 2030, compitiendo en cifras de empleo con la industria de los combustibles fósiles. Este sector tiene la capacidad de generar empleo local, promover el desarrollo de capacidades y apoyar el desarrollo sostenible, ofreciendo argumentos a favor de su promoción entre gobiernos y organismos de financiación, incluidas agencias de desarrollo y organizaciones filantrópicas que buscan fomentar medios de vida sostenibles.
Los marcos políticos adecuados también pueden contribuir a fomentar un ecosistema social que expanda soluciones tecnológicas adaptadas a las necesidades específicas de las comunidades, incluidas mujeres y niños. Las mujeres han logrado grandes avances en los subsectores de pequeña escala y sin conexión a la red mediante su empleo como investigadoras, vendedoras, instaladoras y trabajadoras de mantenimiento, además de desempeñarse como empresarias que inician o expanden sus empresas, y como miembros de hogares con mejor salud y calidad de vida para ellas y sus familias. No obstante, a pesar de estos avances, especialmente en el África subsahariana, la proporción de empleos ocupados por mujeres en el sector de la energía solar fotovoltaica descentralizada sigue siendo baja. Las razones varían según el país y el contexto, pero pueden agruparse en tres categorías principales: i) limitaciones sociales; ii) falta de acceso al desarrollo educativo y profesional; y iii) otras barreras de género en el lugar de trabajo.
Las empresarias enfrentan limitaciones adicionales, como la falta de acceso a financiamiento. Este déficit en el acceso de las mujeres al empleo en el sector de las DRE agrava las carencias de competencias existentes, impidiendo que una parte importante de la población contribuya al desarrollo del sector y se beneficie de su potencial de generación de empleo. La creación de empleo en el sector de las DRE podría convertirse en un importante motor del desarrollo socioeconómico en los países en desarrollo, pero solo será así si se incluye a las mujeres, que representan aproximadamente la mitad de la población.
Cada vez existen más pruebas que den los beneficios de una fuerza laboral diversa en el despliegue de energía moderna para los usuarios de última milla, como la incorporación de perspectivas y experiencias variadas. La mayor participación femenina en el África subsahariana resulta especialmente relevante, dado que las mujeres asumen la mayoría de las responsabilidades domésticas y, por lo tanto, poseen una comprensión única de las necesidades energéticas, lo que las posiciona para impulsar la creatividad y la innovación en el campo de las DRE. Además, en el ámbito de la energía descentralizada, las sólidas relaciones de las mujeres dentro de sus comunidades las convierten en distribuidoras eficaces de productos de energía limpia hasta la última milla.
Las mujeres también son fundamentales para incrementar la mano de obra local cualificada, especialmente a nivel comunitario, con el fin de desplegar soluciones DRE más ampliamente. Estudios recientes revelan una escasez de competencias locales necesarias para desarrollar, instalar, operar y mantener soluciones DRE para hogares y empresas, lo que podría convertirse en un obstáculo importante para su despliegue, especialmente en países en desarrollo. Esto significa que aumentar la proporción de mujeres en la fuerza laboral de las DRE es esencial para liberar el potencial desaprovechado del sector, colmar las brechas existentes y promover una mayor inclusión económica y bienestar. Este informe analiza la situación del empleo femenino en el sector de la energía solar fotovoltaica descentralizada. Pone de relieve las principales barreras que enfrentan las mujeres en el ámbito laboral de este sector y cómo superarlas, basándose en estudios de casos de cinco países: Etiopía, India, Kenia, Nigeria y Uganda. A tal fin, presenta datos derivados de una exhaustiva revisión bibliográfica, debates de grupos focales (DGF) y entrevistas a expertos realizadas en los cinco países. También ofrece recomendaciones sobre cómo hacer que el sector sea más inclusivo, de modo que el género deje de ser un factor determinante para el acceso al sector no conectado a la red.
El informe se estructura de la siguiente forma: el capítulo 1 presenta el empleo en el sector de la energía solar fotovoltaica descentralizada, proporcionando cifras para los países seleccionados y una visión general de los distintos tipos de puestos de trabajo en el sector. También describe el empleo femenino y analiza el emprendimiento de las mujeres en los países estudiados. El capítulo 2 examina las principales barreras que impiden la incorporación de las mujeres a la fuerza laboral de las DRE y presenta ejemplos de mujeres que han tenido éxito en el ámbito empresarial. El capítulo 3 propone medidas y políticas que pueden ayudar a crear más oportunidades para las mujeres, tanto dentro como fuera del sector, y el capítulo 4 ofrece un camino a seguir y las conclusiones.
A medida que el mundo se orienta hacia soluciones energéticas sostenibles, no se puede exagerar la importancia del papel de las mujeres en el despliegue de los sistemas DRE, especialmente en zonas rurales. La posición única de las mujeres en sus comunidades las convierte, a menudo, en las principales gestoras de la energía dentro de sus hogares en estas zonas, lo cual les proporciona un profundo conocimiento de las necesidades y dinámicas locales. Esta conexión intrínseca sitúa a las mujeres como agentes clave para acelerar la adopción y aplicación de soluciones energéticas sin conexión a la red, impulsando así la transformación socioeconómica a nivel de base.
Su participación en iniciativas energéticas sin conexión a la red puede aumentar significativamente la eficacia y el alcance de estos proyectos. Las mujeres pueden facilitar la confianza y la comunicación entre los promotores de proyectos y las comunidades locales, garantizando que las soluciones ofrecidas se adapten a las necesidades y preferencias específicas de los usuarios. Su participación puede dar lugar a mayores índices de aceptación y resultados más sostenibles, dado que las mujeres son expertas en movilizar recursos comunitarios y fomentar la acción colectiva. La participación de las mujeres en el sector de las DRE también tiene el potencial de cuestionar y reformar normas sociales. Tradicionalmente, los prejuicios de género han limitado el rol de la mujer al ámbito doméstico, restringiendo su contribución a actividades económicas más amplias. Al participar activamente en el sector energético, las mujeres pueden demostrar su potencial y capacidades, transformando percepciones y rompiendo barreras. Estas experiencias las empoderan para abogar por una mayor igualdad de género, tanto dentro de sus comunidades como en estructuras sociales más amplias.
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