Health Impacts of Climate Change: Evidence Landscape and Role of Private Sector

Health Impacts of Climate Change: Evidence Landscape and Role of Private Sector

El cambio climático representa una amenaza inminente y generalizada para la salud humana en todo el mundo. Ya está causando más muertes relacionadas con el clima y empeorando las condiciones médicas, incluidas las enfermedades infecciosas, las enfermedades crónicas y los trastornos mentales. También está aumentando la presión sobre los sistemas sanitarios mundiales y sobre los factores socioeconómicos que afectan indirectamente a los resultados sanitarios. Según la Encuesta de Percepción de los Riesgos Mundiales 2024 del Foro Económico Mundial, el clima extremo se percibe como el principal riesgo con más probabilidades de desencadenar una crisis mundial significativa en la próxima década, y casi todos los demás riesgos medioambientales también figuran entre las 10 principales amenazas a largo plazo. Algunas poblaciones, especialmente las que viven en zonas expuestas al clima y dependen de los recursos naturales, se enfrentan a riesgos agravados debido a sus limitados recursos financieros y a la carga simultánea de conflictos y fragilidad institucional. Sin embargo, a menudo reciben comparativamente menos ayuda internacional. Dados los efectos en cascada del cambio climático, no abordarlo podría condenar a millones de personas a la pobreza, exacerbar la fragilidad y los conflictos y alterar irrevocablemente el tejido de nuestras sociedades. El compromiso y las acciones concertadas entre sectores son imperativos para forjar un camino hacia la construcción de sistemas sanitarios resilientes al clima. Estos deben adoptar un enfoque holístico que abarque el desarrollo de la resiliencia, permitiendo una respuesta ágil y apoyando la recuperación a largo plazo. Sin embargo, como también reveló la encuesta Global Risks 2024, los principales responsables de la toma de decisiones consideran la urgencia de los riesgos medioambientales de forma diferente. Mientras que la sociedad civil y los gobiernos ven estos riesgos como prioridades inminentes, el sector privado los considera principalmente preocupaciones a más largo plazo, a pesar de su propio papel indispensable en el esfuerzo de colaboración para salvaguardar la salud humana frente al cambio climático. Además, al estar en juego importantes intereses comerciales y el bienestar de los empleados, las empresas ya no pueden permitirse pasar por alto esta cuestión. La Iniciativa Clima y Salud del Foro Económico Mundial, a través de la colaboración de múltiples partes interesadas y de asociaciones intersectoriales, pretende impulsar la transformación sistémica para mejorar las estrategias de adaptación al cambio climático con el fin de reforzar la salud y la resiliencia de la sociedad. En colaboración con L.E.K. Consulting y basándose en una sólida revisión de la investigación existente sobre las áreas de salud afectadas por el cambio climático, este informe pretende identificar las principales lagunas en la orientación, señalar las áreas que requieren una acción inmediata y recomendar intervenciones en las que el sector privado puede desempeñar un papel significativo. 

Este informe sirve de catalizador para un diálogo significativo, orientando inversiones estratégicas y acciones tangibles para ayudar a construir un futuro en el que los sistemas sanitarios y las comunidades sean resilientes ante los retos medioambientales, garantizando al mismo tiempo que las poblaciones vulnerables estén en el centro de estas respuestas. Con la amenaza que supone el cambio climático ya visible y cada vez mayor, las partes interesadas de todos los sectores y de todo el mundo deben permanecer unidas en su compromiso de proteger la salud y el bienestar de las generaciones actuales y futuras frente a sus efectos. El impacto del cambio climático en la salud pública presenta riesgos críticos que exigen atención urgente. Las poblaciones vulnerables -como las comunidades de bajos ingresos, las poblaciones que residen en zonas propensas a los desastres naturales, las mujeres, los niños y los ancianos, en particular- soportan una carga desproporcionada de esos riesgos para la salud con un apoyo insuficiente para la mitigación y la recuperación. Es crucial reconocer la interconexión entre los cambios medioambientales y la salud pública. La salud humana debe tenerse en cuenta en las iniciativas sobre el clima y la naturaleza, así como en los movimientos a favor de una acción climática eficaz. Esto es esencial para fomentar la resiliencia en las comunidades y mitigar los efectos adversos del cambio climático sobre la salud. A pesar de la creciente concienciación de que el cambio climático amenaza la salud, la disponibilidad de esfuerzos de investigación para comprender mejor estas intersecciones varía considerablemente entre las distintas manifestaciones del cambio climático y los fenómenos relacionados (denominados «subtemas» en este informe), así como sus efectos sobre la salud, al igual que la disponibilidad de orientaciones prácticas para abordar estos impactos. Para priorizar las áreas más necesitadas de intervención, el equipo responsable de este informe llevó a cabo una revisión exhaustiva de los estudios e informes académicos con el fin de identificar las áreas en las que la investigación y las orientaciones prácticas son insuficientes. El equipo identificó 13.000 publicaciones únicas rastreando la web y encontró 39.000 coincidencias con las áreas en las que el cambio climático tiene un alto impacto en la salud. Además, el equipo identificó 22 temas prioritarios que abarcaban 10 áreas de salud. Estas áreas de salud se ven afectadas de forma significativa por una serie de manifestaciones del cambio climático, y se designan como «temas candentes», es decir, los que reciben más orientación práctica en la actualidad, o «temas rezagados», es decir, intersecciones poco investigadas que carecen de orientación práctica. Los impulsores sistémicos identificados son consecuencia del cambio climático o de factores preexistentes. Los más comunes son: daños o alteraciones en las infraestructuras; cambios en las condiciones agrícolas; cambios en la ecología de los vectores; aumento de la proliferación de contaminantes; alteración de los medios de subsistencia y pérdidas económicas; limitaciones o dificultades de acceso a los servicios sanitarios; falta de infraestructuras y recursos; y lagunas en los conocimientos científicos.  

Dado que muchos de los efectos sobre la salud se derivan de varios factores que actúan conjuntamente, las intervenciones dirigidas a abordar estos factores comunes son las más prometedoras para lograr una mitigación generalizada y eficaz de los efectos del cambio climático sobre la salud. Estas áreas están maduras para la participación del sector privado. La participación de las partes interesadas del sector privado en todas las industrias permite el desarrollo de tecnologías de vanguardia, la ejecución eficiente de las intervenciones y la movilización de recursos financieros. Está claro que las medidas para aumentar la resiliencia y mejorar los resultados sanitarios van más allá de la industria sanitaria y de las ciencias de la vida. Los sectores de la agricultura, la construcción, la energía y el transporte también desempeñan papeles fundamentales debido a su susceptibilidad a los efectos del cambio climático y a sus contribuciones críticas a las economías y las infraestructuras públicas. Los sectores tecnológico y financiero pueden contribuir proporcionando herramientas y soluciones cruciales para mejorar el alcance y la eficacia de las intervenciones. Para hacer frente a todos los efectos del cambio climático sobre la salud, es fundamental adoptar un enfoque holístico que fomente la resiliencia, permita una respuesta ágil y apoye la recuperación a largo plazo. Reunir los recursos financieros con las partes interesadas de los ámbitos científico, político, comunitario y de infraestructuras es de vital importancia, junto con garantizar que el sector privado, el sector público y las organizaciones no gubernamentales (ONG) trabajen juntos. Aprovechando los recursos, conocimientos y perspectivas únicos de cada sector, la colaboración puede desbloquear sinergias, promover la inclusividad y maximizar la eficacia y sostenibilidad de las iniciativas destinadas a salvaguardar la salud pública frente a los crecientes desafíos climáticos. El cambio climático influye en la salud pública a través de sus efectos físicos sobre las condiciones naturales, climáticas y ecológicas. Estos cambios plantean distintos riesgos para la salud, por lo que es necesario definir mejor las manifestaciones del cambio climático que afectan a la salud. 

El informe destaca los profundos efectos del cambio climático en la salud pública y la necesidad urgente de intervención. Los impactos del cambio climático afectan desproporcionadamente a las poblaciones vulnerables, como las comunidades de bajos ingresos, las áreas propensas a desastres naturales, las mujeres, los niños y los ancianos, quienes soportan una carga desproporcionada de estos riesgos con un apoyo insuficiente para la mitigación y recuperación. Es crucial reconocer la interconexión entre los cambios ambientales y la salud pública, y que la salud humana sea un componente central en las iniciativas climáticas y de naturaleza, así como en los movimientos para la acción climática efectiva. El informe subraya la necesidad de un esfuerzo concertado para construir sistemas de salud resilientes. El sector privado juega un papel crucial debido a su experiencia especializada, recursos financieros y agilidad. Sin embargo, se enfatiza que el sector privado no puede actuar en aislamiento; se requieren asociaciones intersectoriales e interdisciplinarias que incluyan al sector público, ONG, organizaciones filantrópicas y la academia para impulsar la investigación, los cambios de políticas, la participación comunitaria y la toma de decisiones basada en la evidencia. Además, el informe resalta la importancia de enfocarse en áreas donde existen brechas de conocimiento y de orientación accionable, asegurando que las intervenciones sean basadas en evidencia y adaptadas para abordar desafíos específicos de salud. Se identifican 22 temas prioritarios en 10 áreas clave de salud que demandan atención urgente y acción concertada, destacando áreas críticas como el embarazo, el desplazamiento y la migración que requieren atención y intervención focalizada. La colaboración entre el sector privado y público, así como con organizaciones sin fines de lucro e instituciones de investigación, es vital para impulsar inversiones estratégicas e iniciativas en las áreas prioritarias identificadas. Este informe sirve como catalizador para un diálogo significativo, guiando inversiones estratégicas y acciones tangibles para construir un futuro donde los sistemas de salud y las comunidades sean resilientes frente a los desafíos ambientales, asegurando que las poblaciones vulnerables estén en el centro de estas respuestas.  

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