La fase de implantación para lograr una industria siderúrgica neta cero requerirá metodologías sólidas para medir las emisiones a nivel de planta y de producto, junto con marcos de recopilación de datos que faciliten la comparación y el seguimiento de los avances. Existe una serie de metodologías y marcos para la industria siderúrgica que constituyen un buen punto de partida para alcanzar estos resultados, pero aún queda mucho trabajo por hacer para lograr la interoperabilidad, la transparencia y la adecuación a los objetivos de la industria neta cero. Tras una evaluación de estas metodologías y marcos existentes, este informe ofrece «principios de cero neto» para orientar los posibles pasos siguientes para su desarrollo y aplicación, junto con recomendaciones específicas para los miembros del G7 (agrupación de lideres de las economías más grandes del mundo). El G7 puede liderar la definición de una visión compartida para la transición hacia una industria siderúrgica neta cero. En mayo de 2022, el G7 se comprometió a acelerar el ritmo de descarbonización de las industrias pesadas, señalando la «importancia de descarbonizar sectores industriales clave para mantener al alcance el límite de 1,5 °C de aumento de la temperatura». Alcanzar este objetivo en el marco de una transición centrada en las personas exigirá un esfuerzo mundial. Gracias a su peso económico y a la colaboración internacional que puede movilizar, el G7 está bien posicionado para catalizar la transición neta cero de la industria siderúrgica. La industria siderúrgica se enfrenta al reto de reducir sustancialmente sus emisiones obstinadas sin dejar de ser competitiva. La industria siderúrgica es responsable de unas 2,8 gigatoneladas de emisiones de CO2 al año, es decir, el 8%1 de las emisiones totales del sistema energético. Puede que el «pico del acero» haya llegado y desaparecido para muchas economías avanzadas, pero es probable que las economías de mercado emergentes y en desarrollo experimenten un crecimiento sostenido de sus industrias nacionales. A pesar del fuerte impulso de las estrategias de eficiencia de los materiales, como el aligeramiento de los vehículos o la prolongación de la vida útil de los edificios, el acero seguirá siendo un insumo esencial para las infraestructuras, los edificios y los sistemas de movilidad, así como un facilitador fundamental de la transición energética mundial. En muchos casos, las tecnologías de producción de hierro y acero con emisiones próximas a cero se encuentran aún en fases tempranas de desarrollo y suelen ser más costosas que los métodos de producción tradicionales. Esto plantea retos a la hora de reducir sustancialmente las emisiones de la industria siderúrgica, cuyos productos se comercializan en mercados mundiales altamente competitivos.
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https://www.iea.org/reports/emissions-measurement-and-data-collection-for-a-net-zero-steel-industry