A lo largo de los años, el sector de la energía solar sin conexión a la red ha dado prioridad a la reducción de costos y la rentabilidad, lo que se ha traducido en una creciente globalización de las cadenas de suministro. Para muchos fabricantes Esto también ha dado lugar a una mayor dependencia de países de bajo costo como China.
La pandemia COVID-19 trajo consigo retrasos en el flujo mundial de materias primas y componentes, lo que afectó económicamente a las empresas. Tras la pandemia, las empresas están reconsiderando los beneficios financieros de depender de una red de suministro global frente a una red de suministro más local. La localización de las cadenas de suministro puede, en ciertos casos, elevar los precios al consumidor y los gastos de producción debido a la escasa demanda de productos fabricados localmente. Sin embargo, también puede tener amplias ventajas, como más oportunidades de empleo e ingresos fiscales, factores cruciales a tener en cuenta mientras se recuperan de los efectos de la reciente crisis mundial de la cadena de suministro tras la pandemia. La localización podría proporcionar a los proveedores un mayor control sobre las normas de fabricación y, en consecuencia, mejorar la calidad de los productos y la satisfacción de los clientes. Además, la localización puede ayudar a las empresas a minimizar su huella de carbono, debido que los bienes y componentes recorren distancias mucho más cortas. Es poco probable que la localización satisfaga todas las necesidades de la industria, pero el hecho de que la balanza se incline en contra de la globalización puede aportar seguridad, beneficios medioambientales, mejores perspectivas laborales y una mayor capacitación y resistencia en tiempos de incertidumbre. En la actualidad, muchos países están dispuestos a promover la localización y están poniendo en marcha incentivos para estimular la inversión del sector privado en la fabricación y el ensamblaje locales. En la actualidad, los equipos de refrigeración solar sin conexión a la red, como los frigoríficos y las cámaras frigoríficas solares, son sólo marginalmente viables cuando se fabrican o ensamblan localmente. Los frigoríficos solares sin conexión a la red tienen un potencial de mercado de 19 600 millones de euros, pero este subsector sin conexión a la red aún está en sus inicios debido a los elevados costos de capital inicial y al escaso conocimiento de la tecnología entre los usuarios finales. India sigue dependiendo de las importaciones, sobre todo de células y módulos solares fotovoltaicos importados, principalmente de China. Las empresas locales de ensamblaje y fabricación se enfrentan a retos normativos, económicos y financieros, junto con la incertidumbre de las condiciones del mercado y las limitaciones de cualificación. La falta de información y el hecho de que importar sea más barato que ensamblar y fabricar son problemas añadidos. De las entrevistas realizadas a las partes interesadas en el marco de esta investigación se desprende que el obstáculo más importante para las operaciones y la escalabilidad de las empresas nacionales es su acceso restringido al crédito de las instituciones financieras, como los bancos locales, los inversores de impacto y los donantes.
El informe aborda los desafíos que enfrentan los productores locales de productos solares, como la falta de financiamiento y la falta de acceso a tecnología y conocimientos avanzados. El informe propone soluciones para abordar estos desafíos, incluyendo la creación de políticas y programas que proporcionen financiamiento y capacitación para la producción local de productos solares. En general, el informe destaca la importancia de la producción local de productos solares para mejorar la sostenibilidad y la resiliencia de la cadena de suministro, y proporciona recomendaciones para mejorar los entornos fiscales y de inversión que fomentan la localización de la producción de productos solares en países de bajos y medianos ingresos
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