European Distribution System Operators (E.DSO) promueve y facilita la capacitación de los clientes, así como el aumento del uso de fuentes de energía limpias a través de la electrificación, el desarrollo de tecnologías de redes inteligentes y digitales en situaciones reales, y nuevos diseños de mercado y regulación. E.DSO y sus miembros se han comprometido a afrontar los enormes retos asociados con la realización de la Unión de la Energía, basada en los ambiciosos objetivos de la UE en materia de energía, clima, seguridad del suministro, empleo y crecimiento. Esto implica garantizar la confiabilidad y seguridad del suministro eléctrico europeo a los consumidores, permitiéndoles al mismo tiempo participar más activamente en el sistema energético. El período actual se caracteriza por numerosas y rápidas evoluciones tecnológicas y posibles perturbaciones, especialmente en los sectores de la energía y las tecnologías de la información (TI). Estas transformaciones tienen un impacto significativo en los DSO, por lo que deben prepararse para ello, lo que a veces impone difíciles elecciones sobre los temas en los que trabajar prioritariamente. La ambición del Radar Tecnológico es evaluar los temas tecnológicos que tienen un impacto potencial en los DSO y su ecosistema (autoridades públicas, proveedores, clientes y empleados). Para cada tendencia, se ha elaborado una ficha que resume los elementos clave relativos a la tecnología considerada, los avances en curso, así como el análisis de los impactos potenciales para los DSO. Estos impactos pueden incluir, por ejemplo, un cambio en su modelo de negocio, perspectivas de aumento de la productividad y oportunidades para desarrollar nuevos servicios.
Se ha construido una visión agregada de todas las tendencias en curso, situando cada tecnología en un diagrama según las estimaciones del tiempo de madurez industrial y la magnitud del impacto en los DSO. Esto ayuda a visualizar las tecnologías clave en relación con las actividades de los DSO. Cabe destacar que la posición de cada tecnología en este diagrama es a menudo solo indicativa y podría ser objeto de un debate interminable, especialmente para tecnologías como la inteligencia artificial, que ya se utilizan ampliamente y que, sin embargo, están sujetas a nuevos desarrollos potencialmente perturbadores. Las tendencias analizadas abarcan, en particular, los sistemas energéticos, las tecnologías digitales y las diversas soluciones emergentes al servicio del desempeño operativo. Para elaborar el Radar Tecnológico, se creó un grupo de trabajo específico, organizado dentro del Comité de Intercambio de Tecnología y Conocimientos de E.DSO, que incluye expertos de alto nivel de un amplio conjunto de DSO europeos. La búsqueda y el análisis de tecnologías se han facilitado gracias al acceso, a través de la red de exploradores tecnológicos, a las mejores fuentes de información. La superconductividad ha alcanzado la fase industrial en algunos sectores para la producción de campos magnéticos intensos, como la imagen médica, los aceleradores de partículas y los tokamaks. Las aplicaciones de la superconductividad a los cables de red y los limitadores de corriente han sido objeto de experimentos tras el descubrimiento, a mediados de los 80, de la superconductividad de «alta temperatura» (-196 °C), que permite utilizar nitrógeno líquido con fines criogénicos. Los cables superconductores transportan hasta cinco veces más energía que los cables estándar. La energía cinética de las máquinas rotativas síncronas es crucial para la estabilidad del sistema eléctrico. Los métodos actuales de control y respaldo de la red se basan en esta característica física.
En el caso de las centrales solares y eólicas, la producción se inyecta en la red a través de circuitos electrónicos que no tienen inercia y, por tanto, no contribuyen a la estabilidad de la red. En consecuencia, el desarrollo masivo de soluciones de energía renovable y otros recursos conectados mediante electrónica de potencia conduce a una disminución de la cuota de máquinas rotativas síncronas en el sistema eléctrico, lo que provocará un cambio en los métodos de control y respaldo de la red. La autorreparación es la capacidad de la red de distribución para detectar automáticamente y aislar los fallos, así como restablecer el servicio a su estado normal. Se aplica una combinación de sensores, algoritmos de software, sistemas de protección local e interruptores automáticos que, por ejemplo, cortan el circuito de forma automática y segura en condiciones anormales, como sobrecargas y corrientes de cortocircuito. La autorreparación en baja tensión (BT) utiliza principalmente secciones sanas para asistir a las cargas en una sección defectuosa y aislar la avería del resto del circuito. El restablecimiento del servicio se realiza mediante reconexión automática y/o manualmente por operadores humanos. Son posibles arquitecturas centralizadas y descentralizadas para la autocuración; en este último caso, la inteligencia se distribuye entre varios nodos. Es necesario distinguir entre estructuras de red aéreas y subterráneas, ambas presentes en los sistemas eléctricos actuales en Europa, lo que implica diferentes diseños para la autorreparación de BT.
Hoy en día, el hidrógeno (H2) se utiliza casi exclusivamente en la industria, especialmente en la química, la metalurgia y el refinado. Actualmente, se produce en un 96% a partir de combustibles fósiles. Los recientes avances tecnológicos han mejorado el desempeño y la confiabilidad de los procesos de electrólisis del agua, por lo que el hidrógeno puede producirse a partir de electricidad descarbonizada o renovable. En consecuencia, el importante papel del sector del hidrógeno en la descarbonización de la economía, a través de su encadenamiento con el sector eléctrico, lleva a los gestores de redes de distribución a estudiar el impacto del desarrollo y la integración de las tecnologías y sistemas de H2 (electrolizadores, almacenamiento, pilas de combustible, en particular) en el sistema eléctrico. Una microrred es un grupo de cargas interconectadas y recursos energéticos distribuidos con límites eléctricos definidos que forman un sistema local de energía eléctrica a niveles de tensión de distribución, el cual actúa como una única entidad controlable y es capaz de funcionar en modo isla, independientemente de si es autónoma o está conectada a la red. Cuando funcionan en modo isla, las microrredes pueden gestionar y optimizar la oferta y la demanda (sistema de gestión de la energía) y regular la demanda localmente. Cuando funcionan en modo conectado, también pueden aspirar a ofrecer nuevos servicios (provisión de flexibilidades, gestión de la congestión, gestión de la potencia reactiva, etc.). Los principales objetivos de las microrredes son mejorar la resiliencia y descarbonizar la producción.
Se necesita una tecnología eficiente de almacenamiento de energía para superar las fluctuaciones del suministro de energías renovables y disminuir la dependencia de los combustibles fósiles. El almacenamiento podría prestar importantes servicios al sistema, desde reservas de funcionamiento y equilibrio a corto plazo y servicios auxiliares para la estabilidad de la red, hasta almacenamiento de energía a largo plazo y restablecimiento del funcionamiento de la red tras un apagón. El almacenamiento puede ayudar a gestionar la congestión y la tensión en diferentes escalas temporales en la red de distribución. En algunos casos, podría aplazar o incluso reducir la necesidad de reforzar la red. En conclusión el informe destaca la importancia de las tecnologías emergentes para los Operadores de Sistemas de Distribución (DSOs). Introduce nuevas hojas informativas sobre Transformadores de Distribución Inteligentes, Optimización Energética Local y Economía Circular, y actualiza la sección sobre Gemelos Digitales. El radar busca identificar tendencias y fomentar la innovación en el sector, ayudando a los DSOs a adaptarse a los cambios tecnológicos y a mejorar la eficiencia y sostenibilidad en la distribución de energía.
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